Opinión

El correo y su historia (predominio del mar)

El buque correo fue sufriendo transformaciones al pasar de la vela al vapor y posteriormente a la propulsión mediante el diésel.

Juan Hernández Machado*/Opinión/El Pregonero del Darién

A medida que los países dominantes europeos fueron extendiendo sus intereses a territorios en África, Asia y el Nuevo Continente—América, surgió la necesidad de establecer un servicio de correos, tanto para los representantes de las Metrópolis como para los individuos que se habían dejado como colonos en las nuevas tierras conocidas.

Así el correo fue al mar puesto que solamente a través de esa vía era posible llegar entonces a los nuevos territorios conquistados.

Por lo general, el correo se enviaba en los buques más rápidos de la época, siendo el que más tiempo fuera utilizado, aunque con los ajustes marineros necesarios con el paso del tiempo, el llamado “Paquebote”. Estos buques podían, además del correo, llevar cargas menores, pero no eran de los buques utilizados para la guerra.

El buque correo fue sufriendo transformaciones al pasar de la vela al vapor y posteriormente a la propulsión mediante el diésel. Luego del surgimiento del avión, en 1903, y de la incorporación de este nuevo medio al transporte del correo, hay un híbrido con los buques, introducido en la década del 20 del siglo XX, que es muy interesante.

Surgió el llamado “correo por catapultas” a fin de reducir el tiempo de envío de correo a personas, generalmente empresarios, que viajaban entre continentes en los buques de línea de la época.

Cuando el buque se encontraba a una distancia de su destino posible de recorrer en los aviones de entonces, se lanzaba desde el buque un pequeño avión mediante una catapulta, el cual adelantaba toda esa correspondencia de negocios a los viajeros, quienes al llegar al destino encontraban muchos de sus asuntos encaminados.

Sello-1 Uno de los dos sellos franceses habilitados a 10 francos para servir como franqueo de la correspondencia enviada por correo   por catapulta desde el buque Ile de France. Por orden del Cónsul General francés en la ciudad de Nueva York.

Hay otros ejemplos interesantes e irregulares respecto a correo marítimo. Uno de ellos fue el método utilizado durante el sitio de París en 1870. Además de los globos y las palomas mensajeras utilizadas, se envió correspondencia en unas esferas de cinc, llamadas “boules de Moulins”, las cuales bajaban flotando por río Sena.

En la isla escocesa de St. Kilda introducían las cartas en maderos ahuecados a los cuales ataban una vejiga de cordero inflada. Los maderos flotaban así por el Atlántico Norte para que la corriente, y lógicamente, también la suerte, les permitiera llegar a las costas de Gran Bretaña.

Pero, tal vez, los ejemplos más interesantes los encontremos en islas del Pacífico.

Tanto la isla de Tonga como la de Niuafo’ou están rodeadas de arrecifes que impiden que los buques puedan llegar a sus puertos. Por ello, para transportar la correspondencia a dichos buques, surtos en la parte exterior de los arrecifes, se utilizó el sistema de “correo por canoas” o “correos por latas de estaño”.

La correspondencia la introducen en latas de estaño las cuales, al inicio, eran llevadas a nado hasta los buques que las llevarían a su destino y, posteriormente, eran trasladadas en canoas. De ahí los dos nombres que recibe este singular método de correos.

El mundo del mar y el mundo del correo se han fundido a lo largo de los años para garantizar las comunicaciones al hombre y también, ¿por qué no?, para facilitarnos bellas piezas postales y filatélicas que registran históricamente la ingeniosidad del ser humano para resolver los problemas a los cuales se enfrenta.

Cada buque de los utilizados en este propósito tiene su historia. Interesantes también son los sistemas de marcas y cancelaciones navales utilizadas por las diferentes administraciones postales.

Gracias a ellos pude enriquecer bastante mi colección “La navegación, del árbol al átomo”. No lo piense más, este tema en la filatelia puede satisfacer muchos de sus deseos por nuevos conocimientos. No quedará defraudado si comienza.

*Premio Nacional de Filatelia 2012-Historiador Cubano. 

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