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Opinión

31 de marzo: Se crea la Imprenta Nacional de Cuba

La primera publicación fue: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, obra de Miguel de Cervantes Saavedra.

Por: Juan Hernández Machado*Opinión/El Pregonero del Darién

Para ser consecuentes con lo prometido al pueblo cubano durante la auto defensa del compañero Fidel Castro Ruz por el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, era necesario comenzar la transformación de Cuba desde los primeros días después del triunfo revolucionario.

La Ley Fundamental de la República aprobada en a inicios de 1959 también consideró los principios generales para  reorganizar el sistema educacional en todos sus niveles- que fue una de las prioridades establecidas desde el asalto al Moncada-,incluyendo la educación de adultos, prácticamente   inexistente para las masas populares antes de 1959.

Se incrementó el presupuesto para la educación    y se abrieron 10 mil nuevas aulas, las  que posteriormente dieron paso a grandes y modernas escuelas, fundamentalmente en las zonas rurales, a la vez que se inició la formación de maestros voluntarios quienes, luego de una preparación inicial, fueron a cumplir los deberes educacionales en los lugares más remotos y necesarios.

 Un elemento clave que facilitaría todo el proceso de educación del pueblo cubano fue la creación de la Imprenta Nacional de Cuba, el 31 marzo de 1959. Esta publicó como su primera obra El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, obra de Miguel de Cervantes Saavedra y pieza cumbre de la literatura hispana, en cuatro tomos y en 100 000 ejemplares, vendida a nuestro pueblo  al  irrisorio precio de un  peso.

El prestigioso escritor cubano Alejo Carpentier fue puesto al frente de la Imprenta Nacional y este propició que se creara una sección especial para producir obras de la literatura universal que pronto estuvieron en manos del pueblo cubano tanto en una escuela, como en un ómnibus, disfrutando de las mismas lo mismo durante un descanso en el campo de caña que en una trinchera.

Dicha acción fue complementada con el mejoramiento de las bibliotecas existentes y la creación de bibliotecas populares en todo el país, además de las que se fueron creando en todas las escuelas primarias, secundarias y de nivel superior, partiendo de la visión del Comandante en Jefe en cuanto al desarrollo educativo y cultural del pueblo, al no decirle al pueblo cree, sino lee.

Nuestra Imprenta Nacional contribuyó a crear el soporte material para poder ejecutar  la principal tarea educativa de la revolución en esos momentos: eliminar el analfabetismo en Cuba.

Desde los primeros meses de 1959 se comenzaría a concebir una gran campaña de alfabetización, que sería dirigida por una Comisión Nacional creada al efecto y que fuera apoyada por las autoridades de educación y el pueblo en general, decidiéndose dedicar  todo el año 1961 para esta actividad.

Además,    el pueblo cubano tuvo acceso a las mejores obras de  nuestro José Martí y de los clásicos de la literatura universal, en diferentes formatos accesibles y al alcance económico de todos.

Estos fueron los inicios de la transformación educacional del pueblo cubano, pueblo que, con sus propios científicos, fuera capaz durante la pandemia de la COVID-19 de producir varias vacunas que lo salvaron de más muerte y enfermedad y que pudimos compartir con otros pueblos hermanos.

*Premio Nacional de Filatelia 2012 y miembro de la Unión de Historiadores de Cuba.

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