Error o acierto de Petro en la realización del Consejo de Ministros en vivo
Reflexión sobre la transmisión en vivo del Consejo de Ministros y sus implicaciones políticas.
Por: Libardo Antonio Vásquez Quintero (Nota de Opinión)
Como una persona crítica del gobierno de Gustavo Petro, he observado con atención cada una de sus decisiones, reconociendo tanto sus aciertos como sus desaciertos. Desde el inicio de su mandato, he sido testigo de su firme compromiso con la transformación social, pero también de los retos que implica gobernar un país con estructuras políticas profundamente arraigadas. En la política, especialmente desde una visión progresista, los errores tienen consecuencias directas en la favorabilidad y gobernabilidad.
Es innegable que Petro ha construido su liderazgo sobre la base de ideales firmes, respaldado por aliados que han visto en él la posibilidad de cambio. No obstante, también ha enfrentado deserciones y traiciones dentro de su equipo. Comprender su forma de gobernar no es fácil, y muchas de sus decisiones parecen responder a una visión que no siempre coincide con las expectativas de sus seguidores. Un claro ejemplo de ello fue su decisión de transmitir en vivo el reciente Consejo de Ministros, un episodio que dejó al descubierto fracturas dentro del gobierno.
Un acto de transparencia o una exposición innecesaria
Desde mi perspectiva, la decisión de Petro de televisar esta reunión fue un gesto de transparencia, pero también una arriesgada exposición de las tensiones internas del gobierno. Varios de sus asesores le recomendaron evitar esta transmisión en vivo, advirtiendo sobre los riesgos de mostrar al país las diferencias que existen dentro del gabinete. Sin embargo, el presidente optó por ignorar estas advertencias, confiando en que su apuesta por la claridad superaría los efectos negativos.
El resultado, desde mi punto de vista, fue contraproducente. La sesión no solo reveló profundas fisuras en el equipo de gobierno, sino que expuso un clima de improvisación y falta de cohesión. Algunos ministros parecían distanciarse del rumbo del gobierno, mientras que las intervenciones evidenciaban un descontento generalizado con figuras claves como Armando Benedetti y Laura Sarabia. Lo que pudo haber sido un ejercicio de unidad terminó siendo una muestra de desorden y debilidad política.
La urgencia de un reencuentro con las bases
Como ciudadano y periodista, veo con preocupación que este gobierno, que se alzó con una victoria contundente en las urnas, está perdiendo conexión con las bases que lo llevaron al poder. Petro ha dejado de escuchar a quienes lo apoyaron, los congresistas de su movimiento han descuidado el vínculo con los líderes sociales y los ministros parecen incapaces de ejecutar con eficacia las políticas propuestas.
Mientras tanto, la oposición capitaliza cada error, fortaleciendo su camino hacia las elecciones de 2026. Si el petrismo no logra recomponer su unidad interna y mejorar la gestión de su comunicación y estrategias, el riesgo de perder el poder se vuelve una posibilidad tangible. Aún hay tiempo para corregir el rumbo, pero el margen de error se reduce día a día.