Luis Carlos Galán: a 35 años de su legado y lucha contra el narcotráfico
Luis Carlos Galán fue un influyente político colombiano que, tras ser ministro de Educación, fundó el partido Nuevo Liberalismo en 1979, convirtiéndose en una figura destacada en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico.
18 de agosto de 2024
Hoy se cumplen 35 años desde que Colombia perdió a una de sus voces más representativas en la lucha por la democracia y la justicia social. Luis Carlos Galán Sarmiento, candidato presidencial por el Nuevo Liberalismo, fue asesinado el 18 de agosto de 1989 en un acto público en Soacha. Este hecho, además de truncar su proyecto político, dejó una marca imborrable en la historia del país, pues Galán representaba la esperanza de una Colombia renovada en un contexto de creciente violencia y corrupción impulsada por el narcotráfico.
El ascenso de Galán: de periodista a líder político
Luis Carlos Galán nació el 29 de septiembre de 1943 en Bucaramanga, en el seno de una familia de clase media-alta vinculada al Partido Liberal. Galán inició su carrera como periodista en el diario El Tiempo, destacándose por su capacidad crítica y analítica en un momento en que el país enfrentaba profundas divisiones políticas y sociales. Su talento y compromiso con el servicio público lo llevaron a ser nombrado ministro de Educación en 1971 durante el gobierno de Misael Pastrana Borrero.
Durante su gestión como ministro, Galán enfrentó las protestas estudiantiles de 1971, que cuestionaban el sistema educativo y exigían reformas profundas. En una entrevista en la HJCK, Galán afirmó que los jóvenes se rebelaban porque «el sistema educativo no les resolvía una serie de problemas», una declaración que reflejaba su visión crítica y su comprensión de las demandas sociales.
La creación del Nuevo Liberalismo y su lucha contra el narcotráfico
En 1979, Luis Carlos Galán decidió apartarse del Partido Liberal y fundar el Nuevo Liberalismo, un movimiento que buscaba devolver la ética a la política y combatir la corrupción. Junto a Rodrigo Lara Bonilla, denunció abiertamente la infiltración del narcotráfico en la política, señalando directamente a figuras como Pablo Escobar. Este acto de valentía le costó a Lara la vida en 1984, marcando el inicio de una guerra sin cuartel entre el Estado y los cárteles de la droga.
Galán continuó con su lucha, defendiendo principios de igualdad y justicia social en un contexto donde la violencia y la impunidad eran la norma. Su plataforma política se centró en la renovación democrática, la lucha contra la corrupción y la justicia social, valores que le ganaron el apoyo de amplios sectores de la sociedad.
El asesinato en Soacha: un magnicidio que cambió a Colombia
El 18 de agosto de 1989, en plena campaña presidencial, Luis Carlos Galán fue asesinado en un evento público en Soacha. El magnicidio fue planificado por una alianza entre narcotraficantes y sectores oscuros del Estado, incluyendo la participación de Pablo Escobar y el entonces director del DAS, Miguel Maza Márquez. Este crimen no solo acabó con la vida de un líder político, sino que también evidenció la profunda crisis de seguridad y gobernabilidad que vivía Colombia en ese momento.
En los años siguientes, diversas investigaciones y condenas señalaron la participación de múltiples actores en el asesinato, incluyendo a Alberto Santofimio Botero, político liberal, y alias «Popeye», uno de los sicarios de Escobar. A pesar de los avances judiciales, el caso sigue siendo un símbolo de la impunidad y la lucha por la verdad en Colombia.
Legado y memoria: 35 años después
A 35 años de su asesinato, Luis Carlos Galán sigue siendo un referente de la lucha por una Colombia más justa y democrática. Su ideario político, basado en la ética y la transparencia, continúa inspirando a nuevas generaciones de líderes y ciudadanos que buscan transformar el país. Aunque su vida fue truncada, su legado perdura en la memoria colectiva y en las luchas actuales contra la corrupción y la injusticia.
La historia de Galán es una recordatorio de que, a pesar de la adversidad y la violencia, la voz de aquellos que luchan por la verdad y la justicia no puede ser silenciada. Hoy, su mensaje sigue siendo relevante en un país que aún enfrenta grandes desafíos en su búsqueda de paz y equidad.