Pensando en voz alta
Además del legítimo derecho a sublevarse, el entonces ideólogo, Gustavo Petro, nunca disparó un arma porque su papel de intelectual fue dar luces para la transformación de Colombia.
Jaime Bedoya Medina/Opinión/ El Pregonero del Darién
Dan ganas de no responder la insensatez de esos locos que aparecen en el escenario político, como Trump, Bolsonaro, Maduro y ortega. Pero, cómo callar. El ignorante Milei olvida que, desde santo Tomás de Aquino, en plena época medieval, se reconoció a los pueblos el derecho a rebelarse contra la opresión, la que en Colombia se manifestaba en marginación, corrupción, pobreza, exclusión- ¿recuerdan El Frente Nacional? – Situación que duró hasta el mandato del presidente Uribe, quien se atrevió a decir que en Colombia no había conflicto social, sino un complot terrorista contra la democracia. Y, fue gracias a ese grande entre los grandes, Juan Manuel Santos que, con su firme decisión de negociar la paz con la guerrilla más antigua y salvaje, las FARC, cimentó las bases para la participación política y la justicia social. De manera que las palabras del presidente argentino contra Gustavo Petro, porque en su juventud se levantó contra ese estado de cosas inconstitucionales, como definen virginalmente los juristas, a la barbarie, no pasa de demostrar su ignorancia supina. Las páginas de la historia están repletas de nombres masculinos y femeninos calificados de locos, dementes, subversivos, terroristas, indeseables y póngale todos los apelativos que quiera por arriesgarse a cuestionar. Bien atrás tenemos a Espartaco y Jesús de Nazaret. Más cerca de nosotros, José Antonio Galán, Policarpa, Simón Bolívar, José de San Martín, el padre de la querida nación argentina, Mahatma Gandhi, Martin Luther King y Rigoberta Menchú, para sólo citar unos cuantos. La corona española, el gobierno inglés y norteamericano los persiguió sin clemencia, pero ganaron un sitial en la historia para siempre, lo que no alcanzaron los gorilas argentinos que violaron los derechos humanos de manera inclemente y el presidente de hoy aboga por ellos, cuando la humanidad civilizada los desprecia.
Además del legítimo derecho a sublevarse, el entonces ideólogo, Gustavo Petro, nunca disparó un arma porque su papel de intelectual fue dar luces para la transformación de Colombia. Así lo han documentado sus compañeros y amigos.
Pero como todos los excéntricos y perdedores en la cancha de la vida y la política, aunque Milei haya sacado mayoría electoral y, sabedor de que el pueblo argentino va hastiado de sus ridiculeces y ninguna propuesta, ahora invita a rescatar las islas Malvinas, bajo el dominio inglés. Pues, dentro de poco se repetirá la historia de los dictadores que en el colmo de su desprestigio las invadieron y causaron una mortandad de jóvenes soldados, compelidos a pelear, con la ilusa creencia de que el pueblo se uniría monolíticamente al desvarío militar. las Malvinas siguen muy adheridas al gran imperio; los jóvenes muertos y el descrédito castrense en la cúspide. Finalmente, si yo fuera habitante de ese territorio, preferiría pertenecer a Inglaterra.
*No mientan más que, intervenir no es liquidar ni suspender los servicios a los pacientes. Bien por el presidente que sabe tomar las medidas a tiempo.