Continúa el genocidio en Gaza
No se divulga tanto la situación en Cisjordania que demuestra que el gobierno de Israel sigue llevando adelante su plan de limpieza étnica de los palestinos.
Juan Hernández Machado*Opinión/El Pregonero del Darién
La información es vital para la subsistencia del hombre. Quien no esté debidamente informado de lo que sucede en su país y en el mundo puede ser objeto de desinformación, engaño y confusión.
Esa es la razón por la que países como Estados Unidos de América, Israel y sus aliados, tanto a través de los integrantes de la gran prensa como en las redes sociales manipulan la información para que “su” verdad sea la que impere.
Esto cobra mayor fuerza en nuestros días ya que muchas personas, al no tener plena conciencia de cómo estar informadas y debido al auge de las redes sociales, siguen lo primero que se encuentran, se lo creen, lo comentan, lo reproducen y van siguiendo un patrón falso de lo que realmente sucede en cualquier lugar.
En días recientes, la comidilla mediática alrededor del conflicto de Palestina ha sido el “distanciamiento” del gobierno de los Estados Unidos de América con el gobierno que dirige el señor Netanyahu en Tel Aviv.
Que si Trump no visitó Israel por estar disgustado con Bibí, como le dicen al señor primer ministro sionista; que si avanza en las conversaciones con Irán dejando fuera a Israel de las mismas; que si al suspender los ataques a Yemen a cambio de que los hutíes no atacarán buques estadounidenses, estaba dejando desprotegido a Israel y muchas otras versiones que tienen al lector entretenido, tratando de encontrarle una quinta pata al gato cuando estos solamente tienen cuatro, mientras que ellos, amiguísimos como siempre, siguen adelante con sus planes.
Mientras esto sucede continúa el genocidio contra el pueblo palestino. Sin gran propaganda y como quien no quiere que se conozca mucho- lo que es la realidad tanto por parte de Washington como de Tel Aviv- desde el inicio de las acciones del gobierno de Israel contra el pueblo palestino en esta etapa actual, han recibido más de 90 mil toneladas de equipos militares suministradas por el bienhechor americano, el querido Tío Sam.
Ya se contabilizan más de 800 vuelos de aviación de carga de gran porte y unos 145 envíos por mar que completan la técnica moderna, las municiones necesarias y gran parte del aseguramiento que los fascistas del siglo XXI necesitan para continuar su genocidio contra el pueblo palestino.
No ampliaremos sobre la situación en la Franja de Gaza porque la cobertura sobre la misma es amplia y se conoce la destrucción y muerte diaria, fundamentalmente entre los civiles, causada por las acciones del gobierno de Tel Aviv.
Sin embargo, no se divulga tanto la situación en Cisjordania que demuestra que el gobierno de Israel sigue llevando adelante su plan de limpieza étnica de los palestinos y que toda la propaganda de que responden a las acciones terroristas de Hamas es eso mismo, solo propaganda.
Desde enero pasado ya se han desplazado más de 40 mil palestinos de los campamentos y comunidades cercanas de Yenín y Tulkarem, centros de las acciones militares israelitas en su contra. Las autoridades sionistas tienen previsto la construcción de nuevos asentamientos de colonos en esos lugares y ya la prensa nacional habla de que próximamente se procederá al establecimiento de 22 de ellos.
Y para que usted, amigo lector, conozca un poco a dichos colonos. Son los mismos que durante los últimos 18 meses, inocentemente armados con fusiles de asalto y otras armas, han irrumpido en las comunidades palestinas para obligar a que sus habitantes las abandonen y han destruido viviendas, lugares de trabajo, centros de culto y hasta cementerios.
Algunos medios independientes de Israel y, como es lógico, la prensa palestina y diferentes medios árabes han divulgado bastante esas acciones, pero ese flujo informativo no tiene la misma difusión que lo que promueve la gran prensa y, por ende, llega a menos cantidad de personas que puedan conocer lo que realmente está sucediendo allí.
Entonces, continúa el genocidio, el desplazamiento de los palestinos, el robo de su tierra para asentar colonos, la utilización del hambre como arma de guerra en la Franja de Gaza, todo con la complicidad y el apoyo del gobierno del señor Trump.
Y sin esperar que llueva café en el campo como dice una popular canción dominicana, sí vemos en los últimos días varias acciones que consideramos que están en la dirección correcta porque, además de continuar denunciando el crimen que se comete a diario contra el pueblo palestino, son acciones que dificultan el actuar del gobierno sionista de Israel, que después de más de 600 días de brutalidad contra los palestinos no ha logrado sus tan cacareados objetivos de destruir al movimiento islámico Hamas, ni al movimiento islámico Hezbollá del Líbano y los cohetes que a diario lanzan los hutíes yemenitas contra el aeropuerto Ben Gurion y otros lugares en Israel son un verdadero dolor de cabeza para el gobierno sionista.
Veamos qué va sucediendo en lo que pudiéramos considerar el frente interno en Israel.
Continúan nuevas voces de políticos y militares de Israel que condenan las acciones de su gobierno contra la población civil de Gaza, mientras que nada hace en concreto para recuperar los rehenes aún en poder del movimiento islámico Hamas.
Primero fue el líder del partido demócrata de Israel, general de la reserva Yair Golan, quien acusó al gobierno de asesinar niños y llevar a cabo una guerra contra civiles como si fuera un pasatiempo.
A él se unió posteriormente el ex primer ministro Ehud Olmert, quien considera que la ofensiva militar en Gaza no tiene objetivos definidos, no servirá para recuperar a los rehenes y que las consecuencias para la población civil en Gaza son inaceptables.
Si estas hubieran sido declaraciones al azar de personas sin importancia política, el gobierno no hubiera reaccionado. Pero lo ha hecho de forma muy fuerte y ha calificado dichas declaraciones de traición y de propaganda al servicio de los terroristas enemigos. El ministro de defensa israelita, Israel Katz, indicó a sus Fuerzas Armadas que le prohíban a Yair Golan usar el uniforme de las mismas, entrar en unidades militares y que no lo llamaran al servicio de reserva, además de que están tratando de promover una legislación para privar de sus grados militares a quienes hagan comentarios similares a los anteriores.
A esto debemos sumarle que, por segunda ocasión en los últimos meses, hace unos días más de mil efectivos de la reserva del ejército, entre alistados y oficiales, enviaron una carta al mando superior castrense y al gobierno de Tel Aviv donde demandan la terminación inmediata de la guerra en Gaza, considerando la misma como un conflicto político sin objetivos definidos y que no ayudará a la liberación de los rehenes aún en poder del movimiento islámico Hamas.
Surgen informaciones de reservistas que se niegan a cumplir su servicio militar, como el capitán Ron Finer, jefe de un pelotón perteneciente al batallón 8207 que se negó a participar en las actuales operaciones militares en Gaza, luego de haber estado por más de 250 días en el servicio militar de reserva, arriesgando su vida por cumplir los planes trazados por su gobierno.
Y, acabadito de salir del horno como dijera mi amigo Manolo, son significativas las imágenes de los manifestantes que este miércoles irrumpieron en la sede del Partido Likud, el del señor Bibí, en protesta por su política desatinada en cuanto a la situación con los palestinos se refiere, el ataque a Gaza y la cuestión de los rehenes aún en poder de Hamas.
Este tipo de acciones se ha incrementado contra Netanyahu y sus principales seguidores, como el asalto al ministro de seguridad, Itamar Ben Gvir y su esposa el pasado 15 de mayo cuando manifestantes rodearon su auto en el barrio ultraortodoxo de Ramat Bet Shemesh, los calificaron de asesinos y se manifestaron contra el reclutamiento de los estudiantes de religión.
En el plano económico las cosas tampoco marchan como quisiera el gobierno sionista.
Los cohetes yemenitas, que según el gobierno de Tel Aviv son neutralizados y no llegan a ninguna parte, han prácticamente paralizado el aeropuerto Ben Gurion. A la lista de aerolíneas importantes que han suspendido sus vuelos al mismo, hace unos días la compañía irlandesa Ryanair, una de las mayores en Europa, anunció que prolongaría su suspensión de vuelos a Tel Aviv hasta el primero de agosto. Y solo con agregar esa aerolínea estamos hablando, según reportes de prensa al respecto, de la cancelación de alrededor de 200 mil pasajes de viajeros que pensaban pasar el verano en Israel.
Pero, desde el punto de vista internacional las cosas tampoco marchan muy bien que digamos para el gobierno de Israel.
En Irlanda se está promoviendo una ley para prohibir la importación de productos provenientes de los asentamientos de colonos israelitas en los territorios palestinos ocupados, acción que se uniría a similares medidas adoptadas por otros países anteriormente.
En España, la comunidad autónoma de Cataluña anunció que cerraría de inmediato su oficina comercial en Tel Aviv como protesta por lo que sucede en la Franja de Gaza.
De igual forma, mientras unos cientos de manifestantes exigían en Madrid el embargo de armas a Israel por el genocidio que comete contra el pueblo palestino, el Congreso de ese país aprobó por 176 votos a favor y 171 en contra- los correspondientes al Partido Popular y a Vox- una iniciativa para impedir contratos militares con estados acusados de genocidio, como es el caso de Israel.
Estas acciones en España se corresponden en el tiempo con la decisión de la Unión Europea de revisar el comercio y la cooperación con Israel debido a la intransigencia del gobierno sionista de no permitir la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, agudizando de esa forma la hambruna y el sufrimiento de cientos de miles de civiles palestinos en ese lugar.
Y las acciones de diferentes grupos de solidaridad con Palestina se van convirtiendo en medidas contra el gobierno de Israel.
Entre estas se encuentra la decisión de la cadena británica de supermercados Co-op de detener el comercio con Israel y eliminar todos sus productos de sus estanterías, sumándose a la convocatoria de la Campaña de Solidad Palestina de “No comprar el apartheid”, así como a los llamados del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones.
“No comprar el apartheid” llama a boicotear todos los productos de procedencia israelí, así como los de grandes firmas que colaboran con el gobierno sionista como la Coca-Cola y algunas subsidiarias como Sprite, Fanta y Schweppes.
Por otra parte, va creciendo el descontento, las protestas y la solidaridad con el pueblo palestino entre empleados de empresas como Microsoft, Google y Amazon, algunos de los cuales han sido suspendidos por esas actitudes, ya que dichas empresas son claves en la colaboración con instituciones militares y de seguridad del ente sionista.
Y para que la cultura no se quede atrás, satisfizo a muchos la adhesión de más de 900 personalidades mundiales a una carta abierta contra el genocidio que comete Israel en la Franja de Gaza. Entre ellas se encuentran la destacada artista francesa Catherine Deneuve, el también actor francés Omar Sy, Richard Gere, Susan Sarandon, Pedro Almodóvar y Julian Assange.
La grave situación humanitaria en la Franja de Gaza motivó al gobierno chileno a retirar recientemente a sus agregados militares de su embajada en Tel Aviv. Como se conoce, Chile respaldó la demanda sudafricana contra Israel por genocidio, en el 2024 ante la Corte Internacional de Justicia.
Y como todo el mundo no es tan abierto como los casos anteriormente descritos, el deterioro de la situación económica y de seguridad de Israel ha motivado que empresas como la mundialmente conocida eBay hayan decidido cerrar operaciones en ese país en el primer trimestre del 2026, “debido a un proceso de reestructuración”, lo que provocará el despido de más de dos centenares de empleados.
Otro ejemplo es la “Marcha global a Gaza” que se organiza en Egipto a partir del 12 de junio y ya tiene anunciado participantes de 37 países. Consiste en una marcha hasta el cruce fronterizo de Rafah, Sinaí Norte, donde harán una sentada para exigir el acceso inmediato de ayuda humanitaria a Gaza, el que ha sido suspendido en lo fundamental desde el pasado dos de marzo.
Todo lo anterior no indica que el gobierno de Israel esté acabado ni mucho menos. Como usted ha visto, continúa el apoyo de todo tipo por parte del gobierno estadounidense, a pesar de las apariencias periodísticas de posible distanciamiento, lo que permite a Tel Aviv continuar con el genocidio y la limpieza étnica de los palestinos en Gaza y Cisjordania, violar descaradamente los acuerdos de tregua en el Líbano, atacar inmisericordemente todo lo que considere apropiado en Siria y destruir instalaciones y población civil en Yemen.
Se sigue trabajando en lograr un nuevo cese al fuego para la entrega de los rehenes aún en poder de Hamas, pero ese tema lo trataremos en un trabajo aparte.
Lamentablemente, al igual que en los pasados 18 meses, seguimos sin ninguna acción concreta por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en contra del genocidio que Israel comete contra el pueblo palestino y seguimos con la actitud vergonzante de algunos países árabes que hablan de solidaridad con Palestina mientras sus acciones de “convivencia” con Israel y de aceptación de las “sugerencias y recomendaciones” del gobierno de Trump dicen todo lo contrario.
No obstante, ya se va viendo que las acciones impactantes de solidaridad con los palestinos como las concentraciones yemenitas de más de un millón de personas semanalmente, las aguas rojas en fuentes parisinas como muestra de la sangre inocente palestina de Gaza y Cisjordania, comienzan a ser acompañadas por otras que sí van afectando al régimen sionista en su economía y en el apoyo internacional.
Importante es la toma de conciencia por parte de la población de Israel que está siendo manipulada por su gobierno para cumplir los peores objetivos políticos. Esa misma población es la que está pagando las aventuras guerreristas de Bibí y sus acólitos, al igual que son los jóvenes de la misma los que mueren, quedan heridos, sufren el estrés post traumático de la guerra y pasan “casi un año con el uniforme militar en operaciones y no he podido compartir con mi hijo que nació a los pocos días de haberme ido” como declarara recientemente un reservista de Israel.
La economía sionista ha recibido golpes billonarios y aún resisten, pero todo tiene un límite y el apoyo internacional que reciben se va debilitando. Tenga en cuenta que dicho apoyo se mantiene firme mientras los intereses de Israel no comiencen a chocar contra los de los países que lo apoyan. Y ese es el caso que se va viendo en algunos de Europa.
¿Qué hacer, entonces?
Estas señales de avances en la dirección correcta deben continuar. Las denuncias del genocidio deben crecer, documentarse mejor, incluir la resistencia del pueblo palestino y otros vecinos al mismo y seguir cualquier acción legal que dañe los intereses de Israel, Estados Unidos y otros aliados que son los causantes del sufrimiento del pueblo palestino.
Si ellos se consideran con el derecho de aplicar sanciones unilaterales y colectivas a quien quiera, cuando quiera y como quiera, los pueblos del mundo tienen más derecho de actuar en su contra hasta que las leyes internacionales se respeten y podamos coexistir en un mundo mejor, donde nadie esgrima un garrote y pretenda ser el “protector” de los demás de forma arbitraria.
Junio- 2025.
*Historiador cubano y Premio Nacional de Filatelia 2012 y miembro de la Unión de Historiadores de Cuba/ Mayo del 2025.