Sellos postales que me hacen recordar
De allí pasamos a brindar nuestros servicios en la zona de Oro de Guisa, en la hoy provincia Granma, del oriente cubano.
Por: Juan Hernández Machado*/Opinion/El Pregonero del Darien
Siempre hemos dicho que todos los sellos postales tienen una historia que contar, unos vinculados con la historia, otros con elementos de la cultura y una buena parte de ellos con la vida normal del hombre. Ese es el caso de algunos sellos postales que me llevan a mi adolescencia.
Acababa de cumplir los 13 años y estaba terminando el octavo grado de secundaria cuando en Cuba se hizo el llamado para erradicar el analfabetismo durante el año 1961. No vacilé en unirme al contingente de cientos de miles de estudiantes cubanos que integraron las Brigadas que recibieron el nombre de Conrado Benítez.
Este fue un joven maestro voluntario que desde 1960 se encontraba enseñando a los analfabetos en las montañas del Escambray, en el centro de Cuba, y que fuera asesinado por los grupos de bandidos que existieron en ese macizo montañoso hasta 1965 cuando fueron eliminadas totalmente.
De mi natal ciudad de Camagüey salí para la playa de Varadero, en la provincia de Matanzas, donde recibimos la preparación y el equipamiento que nos convertiría en los maestros más jóvenes de Cuba en ese momento. De allí pasamos a brindar nuestros servicios en la zona de Oro de Guisa, en la hoy provincia Granma, del oriente cubano.
Vivir en la casa de humildes campesinos fue una experiencia inolvidable. Ellos “pagaban” mis conocimientos enseñándome a labrar la tierra, a recoger café y a partir leña entre otras funciones típicas del campo cubano y realmente al tener que abandonarlos luego de la misión cumplida no sé quien fue el verdadero maestro, si ellos o yo.
En diciembre, cuando fuimos a la capital cubana a celebrar la eliminación del analfabetismo en Cuba, junto al creador de esta idea, el Comandante Fidel Castro Ruz, y orgulloso de mis 14 años cumplidos durante esa campaña, mostraba la satisfacción de haber enseñado a leer y a escribir a una familia de cuatro personas.
Hoy, a más de sesenta años de aquella epopeya y al revisar mi álbum se sellos de Cuba, no podía perder esta oportunidad para recordar al detalle ese importante año de mi vida.
Los sellos que me ayudaron a este viaje en el tiempo fueron la emisión de 1961 por el “Año de la Educación”, cuatro valores para correo ordinario (1, 2, 10 y12 centavos). Cada uno tiene una letra de la palabra CUBA dentro de un libro y un pensamiento del Héroe Nacional cubano, José Martí, sobre la educación.
A esa emisión le siguió en 1966 otra por el Progreso de la Educación en Cuba. Fueron cinco valores para correo ordinario y el de 3 centavos muestra el emblema de la campaña de alfabetización de 1961 y el farol que nos dieron a todos los brigadistas para poder alumbrarnos durante las clases que impartíamos.
A inicios de la década de los 70 del siglo pasado se decidió crear un Destacamento Pedagógico con aquellos jóvenes que voluntariamente desearan unirse. Se le dio el nombre de Manuel Ascunce Doménech, un brigadista “Conrado Benítez” que fuera asesinado también por los bandidos en Noviembre de 196 La emisión de 1975 fue dedicada a ese destacamento de profesores y Ascunce aparece en otro sello emitido en 1981 por el aniversario veinte de la campaña de alfabetización.
1986.Aniversario 25 2002. Emisión América UPAEP 2005. Aniversario 45 campaña alfabetización dedicada a la alfabetización de la campaña de 1961-
Partiendo de las experiencias de ese glorioso 1961 y años subsiguientes, Cuba ha hecho un programa de alfabetización que puede aplicarse en cualquier parte del mundo.
Cuando veo que Venezuela y Bolivia se nos han sumado como territorios libres de analfabetismo, luego de haber utilizado el programa cubano, más orgullo sentimos de poder haber podido contribuir con un granito de arena a ese humano esfuerzo.
En más de 30 países se ha estado utilizando nuestro programa en diferentes idiomas y eso nos llena de satisfacción, porque, como dijera nuestro Héroe Nacional José Martí, “Al venir a la tierra todo hombre tiene derecho a que se le eduque y después, en pago, contribuir a la educación de los demás”.
Así actuamos nosotros en 1961, las generaciones que siguieron le dieron continuidad y todos lo haríamos de nuevo desde el principio si fuera necesario.
*Premio Nacional de Filatelia 2012-Historiador Cubano.