Opinión

Discursos fallidos

Eso de azuzar a los seguidores como si fueran hordas sedientas de venganza con un tono de voz desgarrado y una ironía que raya en lo ordinario, no es la opción.

Juan Fernando Uribe Duque/Opinión/ El Pregonero del Darién.

Los últimos discursos del presidente han sido fallidos. Se entiende perfectamente su indisposición ante la traición del ex canciller Leyva y la andanada de improperios y diatribas en su contra, pero ello no obsta para que pierda su compostura y el talante de rectitud y mesura.

Insultar y perder la clase no es lo indicado, más ahora cuando está consolidando un movimiento popular a su favor y el país necesita entrar en una fase de unión en torno a unas reformas que consolidarán una propuesta de cambio efectiva.

Eso de azuzar a los seguidores como si fueran hordas sedientas de venganza con un tono de voz desgarrado y una ironía que raya en lo ordinario, no es la opción. Llamar a sus contradictores unos HP y reírse luego, es grotesco, pierde ritmo y consonancia. Está bien que haga su crítica contundente, pero no mezquina ni mucho menos soez -así no la quiera hacer, pues se le nota forzado e inseguro-

Los indicadores hablan de estabilidad económica y el país está asumiendo un nuevo destino padeciendo los últimos latigazos de la guerra terrorista narcotraficante. No hay tiempo que perder, ni menos la clase y el decoro.

¡Ánimo señor presidente, no es hora de declinar!

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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