Opinión

El desfile del 20 de julio

Única forma de sobrevivir al cambio climático producido por los fogones gringos que hicieron que se devaluara nuestra identidad a una imagen de consumidores de baratijas.

Juán Fernando Uribe Duque/Opinión/ El Pregonero del Darién

El presidente no siempre llega tarde. Si ustedes ven en You Tube los dos o tres discursos diarios conversados entre cuarenta a cincuenta minutos cada uno, se asombrarán de la capacidad de trabajo y la concentración de este personaje. Aquí y allá, posesiones de ministros, inauguración de programas barriales, entrega de tierras, reuniones con la comunidad, foros, giras, conferencias, coliseos, ruedas de prensa etc., ¡etc. una locura! Ahí sí se puede decir que el hombre es una máquina de trabajo y compromiso.

En el Congreso se prohibieron definitivamente las corridas de toros, ¿Cuándo nos imaginamos eso? o ¿Cuándo nos imaginamos que Ecopetrol en unos años no va a explotar petróleo? ¡Nunca! ¿Cuándo sospechamos que se pusieran en entredicho las comidas chatarras de origen gringo Buddy’s, Chito’s, Jacks Snacks, Papitas, Besitos, Doritos y Boliquesos? ¡Nunca! Sucede que es un nuevo lenguaje, un nuevo acercamiento a la vida, una nueva cultura así suene ridículo, pero estamos en la Era de Acuario y eso lo debemos entender porque es la única forma de sobrevivir al cambio climático producido por los fogones gringos que hicieron que se devaluara nuestra identidad a una imagen de consumidores de baratijas innecesarias y venenos disfrazados de golosinas.

Otra cosa, llegar tarde vestido de blanco a un desfile militar -donde se evoca la muerte, ¡¡la defensa ofensa, el poder bélico, el armamento AJUA!! ARRR!! – puede ser adrede, de «aposta», no solo para prevenir un atentado. Parece un acto simbólico muy interesante llamando a la paz: ¡¡Ya el Ejército tiene que dejar de ser una “Fuerza Letal” para convertirse en custodio de la vida!!

Claro, claro, que me dirán: ¿Y las disidencias? y el terrorismo? y las muertes, ¿y las bandas de delincuentes y los paramilitares?… Sí, aún estamos viviendo la fase primitiva de la paz: la guerra; pero se acercan nuevos tiempos en los que la vida se impone y nos tendremos que seguir educando hasta convencernos que también el sufrimiento y muerte de un animal entre vítores y clarines, era el espectáculo más horrible y denigrante con el que gozaron todas las generaciones de inconscientes que salían ebrios a seguir celebrando: ¡¡¡a rematar!!!

No mis amigos, esos tiempos van quedando atrás, tienen que desaparecer.

Ahora viene la Feria de las Flores y el desfile de Silleteros: una apología a la esclavitud y el servilismo.

Pero bueno, ahí vamos…

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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