Su amor por la tierra no tiene límites
Retornados a sus territorios reforestan el bosque para que la vida continúe, con pasión y hasta terquedad, creen en un mañana mejor.
Vereda Tierradentro/Municipio Nuevo Belén de Bajirá (Chocó)
Los enormes árboles que ayer arrasó la motosierra y el hacha hasta con el visto bueno y la mirada complaciente de la autoridad ambiental, son reemplazados hoy por pequeñas plántulas que se aferran de nuevo a la tierra como sus pobladores quienes también fueron expulsados de sus territorios y comienzan a construir un nuevo amanecer.
El anterior fin de semana habitantes del Consejo Comunitario de los ríos La Larga Tumaradó (COCOLATU), en jurisdicción del municipio Nuevo Belén de Bajirá, en el departamento del Chocó, se concentraron desde muy temprano en predios de la vereda Tierradentro, para iniciar una jornada de reforestación.
El lugar intervenido fue en otra época un frondoso bosque rico en maderables, que la tala indiscriminada y el desenfreno de la motosierra derribaron y comercializaron sin dificultad ni consideración alguna.
En medio del amplio y prolongado desplazamiento que se dio en esta zona, todo terminó sin Dios y sin ley, la mano del más fuerte se hizo con el poder, mientras que los campesinos protegían sus vidas huyendo y otros tantos caídos sin vida en caminos y plantíos.
El retorno
Después de muchos ires y venires, de grandes padecimientos, los campesinos comenzaron a retornar, pleitos lentos y prolongados en despachos judiciales y hasta retorno bajo su propio riesgo, una vez reconstruidas sus viviendas y realizar la siembra de los cultivos, comenzaron a mirar el proceso de reforestación de los bosques afectados por la tala.
Apoyo externo
Para lograr este objetivo se apoyaron como lo vienen haciendo desde hace tiempo en la Fundación Forjando Futuros y estos apalancados en el Ayuntamiento de Madrid y la Asamblea de Cooperación por la Paz de España (ACPP) iniciaron esta titánica labor.
Ya han trabajado en otras zonas del mismo Consejo Comunitario, pero la cita de este fin de semana fue en Tierradentro, bajo el liderazgo de la señora Miladys García Zurique, presidenta de la junta de acción comunal del lugar.
A la actividad se unieron los líderes sociales, Alfranio Solano de la vereda Guacamayas y Héctor Pérez de la Asociación Medioambiental Agramar.
Allí se fueron mezclando, hombres, mujeres y niños con un contagioso entusiasmo, unos cargaban las plántulas, otros hacían los huecos. Había espacio y ocupación para todos.
La sorpresa
La sorpresa la vendrían a dar dos funcionarios que se unieron al convite, el secretario de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de nuevo Belén de Bajirá, ingeniero Heiler Cuesta Escobar y el ingeniero Luis Ademir Cuesta Lemos, empleado de Codechocó.
Sorpresa porque no llegaron de observadores ni de corbatas, llegaron a trabajar animadamente en todas las labores, se puede decir que puntearon en todo, se integraron de inmediato con el equipo.
Cruzando una larga zona de fango, en medio de un sofocante calor mezclado con la humedad propia del Departamento del Chocó, llegaron al lugar seleccionado para la reforestación, de inmediato todos a sus funciones asignadas y pasado el medio ya había quedado plantados mil árboles, el apego por la tierra, por el futuro de sus comunidades, de las nuevas generaciones impresiona.
El viejo bosque destruido fue reemplazado por nuevos árboles como: Abarco, Choibá, Algarrobo, Leicadena, Ceiba, Tambolero, Trébol, Pechindé y Arroz Con Coco. Mil de ellos serán la esperanza de las nuevas generaciones para que puedan respirar, para que las fuentes de agua no se agoten, para que la vida continúe.
Al caer la tarde, un almuerzo de compañeros esperada en el punto de partida, a la vera del camino un delicioso tamal con limonada mitigó en parte la fatiga, el cansancio de los cuidadores de la vida, para iniciar el retorno a sus hogares con la satisfacción de la misión cumplida. Los funcionarios de la alcaldía y de Codechocó estaban tan animados que dijeron no perderse la próxima jornada.