Repasando nuestra historia
Vagamundo/ Cultura/El Pregonero del Darién/Artes Gráficas/Vagamundo.art20@gmail.com
Miguel Hernández murió el 28 de marzo de 1942, a la edad de 31 años, víctima de la tuberculosis en un contexto de represión. Su legado literario, sin embargo, ha perdurado.
Miguel Hernández Gilabert.
30 de octubre de 1910, Orihuela, España.
28 de marzo de 1942, Alicante, España.
Es una de las figuras más emblemáticas de la poesía española del siglo XX. Su vida estuvo marcada por el contexto social y político de su época, lo que influyó profundamente en su obra literaria. Proveniente de una familia humilde, desde joven mostró interés por la literatura, pero su formación fue mayormente autodidacta.
Hernández se destacó por su capacidad para captar la realidad de su entorno, fusionando la poesía con el compromiso social. Sus primeros trabajos, como «Perito en lunas» (1933), reflejan un estilo influenciado por poetas como Luis de Góngora y Pablo Neruda, pero rápidamente evolucionó hacia una voz más personal y directa. Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), su poesía adquirió un tono más combativo, como se evidencia en «El rayo que no cesa» (1936) y «Viento del pueblo» (1937). Estas obras no solo abordan el amor y la naturaleza, sino que también reflejan su profunda preocupación por la injusticia social y la lucha por la libertad.
La derrota del bando republicano en 1939 marcó un giro trágico en la vida de Hernández. Arrestado y encarcelado, sufrió condiciones inhumanas en prisión. Sin embargo, su espíritu indomable lo llevó a seguir escribiendo. Durante este período, compuso algunos de sus versos más desgarradores, que exploran la muerte, la pérdida y la esperanza. Su obra póstuma, «Los hombres de la tierra», publicada tras su muerte, es un testimonio de su conexión con la tierra y la vida campesina.
Miguel Hernández murió el 28 de marzo de 1942, a la edad de 31 años, víctima de la tuberculosis en un contexto de represión. Su legado literario, sin embargo, ha perdurado a lo largo de las décadas. A través de su poesía, Hernández se convirtió en un símbolo de la resistencia cultural y la lucha por la libertad, resonando en generaciones de lectores y escritores. Su obra no solo sigue siendo relevante por su belleza estética, sino también por su profunda humanidad y su denuncia de la injusticia, consolidando su lugar como uno de los grandes poetas de la literatura española.