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Opini贸n

Los corruptos patalean

Todo es un circo alimentado por el temor a ser descubiertos y por la codicia y la falta de solidaridad con la inversi贸n social en un pa铆s donde 30 millones dejaron de comer las tres comidas del d铆a.

Ju谩n Fernando Uribe Duque/Opini贸n/ El Pregonero del Dari茅n

Cuando ya caen las garras de los mecanismos contra la corrupci贸n, el pa铆s pol铆tico se estremece y los peces gordos har谩n hasta lo imposible por que los entes de control no logren sus prop贸sitos. Por suerte, la olla podrida se sigue destapando, incluso entre los colaboradores del gobierno como en el sabido esc谩ndalo de la UNGRD, que ya empieza a mostrar sus grandes tent谩culos a trav茅s del tiempo.

La corrupci贸n ha sido mucha, los desfalcos inconmensurables y no nos explicamos como en un pa铆s degradado por la corrupci贸n m谩s voraz, el clientelismo, la violencia y el abuso, a煤n tengamos capacidad para sonre铆r y veamos en las plazas de mercado toda la abundancia y la magia de una tierra que no cesa en producir belleza y color.

Es en el Congreso de la Rep煤blica donde todo converge, donde todo coincide, donde todas las tendencias representadas debaten y se ejercitan intentando equilibrar las cargas, desfogando desesperadas para seguir ocultando y justificando malos procederes o conductas delictivas muchas de ellas derivadas de un narcotr谩fico sin control durante casi cincuenta a帽os, a la par de una conducta de pol铆ticos acostumbrados a sobornos, o a grupos que, peri贸dicamente se asocian para esquilmar al erario con contratos leoninos y artima帽as jur铆dicas cada vez m谩s sofisticadas justificando los 55 billones que cada a帽o se roban impolutos.

Ahora cuando el punto de la crisis toca fondo, y todos se estremecen con el llamado a juicio de 脕lvaro Uribe, es la aprobaci贸n del presupuesto para el a帽o entrante -que en buena parte depender铆a de la reforma tributaria presentada por el gobierno-, lo que produce una reacci贸n violenta entre los parlamentarios que salen en defensa de los intereses y la codicia de quienes detentan el poder econ贸mico en Colombia.

El s贸lo hecho de ver amenazadas sus rentas al pretender ser gravadas las actividades extractivas de carb贸n y petr贸leo -donde muchos en asocio con las multinacionales obtienen jugosas rentas y sobornos – los hacen vociferar rabiosos gritando ep铆tetos e insultando.

Tambi茅n los representantes de rentistas evasores de latifundios improductivos muchas veces adquiridos como despojo de la actividad paramilitar y guerrillera, se rasgan las vestiduras para no pagar los impuestos respectivos, adem谩s de negarse reiteradamente a una reforma agraria justa y equitativa.

La posibilidad de un gravamen acorde al negocio de apuestas en l铆nea y en especial el aumento taxativo a los grandes capitales motivan a los amos del poder a estimular a sus servidores en el Congreso a dar la pelea, mientras muchos de ellos como Sarmiento 脕ngulo y sus grupos econ贸micos asociados, pagan millonadas de d贸lares en el extranjero para impedir ser puestos en prisi贸n por delitos de evasi贸n y complicidad en negociados con las grandes multinacionales constructoras de carreteras como Odebrecht. Habrase visto: all谩 son delincuentes que pagan y pactan, aqu铆 son probos empresarios dignos de admiraci贸n.

Es tanto el bochorno que produce la corrupci贸n que hace que un jefe liberal como Vargas Lleras -nieto de expresidente y sobrino de alguien que siempre lo detest贸 por grosero y coscorronero- se atreva a decir que no ve claro las elecciones del 2026 vaticinando una dictadura o un evento de igual talante. Claro, har谩 hasta lo imposible por impedir que lo investiguen a 茅l y su hermano por el robo de 11.3 billones en la Nueva EPS en asocio con otros personajes muy c茅lebres en la pol铆tica colombiana.

Todo es un circo alimentado por el temor a ser descubiertos y por la codicia y la falta de solidaridad con la inversi贸n social en un pa铆s donde 30 millones dejaron de comer las tres comidas del d铆a, y siete millones viven con el equivalente a dos d贸lares diarios.

A pesar de que ya casi dos millones han superado la l铆nea de pobreza a ra铆z del repunte de la econom铆a y los evidentes logros a ese respecto del gobierno nacional, los medios siguen acolitando el supuesto esc谩ndalo.

Las cifras est谩n ah铆, para ser analizadas. En agricultura el aumento es del 9%, con reducci贸n franca de la importaci贸n de alimentos, el turismo ha aumentado en un 35%, la econom铆a popular no ha podido estar mejor con cr茅ditos baratos y est铆mulos al peque帽o empresario, la inflaci贸n fue de cero en agosto, la disminuci贸n de la deforestaci贸n de la selva es ostensible, el aumento de la inversi贸n extranjera evidente, renta b谩sica y pensi贸n para los m谩s viejos, puntos de acopio alimentario, construcci贸n de colegios hospitales y universidades, reforma de viviendas, educaci贸n p煤blica gratuita y  transici贸n energ茅tica a todo vapor, saneamiento ambiental -invirtiendo contra viento y marea lo poco que dej贸 el mal gobierno de Iv谩n Duque- y el 煤ltimo gran logro: reivindicar la dignidad del peque帽o transportador tras desenmascarar la voracidad de los grandes empresarios.

Si bien dentro del escabroso escenario en que convirtieron al pa铆s los gobiernos derivados de la acci贸n paramilitar, mafiosa y guerrillera, se plantea un panorama de esperanza despu茅s de exponer toda nuestra tragedia.

Ya estamos navegando en la profundidad de la herida, en el fondo mismo de la p煤stula: la guerra se reactiva como pataletas de ahogado de un narcotr谩fico que es atacado en forma contundente con grandes incautaciones y freno financiero a sus grandes administradores internacionales; una Fiscal铆a que trabaja e investiga a los grandes delincuentes de cuello blanco, una Justicia que, a pesar de estar politizada, da claros indicios de seriedad y profesionalismo al atreverse a llevar a un expresidente al banquillo de los acusados; y tal vez lo m谩s importante, el saber que los m谩s de seis millones de desplazados, las 700.000 v铆ctimas del genocidio, entre ellos los casi diez mil muchachos inocentes muertos como supuestos guerrilleros disfrazados con uniformes nuevos – como los vimos en la televisi贸n- ellos y sus madres, tendr谩n por fin una oportunidad sobre esta sufrida tierra. Tal vez esto 煤ltimo dir铆a Gabo si a煤n viviera…

Wilmar Jaramillo Vel谩squez

Comunicador Social Periodista. Con m谩s de treinta a帽os de experiencia en medios de comunicaci贸n, 25 de ellos en la regi贸n de Urab谩. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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