Dignidad y bienestar para Emilia y su familia
Este hogar transformó sus vidas con “Mejoramientos Sin Barreras". Una obra que restaura la autonomía familiar.
(Foto principal- doña Encarnación con su señora madre Emilia Blandón) La vivienda de Encarnación Romaña quien vive con su señora madre Emilia Blandón, una mujer de 92 años con discapacidad visual ahora cuenta con espacios adaptados que les han devuelto autonomía y dignidad.
La intervención realizada con el programa “Mejoramiento sin Barreras” mejoró su calidad de vida de manera integral.
Emilia Blandón es una mujer de 92 años con discapacidad visual, vivió gran parte de su vida en condiciones difíciles. Originaria de Pavarandocito, su familia fue desplazada en varias ocasiones debido a la violencia que azotaba la región. Primero, tuvieron que huir hacia Caucheras – Mutatá, allí también fueron desplazados y finalmente, llegaron a Apartadó, donde se instalaron en una casa precaria de propiedad de su hija.
En su nuevo hogar, Emilia comparte espacio con su hija Encarnación Romaña, su yerno Aladino Salas y otros miembros de la familia, todos adultos mayores. El lugar que encontraron estaba lejos de ser el refugio que esperaban, pues la vivienda es de madera, sin paredes adecuadas, y el baño era una letrina en malas condiciones. «El bañito estaba muy malito», recuerda Encarnación, su hija y cuidadora, «estábamos ahí, hasta que llegó la bendición de Dios, la Fundación Forjando Futuros y sus cooperantes».
Hoy, la situación ha cambiado para Emilia y su familia gracias al Proyecto Integral “Mejoramientos sin Barreras” ejecutado por la Fundación Forjando Futuros en colaboración con la Asamblea de Cooperación por la Paz y que ha contado con el financiamiento del Ayuntamiento de San Fernando. Ahora su hogar está siendo completamente transformado garantizando a ella y a su familia un espacio más digno y accesible, especialmente considerando su condición de discapacidad visual y la edad avanzada de los miembros de la familia.
El baño, que antes era un espacio deteriorado y de difícil acceso, ha sido completamente remodelado. El retrete fue reemplazado por un sanitario moderno, y se ha instalado todo el sistema de alcantarillado necesario. Además, este espacio fue equipado con barras de apoyo, piso enchapado una ducha adaptada para la seguridad de Emilia, quien ahora puede acceder con mayor facilidad para así lograr que el lugar sea más seguro para ella.
La vivienda ha sido objeto de importantes mejoras estructurales: El techo del baño, que antes estaba en malas condiciones, ha sido reparado y restaurado, lo que garantiza la seguridad de todos los habitantes. Las áreas circundantes han sido niveladas, lo que ha permitido elevar el piso de la vivienda 15 centímetros por encima del nivel freático, evitando inundaciones durante las lluvias. Esto ha mejorado las condiciones de vida, especialmente para una familia que, debido a su edad, necesita un entorno seguro y accesible.
«Ese trabajo nos ha servido muchísimo, sino nos hubiéramos inundado muchas veces», dice Aladino con gratitud, refiriéndose al impacto positivo que las mejoras han tenido en su vida diaria.
Además, para mejorar aún más la movilidad dentro de la casa, se ha construido un corredor que conecta la zona del baño con el interior de la casa. Esto facilita el desplazamiento de Emilia, Encarnación y Aladino dentro de su hogar, especialmente porque todos son personas adultas mayores con limitaciones de movilidad.
El área de lavado también cambió. Se ha instalado un lavadero prefabricado de un metro y las conexiones necesarias para la lavadora, lo que facilita las tareas domésticas y mejora la calidad de vida de la familia. Con todas estas reformas, la vida de Emilia y su familia ha dado un giro significativo. La nueva infraestructura ha permitido que la familia tenga más privacidad, seguridad y comodidad, mejorando la autonomía de Emilia, quien ahora puede moverse con mayor facilidad dentro de su hogar.
Además, el proceso de mejoramiento incluyó talleres sobre corresponsabilidad en el cuidado de personas con diversidad funcional, lo que ha fomentado una mayor participación de los hombres en las tareas de cuidado, algo clave en una familia en la que tanto quienes cuidan como quienes deben ser cuidados son personas adultas mayores.
El proceso de mejoramiento de la vivienda de la cual es beneficiaria Emilia ha tenido un impacto mucho más allá de lo material.
Hoy, Emilia y su familia pueden mirar al futuro con esperanza, sabiendo que su hogar no solo es más seguro, sino también un espacio que les ofrece la oportunidad de vivir con dignidad y autonomía.
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