Opinión

Mayor ocupación israelí

Mientras esto sucede continúan los “creyentes” en las promesas de Estados Unidos y otros países occidentales, que lo que buscan es fortalecer a los sionistas.

Juan Hernández Machado*Opinión/El Pregonero del Darién

En trabajo anterior dijimos que analizaríamos los cambios que el gobierno de Israel está introduciendo a su sistema de defensa, lo que trataremos de hacer hoy.

Antes debemos recordar que, a partir de las experiencias de los acontecimientos del 7 de octubre de 2023 y el desarrollo del enfrentamiento en los últimos 18 meses, tanto con los efectivos del movimiento islámico Hamas en la Franja de Gaza como con los del movimiento islámico Hezbollá en el Líbano, ya el gobierno de Tel Aviv comenzó a introducir cambios en sus estructuras militares.

Estos son, entre otros:

Convertir a todas sus brigadas de infantería en brigadas mecanizadas.

Dotar a las mismas, independientemente de las unidades ingenieras especializadas, de unidades ingenieras propias que les permitan trabajar mejor en la detección y destrucción de trampas explosivas y otros ingenios militares que les causaron una buena cantidad de muertos y heridos durante sus operaciones terrestres en la Franja de Gaza.

Alejar los puestos de inteligencia de las fronteras, tanto con la Franja de Gaza como con el Líbano.

 Introducir cambios en el régimen de servicio de los reservistas para evitar el descontento producido en estos meses de combates en la Franja de Gaza.

Ahora se ha conocido que el gobierno ya está dando pasos para aplicar variantes en su sistema de defensa en aquellos lugares donde se mantiene un enfrentamiento con lo que consideran fuerzas hostiles, como la Franja de Gaza, el Líbano y los Altos de Golán de Siria. Esto tendrá tres niveles.

Dentro del territorio de Israel: se crearán puestos permanentes, un muro divisorio con sensores de diversos tipos para monitorear la frontera y accesos variados para reforzar con reservas, defensa aérea y artillería. Los puestos en la frontera con la Franja de Gaza serán emplazamientos militares de primera clase para poder enfrentar cualquier situación.

En el territorio de sus enemigos habrá una zona de amortiguamiento, que ellos denominan “defensa avanzada”, que tiene como objetivo evitar el acercamiento de sus adversarios a la zona fronteriza y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) operarán en las mismas de forma permanente o mediante patrullas aéreas y terrestres.

¿Qué implica esto último?

La ocupación de forma permanente de territorio de quienes consideran sus enemigos, lo que se está poniendo de manifiesto en la Franja de Gaza con las construcciones que iniciaron a partir de las últimas acciones de marzo; la ocupación de zonas en Siria y destrucción de todo lo que pudieran considerar peligroso para sus fuerzas y en el Líbano se ejecuta  mediante los cinco puestos a lo largo de la frontera que mantuvieron después de la tregua alcanzada con  Hezbollá en el año 2024, y que Israel ha violado en incontable cantidad de ocasiones como ha denunciado de forma repetida el gobierno libanés.

Este sistema defensivo avanzado implica lo nuevo, que es la desmilitarización de las áreas desde las que el gobierno de Israel considera estar amenazado. Y de ahí la insistencia en destruir a Hamas en la Franja de Gaza y que en el período posterior ocupe la dirección civil de la misma la Autoridad Palestina, de forma similar a como ha hecho en Cisjordania después de firmado los acuerdos de Oslo, que mantiene una fuerza policial para mantener el orden, con armas ligeras, pero sin presencia alguna de armas que pudieran constituir una amenaza real a la estabilidad de Israel.

En el caso de las fronteras con Egipto y Jordania, países árabes con los cuales Israel firmó acuerdos de paz en el pasado que mantienen su vigencia, el gobierno de Tel Aviv intenta fortalecer los sistemas defensivos que tiene en su propio territorio con obstáculos terrestres y medios más sofisticados de obtención de inteligencia.

Para Jordania van a crear una nueva división que llamarán Gilad, con el objetivo específico de impedir el contrabando desde ese país a los palestinos en Cisjordania.

Lógicamente, cambios de esta magnitud no podrán ser realizados totalmente sin el apoyo del amigo entrañable de Israel, el gobierno de los Estados Unidos de América, ya que implican un alto costo pues para mantener ese sistema de vigilancia necesitarán tener entre siete y nueve brigadas adicionales de infantería, más una buena cantidad de sensores, defensa aérea que incluya la presencia de vehículos aéreos no tripulados (que también se usarán para obtención de inteligencia), por solo hablar de la parte militar del emprendimiento.

Es importante dejar claro que, desde el año 2006, los gobernantes de Israel vienen aplicando lo que se conoce como la Doctrina Dahiya, la que prevé el uso de la fuerza desproporcionada contra zonas civiles que ellos consideran que son utilizadas como bases para los ataques a su país.

Surgió luego que Israel destruyera totalmente una zona de viviendas en Beirut en ese año, que tenía ese nombre, por considerarla un bastión de las fuerzas del movimiento islámico Hezbollá.

E implica utilizar la superioridad tecnológica en todos los aspectos, con una gran participación del poder aéreo con municiones de precisión para destruir todos los puntos débiles del enemigo, incluyendo sus centros económicos, infraestructura estatal y de comunicaciones, además de la eliminación selectiva de sus principales dirigentes identificados mediante un uso más amplio y variado de la inteligencia.

Y como hemos podido apreciar en la Franja de Gaza, en el propio Líbano y en Siria en los últimos 18 meses, esto es lo que han estado haciendo quienes consideran que esos lugares no son civiles, sino bases militares contra las que hay que usar una fuerza desproporcionada para causarles grandes daños y destruirlos.

Los que mueren a causa de eso no importan. Ya sus padrinos yanquis les enseñaron que todos van a la cuenta del “daño colateral” y en el mejor de los casos, con un “We are sorry” por parte de un dirigente político y/o militar se resuelve la situación ante la opinión pública mundial.

Estos cambios, que ya se están aplicando en la Franja de Gaza con la ampliación de las llamadas zonas de seguridad en el territorio de los palestinos, implican un mayor robo de tierra a quienes no han tenido aún la oportunidad de tener su propio país en su tierra ancestral, y una mayor ocupación en países como Líbano y Siria.

Mientras esto sucede continúan los “creyentes” en las promesas de Estados Unidos y otros países occidentales, que lo que buscan es fortalecer a los sionistas, al igual que aquellos que consideran que es el movimiento islámico Hamas, con su digna respuesta ante el genocidio israelí, el responsable de que Tel Aviv no acepte un cese al fuego y la solución definitiva de esta masacre que ha cobrado más de 50 mil vidas al hermano pueblo palestino.

No perdemos la esperanza de que las cosas terminen como debe ser según la justicia humana y las leyes internacionales, que el pueblo palestino pueda existir en paz en su propio país y que en el camino se vayan cayendo las caretas de algunos que dicen sentir su sufrimiento, pero al final con sus posiciones vergonzantes están en el mismo campo que el gobierno israelí.

Ni ellos mismos saben qué son y un día no muy lejano tendrán que rendir cuentas de sus actos.

Abril del 2025.

*Historiador cubano y Premio Nacional de Filatelia 2012 y miembro de la Unión de Historiadores de Cuba.

Abril del 2025

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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