Opinión

Labor difícil, pero necesaria

Si las cosas estuvieran marchando correctamente, el país estuviera bien, pero no lo está, y tanto es así que el país que recibió el presidente es un verdadero caos de desmedro y corrupción.

Juan Fernando Uribe Duque/Opinión/ El Pregonero del Darién.

Todo gobierno para hacer eficaz su gestión debe gobernar con sus aliados, con sus amigos y conocidos, gentes que compartan su propósito y sean competentes. 

El Estado en Colombia lleva enquistada en su interior una burocracia que ha sido partícipe y sustento de todo el andamiaje político que nos ha gobernado a través del tiempo.

Los mandos medios estatales en los últimos treinta años hacen del cuerpo administrativo de los ministerios y de los entes para estatales como Procuraduría, Contraloría o Fiscalía, una densa urdimbre que muchas veces dificulta u obstaculiza procesos y políticas tendientes a agilizar y refrendar resultados, de ahí la importancia de renovarlos cuando no sirven, como es usual en la empresa privada.

Las supuestas intrigas o exigencias de los allegados a la presidencia para cambiar a ciertos funcionarios se han convertido en un comedero mediático de chismes, rumores y malas interpretaciones. Primero, fueron las supuestas exigencias del exministro Bonilla al saliente director de la Dian y exministro de comercio -el llamado despectivamente “Mr Taxes”- y ahora se dice que la causa de la renuncia de la ministra de Justicia se debió al acoso del ministro Benedetti al querer nombrar un “amigote” sacrificando a un “buen funcionario”. Es esa la idea que nos quieren vender los medios: una batahola de corrupción e intrigas para “acomodar las fichas” sacrificando buenos funcionarios.

Si las cosas estuvieran marchando correctamente, el país estuviera bien, pero no lo está, y tanto es así que el país que recibió el presidente es un verdadero caos de desmedro y corrupción donde el principal interés de la clase política es hacer negocios con el erario al que ven como un suculento botín y del que se roban cada año 50 billones.

El desfalco en la salud es escandaloso, la tasa de impunidad en la aplicación de la injusticia es del 94% y la deuda pública cada vez aumentaba hasta que el actual gobierno la estabilizó, pagando deudas onerosas a corto plazo como ya lo hemos mencionado.

De otra parte la minería ilegal, el caos en las licencias urbanísticas y ambientales, la permisividad en el incumplimiento de contratos para la terminación y adecuación de las vías 4G con el consiguiente beneficio para el sector financiero que tiene capturados más de 13 billones que se necesitarían para inversión social; los robos continuos al sistema de conectividad dentro del ministerio de las TIC con el recordado “abudinamiento” de 70.000 millones.

La falta de agua potable en más de 600 municipios y las grandes fallas y problemas administrativos en la educación, el incumplimiento con el Acuerdo de Paz con las Farc que ha disparado la violencia, todas estos hechos y otros tantos nos indican que los mandos medios adscritos a la oposición deben  ser removidos pues de lo contrario la labor del gobierno siempre será fallida y volveremos a lo mismo, a vivir del retroceso y la desidia que unos enquistados burócratas producen como cuota de lealtad al jefe político adscrito a gobiernos anteriores.

Es labor difícil el entrar a sanear y a desvertebrar ese tejido perverso que tiene al país en el atraso y la violencia a costa de una clase dirigente cada vez más rica y corrupta.

Que un congresista se gane 50 millones por gritar y politiquear, no nos cabe en la cabeza. Salvo pocas excepciones, claro está.

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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