Opinión

A propósito del Galardón Musa Inspiradora del Gran Urabá.

Las buenas personas siempre deberían quedarse ahí donde tanto bien le hacen a la vida con tan generosa solidaridad.

Luis Alfonso Ossa B. /Opinión/El Pregonero del Darién

Seguramente  que perder abruptamente  la cercanía natural  de su tierra, de ese lugar donde las raíces como ser humano comenzaron a crecer, siempre será triste, pero si además el desarraigo se produce por una irrupción violenta que nos arrebata del terruño  y de paso nos separa de la familia, del barrio donde la ternura de los compinches crece, del olor al banano, tan importante como  el de la guayaba del que habla Gabo, y  que termina  desgarrándonos hasta  los elementales pero estructurantes  recuerdos de la infancia, ese desarraigo se torna entonces en  brutal y muy doloroso, y aun así es la vida la prioridad  que debe protegerse teniendo en ocasiones que poner agua de por medio y por ser así, el exilio entonces se vuelve perentorio y es  acá donde La Dra. Rocío Restrepo ha estado hace tiempo  dispuesta allá en  Suiza, país  que un día también fue el exilio de ella y su familia, para servir de puente a tanta mujer que ha tenido que huir de la violencia en Urabá.

Rocío entonces ha estado siempre allá en Europa generosamente atenta para abrirle la puerta a la vida de las perseguidas por la violencia, puerta que de no encontrarla abierta no alcanzamos a imaginarnos cual sería el nivel de incertidumbre de esas mujeres en medio de un país extraño y sumidas en la pobreza, porque es lo único que cargan por montones al tener que salir huyendo para preservar a rajatabla el deseo de seguir viviendo.

 Y precisamente ha sido Rocío Restrepo quien allá en la diáspora les ha dado lo necesario para iniciar una nueva vida, les ha permitido entonces recuperar la esperanza.

Le debíamos en Urabá este reconocimiento Dra. Rocío. No importa si hoy es tarde o no para hacérselo, importa es que Urabá reconoce que usted ha hecho allá en la diáspora una invaluable labor por nuestras mujeres desarraigadas por las violencias de todo tipo.

¡¡Gracias Rocío!!

 Las buenas personas siempre deberían quedarse ahí donde tanto bien le hacen a la vida con tan generosa solidaridad.

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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