Recuerdos pre electorales
Un gobierno que deroga la Ley de GarantÃas en plena época electoral para garantizarle votos al candidato ungido con falsas poses de bacanerÃa.
Por: Juán Fernando Uribe Duque /Opinión/ El pregonero del Darién.
¿Será que lo lograremos?
Existe una Colombia profunda y ansiosa de un cambio que espera en las próximas elecciones romperle el espinazo a 200 años de malos gobiernos causantes de 22 millones de ciudadanos con hambre y desespero, 6 millones de desplazados, 55 billones de pesos anualmente esquilmados por un sartal de polÃticos ladrones, un despilfarro vulgar, un desempleo juvenil de más del 50%, más de la mitad de bachilleres sin oportunidad de acceder a una educación superior, una deuda pública de 280.000 millones de dólares en ascenso pagando 276.000 millones diarios de intereses (también sábados y domingos), unos gastos de 4.600 millones diarios en la oficina de la presidencia con 80 camionetas y 4 aviones y un gasto mensual de 6.000 millones en gasolina y repuestos. Gastos de 200 millones de mercado en la Casa de Huéspedes de Cartagena, vacÃa, importamos ( en manos de cinco personas) más de 20 millones de toneladas de alimentos en un paÃs agrÃcola; 250.0000 hectáreas de selva deforestada cada año en talas y quemas para sembrar coca y adecuar terrenos para ganaderÃa extensiva, embajadas llenas de polÃticos quemados con salarios de 40 millones mensuales, agregados comerciales vegetando y un ejército sosteniendo una guerra eterna contra un narcotráfico omnipresente que le demanda gastos diarios de 140.000 millones, una corrupción galopante, un campo postrado vÃctima de la violencia y de la minerÃa ilegal que soborna y contamina de mercurio y cianuro los rÃos. Un gobierno que deroga la Ley de GarantÃas en plena época electoral para garantizarle votos al candidato ungido con falsas poses de bacanerÃa y un rabo de paja expuesto ante una charada mediática de grandes gastos (180.000 millones del erario público durante la alcaldÃa). En fin, un Estado no viable, en crisis, hipotecado, con una deuda pública creciente y gobernado por una galerna de politicastros ladrones y un narcotráfico todo poderoso por cuyo lavado de activos, ha sabido perdurar en una vitrina de malecones, puentes que se caen, carreteras 4G llenas de derrumbes y chanchullos, parlamentarios corruptos y mentirosas. En fin… Qué cansancio…
Pero nosotros, el 15% de la población, vivimos «sabroso».