Ataque a las culturas
Por Juan David Correa Ulloa -La Nueva Prensa (*)
La decisión tomada por el Congreso de la República ayer, de no aprobar la Ley de Financiamiento constituye uno de los más brutales ataques a los que haya sido sometida la democracia colombiana. La sorna y la risa de los periodistas de medios hegemónicos, o el discurso cínico de algunos representantes y senadores, elude contar la historia, para evitar hablar con verdad de la crisis en la que entrarán todos los sectores debido a una decisión absolutamente política.
Todos los Gobiernos anteriores han podido aprobar leyes de financiamiento. Ninguno quedó comprometido de manera tan aleve con una deuda de 1000 millones de euros que debe pagarse en un tiempo reducido. La monserga de que hay dinero y no se ejecuta es falsa. Y la superioridad moral de decir que cuando no haya corrupción entonces podremos hablar de más financiamiento. El Gobierno de Gustavo Petro y los ministerios afrontan hoy, en la mayor parte de los casos, un desfinanciamiento que costará que millones de personas no tengan cómo realizar sus proyectos de vida con dignidad.
El presupuesto del sector culturas quedará reducido a una cifra que nos obliga a informar y a pedirles a los gestores, actores y pueblos del país una verdadera movilización para que se entienda que la política que se está ejerciendo contra el primer gobierno progresista de Colombia es la asfixia absoluta de todo el sistema. Casos notables ya han ocurrido en otros momentos. Bastaría leer la gran crónica del economista y exministro de Hacienda griego, en el Gobierno de Alexis Tsipras, Yanis Varoufakis, para entender que cuando hay una nueva manera de plantear la injusticia de las deudas con el sistema económico mundial —FMI, BM— se pone en marcha una máquina implacable a la que no le importa aquello que los tecnócratas llaman «daños colaterales».
Nuestro presupuesto este año fue de 1,4 billones de pesos. En mayo sufrimos un primer bloqueo que nos quitó 100.000 millones. Hace unos días otro, que nos disminuyó otros 30.000. La ejecución hoy ronda el 90 %, y el 10 % restante corresponde a los contratistas que aún faltan por pagar. Con el hundimiento del proyecto de la Ley de Financiamiento, nuestro sector culturas tendrá una estocada mortal.
Pienso, por ejemplo, en las salas de teatro, en el portafolio del Programa Nacional de Estímulos, en la formación artística de 300.000 niños y niñas, en el Salón Nacional de Artistas, en los compromisos con los grupos étnicos, en las 1510 bibliotecas públicas, en la construcción y adecuación de museos, casas y teatros, en las fiestas populares… Es, en suma, una parálisis general, un candado a la gran puerta de las culturas en Colombia. Según los cálculos no tendremos más de 200.000 millones. Ni más ni menos es lo que ha hecho la peor de las emociones políticas que ha sido el motor de muchos y de muchas: la venganza como principio, y el bien individual, sobre el común.
Hoy hacemos un llamado urgente a los actores, a las bibliotecarias, a los formadores de música, a las parteras y campesinos, a los raperos y DJ, a los cantantes y sonidistas, a los vicheros, a los artistas plásticos y circenses, a las bailarinas y trompetistas… Un llamado por la dignidad de un sector que es fuerza y alegría. Los invitamos a movilizarse y a no dejarse arrebatar las posibilidades de un futuro que todos hemos soñado. El bloqueo no es una medida técnica, es un golpe a la democracia y a las culturas de Colombia.»
(*) ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes.