Eterna gratitud a un amigo sexagenario
Hoy llega a sus primeros sesenta y nosotros los filatelistas cubanos tenemos una gran deuda de gratitud por cuanto nos ha apoyado en todo este período.
Juan Hernández Machado*Opinión/El Pregonero del Darién
En cualquier esfera de la vida la información es vital. Si esto lo llevamos al campo del coleccionismo y especialmente al de la filatelia, esa información cobra una importancia mayor ya que como se expresa en su significado más simple: filatelia es el coleccionismo y estudio de los sellos y elementos postales.
Por esa necesidad, los filatelistas cubanos agrupados en el Club Filatélico de la República de Cuba promovieron en la década del 30 del siglo pasado la idea de crear un Museo Postal en nuestro país que mostrara a todos lo que teníamos en ese aspecto y, al mismo tiempo, les ofreciera información, mediante la muestra de materiales y el atesoramiento de revistas, artículos e investigaciones.
Su esfuerzo se vio recompensado en 1939 cuando la Secretaría de Comunicaciones dictó una resolución que disponía la creación de dicho Museo. Pero como eran las cosas en nuestra República de entonces, nada se produjo.
Similar decisión se hizo nueva resolución, esta vez por el Ministerio de Comunicaciones en 1955, pero se repitió la misma angustiosa situación del año 39…papeles son papeles, pero las cartas no se mostraron.
Fue el 2 de enero de 1965, meses después de creada la Federación Filatélica Cubana el 20 de noviembre de 1964, como intención del Gobierno Revolucionario en Cuba de promover la filatelia a nivel popular y escala nacional como parte intrínseca de la cultura cubana, que el Museo Postal Cubano dejó ser un punto en una agenda, un tema de una resolución gubernamental y se convirtió en una realidad.
Hoy llega a sus primeros sesenta y nosotros los filatelistas cubanos tenemos una gran deuda de gratitud por cuanto nos ha apoyado en todo este período, al mostrar lo mejor de la filatelia cubana y universal, y servir como sede para la realización de disímiles actividades, fundamentalmente con las nuevas generaciones. Situado en los bajos del Ministerio de Comunicaciones y muy cercano a la ya histórica Plaza de la Revolución, el Museo, que lleva el nombre de un destacado filatelista cubano, José Luís Guerra Aguiar, su primer director, ofrece lo mejor de la historia postal cubana.
En una sala transitoria, a la entrada, muestra de forma regular, colecciones propias o de filatelistas destacados, además de contar con un pequeño espacio para presentar la Muestra del Mes, donde se exhiben materiales importantes de la historia postal.
En su sala principal las diferentes vitrinas allí existentes nos muestran aspectos interesantes de la historia del correo a nivel mundial y lo más significativo de nuestra historia postal: el penique negro, primer sello del mundo, que fuera emitido el 6 de mayo de 1840 en Inglaterra y el libro del primer Administrador de Correos en Cuba, José Antonio de Armona y Murga, que data de 1765, por sólo mencionar dos ejemplos.
Prominente lugar ocupa el modelo original del Cohete Postal Cubano, lanzado oficialmente el 15 de octubre de 1939 en el afán de buscar un medio más rápido para el traslado de la correspondencia. Ese acontecimiento propició la emisión de un sello de correos, sobrecargado con la inscripción “Experimento del Cohete Postal- Año de 1939” que está considerado como el primer sello del mundo en la temática del cosmos.
Más de 500 paneles con sellos de casi todos los países del mundo, la primera emisión de sellos postales usada en Cuba en 1855, detalles de la primera emisión de sellos emitida por el Gobierno Revolucionario en 1959, los materiales originales utilizados por Arnaldo Tamayo Méndez y Yuri Romanenko durante la cancelación filatélica especial que hicieran en el cosmos durante su viaje conjunto y muchas otras piezas importantes nos han dado conocimiento e información en estas cinco décadas.
Concursos, conferencias, coloquios, simposios e inauguración de colecciones premiadas son algunas de las actividades que el Círculo Filatélico del Cerro, del que formo parte de su ejecutivo, ha organizado en el Museo Postal y para nuestros niños, sin lugar a dudas visitar el Museo, que ya es su segunda casa o escuela, es un momento importante y así lo hacen saber.
Sirven palabras de felicitación y estímulo, se puede entregar una postal o regalo de cualquier índole en su aniversario 60, pero la mejor forma que tenemos en el Cerro de expresar nuestra gratitud a este entrañable amigo (y a todas las dedicadas compañeras que en él laboran) es decirles: “! En cada premio y medalla que hemos obtenido en los más de veinte años que llevamos trabajando juntos, hay una importante porción que les corresponde por el apoyo recibido de ustedes. ¡Gracias y nos vemos en el centenario!”
*Miembro de la Unión de Historiadores de Cuba y Premio Nacional de Filatelia