La lucha de los guardianes indígenas contra la deforestación en la Amazonía
Guardianes indígenas luchan contra la deforestación en la Amazonía, revelando una batalla crucial para el futuro del planeta.
Lunes, 24 de junio de 2024
La selva amazónica, pulmón del mundo y hogar de miles de especies, enfrenta una amenaza creciente: la deforestación. En este contexto, los pueblos indígenas han asumido el papel de guardianes, luchando incansablemente para proteger su hogar ancestral. «Somos Guardianes», un documental disponible en Netflix Latinoamérica, revela la dura realidad de esta batalla.
La lucha por la selva amazónica
El documental, dirigido por Edivan Guajajara, Rob Grobman y Chelsea Greene, presenta una cruda mirada a las acciones de los pueblos indígenas para salvar la Amazonía. Valdir, un talador ilegal de 57 años, expresa su desesperación por la necesidad de trabajar para sobrevivir, a pesar de ser consciente de la ilegalidad de sus acciones. Este dilema refleja la compleja realidad de muchas personas que viven de la tala ilegal.
Los directores no buscan simpatía hacia los responsables de la deforestación, sino exponer la difícil situación y los esfuerzos de los guardianes del bosque. «Queremos que los legisladores vean esta película», asegura Grobman. La cinta ya ha sido vista por miembros del Congreso de EE.UU. y en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Un compromiso que roza lo propagandístico
El compromiso de los directores con la justicia social y ambiental es evidente. Durante la postproducción, eliminaron una escena completa porque el público de prueba encontró a uno de los invasores demasiado simpático. «Queremos que el público se desvincule [de estos productos] y denuncie a las empresas involucradas en la deforestación», dice Greene.
Durante cuatro años de rodaje, los cineastas acompañaron a los guardianes en sus rondas en Araribóia, un territorio indígena en el corazón del Amazonas. A lo largo del documental, los guardianes intentan detener a invasores de tierras: narcotraficantes, taladores, agricultores, recolectores, mineros y ganaderos ilegales. Sin embargo, a menudo se enfrentan a ladrones menores, algunos de los cuales han vivido en la zona durante décadas.
La cadena de la deforestación
Valdir describe la deforestación como un sistema fuerte y bien establecido. «Los mayores compradores están en Estados Unidos y China», dice Valdir, de pie junto a un árbol derribado. Su testimonio destaca la complejidad del problema, donde él apenas gana lo suficiente para sobrevivir, mientras otros se lucran considerablemente con su trabajo.
Los directores intentaron entrevistar a las empresas que abastecen la demanda que conduce a la deforestación, como JBS y Cargill, sin éxito. La película muestra a Jair Bolsonaro como un villano, destacando cómo su gobierno promovió los intereses comerciales en la selva amazónica, reduciendo las protecciones para los grupos indígenas.
El calentamiento global y la Amazonía
Además de las corporaciones y políticos inescrupulosos, el documental subraya una amenaza aún mayor: el calentamiento global. En 2023, la selva amazónica registró su peor sequía hasta la fecha. «La selva está muriendo más rápido de lo que está creciendo», dice la científica climática Luciana Gatti. Según un estudio publicado en Nature, la Amazonía podría alcanzar un punto de inflexión si pierde otro 10% de su cobertura forestal, lo cual desencadenaría efectos climáticos irreversibles.
Los modelos de cambio climático sugieren que grandes extensiones de selva podrían convertirse en sabanas y matorrales empobrecidos, liberando miles de millones de toneladas de carbono a la atmósfera. «Si el mundo no hace lo necesario para controlar el calentamiento global, tal vez es inútil hacer algo a nivel local», dice Bernardo Flores, autor principal del estudio.
La guardianía indígena: una solución temporal
Los grupos indígenas tienen títulos colectivos sobre aproximadamente un tercio de la cuenca del Amazonas, y las tasas de deforestación son significativamente más bajas en las áreas bajo su control. Sin embargo, los guardianes, que realizan este trabajo no remunerado, están mal equipados y deben monitorear vastas áreas de territorio.
«Moriremos, si es necesario por lo que queda de esta selva», afirma Puyr Tembé, guardiana desde los 12 años. A pesar de los esfuerzos y la valentía de los guardianes, detener la deforestación ilícita en el Amazonas requerirá más que su dedicación y la buena voluntad de diversos benefactores. «Debe haber un sistema robusto que permita rastrear la cadena de producción, y sanciones severas para las grandes empresas que ejecutan esta destrucción», concluye Guajajara.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha creado una unidad de fuerzas especiales para ayudar a patrullar el Amazonas brasileño, pero aún tienen poco personal y recursos insuficientes. La valentía de los guardianes es admirable, pero el modelo de guardianía no necesariamente salvará la selva por sí solo.
La esperanza en la lucha por la Amazonía
El documental «Somos Guardianes» ha recaudado más de 400,000 dólares para iniciativas de patrullaje y reforestación en los territorios indígenas de Brasil. Sin embargo, frenar la deforestación ilícita requerirá un compromiso global y sistémico para proteger la selva amazónica y enfrentar el cambio climático.
«Queremos que el público se desvincule de estos productos y denuncie a las empresas involucradas en la deforestación», enfatiza Greene. La lucha de los guardianes indígenas es un testimonio de su dedicación y amor por la selva, pero también un llamado urgente a la acción global.