Jueza de Paz y campesina de corazón: la admirable historia de Norma Rivaldo Meza
Norma es una líder comunitaria desde el 2012, y su trabajo en función de la justicia es la mejor muestra de que la sociedad civil puede desempeñar un papel de gran importancia en la solución de sus propias dificultades.
Por: Mario Aguiar Ch. Coordinador de proyectos de Río Abajo – Urabá
Norma Rivaldo Meza, mujer simpática, sencilla y lideresa, que divide su vida entre la Casa de Justicia de Chigorodó, en la que ejercer como Jueza de Paz, sus ocupaciones como presidenta de la Red de Operadores de Métodos de Resolución de Conflictos, en Urabá, y las múltiples tareas que implica ser campesina, donde deriva su sustento.
Rivaldo Meza, viaja de la vereda Guapá Alto al casco urbano de Chigorodó, a ejercer como jueza, labor que hace como voluntaria, porque confía en que hay otras maneras de resolver las diferencias sin llegar a instancias judiciales.
“Me apasiona tanto trabajar con la comunidad, que dono mi tiempo dos veces a la semana”. Al llegar a su despacho, recibe al menos ocho casos diarios, que van desde diferencias por distribución de bienes hasta casos de violencia intrafamiliar. Sin embargo, advierte que, no por ser mujer, se inclina exclusivamente por temas de género y reconoce que hay violencias en que las víctimas son los hombres.
En cuanto a las soluciones para las violencias contra la mujer rural, asegura que la más importante es apuntarle a los emprendimientos, pues así se garantiza autonomía económica y esto evita la dependencia y la situación desventajosa para ellas.
Además de la atención en su despacho, atiende también diferendos en zonas rurales, donde el Estado llega; Norma asistente como conciliadora y cumple una función complementaria enfocada a la justicia ordinaria.
“Desde el primer momento en que las personas ingresan a mi despacho tienen ánimo de conciliar”, expresa, mientras cuenta con su carisma y paciencia, que, en casos con solicitantes exaltados, espera que los ánimos se aplaquen, para luego tratar el tema. De esta manera, ella aporta para mejorar la convivencia en la sociedad.
Norma es una líder comunitaria desde el 2012, y su trabajo en función de la justicia es la mejor muestra de que la sociedad civil puede desempeñar un papel de gran importancia en la solución de sus propias dificultades. Ella es también la presidenta de la Red de Operadores de Métodos de Resolución de Conflictos, una agremiación fundada en junio de 2023 y en la que participan diferentes actores de ocho municipios de la región de Urabá. No todos los miembros de la red tienen una figura en Casa de Justicia como la Jueza de Paz. En el caso de Necoclí, por ejemplo, su tarea la hacen los presidentes de juntas de acciones comunales, quienes están capacitados para el oficio de conciliación.
Esta red los articula, aunque cada uno tiene su propio accionar, a través de Rivaldo Meza, aprovechan para fortalecer sus conocimientos con capacitaciones basadas en la experiencia compartida.
Entre las acciones planeadas en la Red de Operadores de Métodos de Resolución de Conflictos para el 2024, se tiene priorizado suplir los cargos de los conciliadores que no están ejerciendo esta labor; asimismo, aumentar el número de los actuales, pues han visto la eficacia de su intervención y función para descongestionar los casos en la justicia ordinaria.
Igualmente, tiene previsto el trabajo con las escuelas a partir de una de las capacitaciones brindadas por el Programa de Justicia Inclusiva de USAID, para abordar este campo. “Es importante hablar con los jóvenes desde ese espacio, ya esa acción tiene un impacto en las familias y en las maneras como estas pueden afrontar sus desencuentros de la mejor manera”, puntualiza Norma.
Se resalta el entusiasmo con el que Norma Rivaldo habla de su trabajo, la seguridad con la que se refiere a sus acciones y el entusiasmo que muestra cuando se refiere a la posibilidad de vivir en lo que llama: “Una paz anhelada”, que se puede conseguir mediante la conciliación.
Esta multifacética mujer y lideresa, también invierte parte de su tiempo en la asociación Productos Saludables La Clarita. “Yo siembro en el campo y transformo el producto en el campo”, parece llenarse la boca con esa palabra que repite, que le suena a dulce y que con orgullo refleja con una sonrisa al hablar de sus tareas en la tierra.
La asociación está conformada por 15 mujeres cabeza de hogar, jóvenes, personas de la tercera edad y tres hombres, provenientes de las veredas El Remigio, El Carambolo, La Guagua y Don Guapá, quienes procesan sacha inchi y cacao. De este proceso artesanal, obtienen aceite, pasabocas y jaleas, que venden en minimercados del Urabá.