Opinión

El costo de ser dirigidos por un cínico

Qué decir del extenso territorio ocupado a Siria después de la caída del gobierno de Bashar Al Assad, la destrucción de más de 250 objetivos militares de ese país.

Juan Hernández Machado*Opinión/El Pregonero del Darién

En las democracias representativas los pueblos tienen muchas dificultades para elegir los dirigentes que realmente puedan representar sus intereses, promoverlos y producir el desarrollo que ellos necesitan.

Por eso es normal ver países que son “ejemplos de democracia” según los cánones imperialistas promovidos por la gran prensa mundial, donde se ve a diario un fortalecimiento de la oligarquía nacional y el pueblo continúa sufriendo, unos años bajo la bandera de un partido, otros años bajo una bandera diferente, pero sufriendo finalmente, endeudado y sin grandes esperanzas de que se produzca un cambio a su favor en un período cercano, fundamentalmente en aquellos países donde la izquierda está dividida, entra en el juego de la democracia representativa e incumple sus promesas al pueblo cuando ha tenido la oportunidad de llegar al poder.

En los considerados grandes países, no por su tamaño sino por su peso económico, político y militar dentro de la cofradía imperial, los dirigentes electos pretenden   convertirse en los rectores del mundo o, por lo menos, en ejemplos a seguir en su región.

El ejemplo que nunca se podrá soslayar es el del gobierno de los Estados Unidos de América, el que en unas ocasiones luchando contra el comunismo, en otras contra los terroristas, en otras para equilibrar el mundo y podemos enumerar cuantas justificaciones puedan existir, impone sus condiciones no solo a quienes considera sus enemigos sino también a aliados y socios.

En el caso del gobierno de Israel, que también ha tenido una espiración principal no importa quien haya estado al frente y qué partido haya representado: la destrucción del pueblo palestino y el robo de su tierra para poder asentar a los crecientes emigrantes hebreos en la tierra prometida, no siempre ese gobierno ha protegido, como promete, a su propio pueblo.

Si anteriormente hubo duda al respecto, el comportamiento del gobierno del señor Benjamín Netanyahu en los últimos 18 meses no deja a nadie expectante ni vacilante.

Inició la etapa vigente del genocidio contra el pueblo palestino, que ha ocasionado más de 55 mil víctimas, fundamentalmente civiles y entre ellas mujeres y niños; más de 130 mil heridos, una cantidad grande de desaparecidos, además de forzar a la población de Gaza a la indigencia, la mendicidad, el hambre y utilizar los alimentos y medicinas como elementos de presión para que se acaten sus dictámenes. Solo desde el pasado 18 de marzo ha ocasionado 5, 401 muertes y 18,600 heridos a la población palestina.

Esto sin contar la ofensiva iniciada en enero de este año que ha causado destrucción, muerte, desplazamiento forzoso, robo de tierras a los palestinos de Cisjordania, lugar gobernado por la Autoridad Palestina que responde a los acuerdos de Oslo firmados entre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el gobierno de Israel, y no por el movimiento islámico Hamas como sucede en la Franja de Gaza.

No satisfecho con lo anterior, está la destrucción de muchos lugares del Líbano y el asesinato de más de 3,500 personas con la justificación de perseguir a dirigentes y combatientes del movimiento islámico Hezbollá, violando impunentemente el acuerdo que alcanzara con dicho movimiento a fines del año 2024 para poner fin al enfrentamiento entre ellos.

Qué decir del extenso territorio ocupado a Siria después de la caída del gobierno de Bashar Al Assad, la destrucción de más de 250 objetivos militares de ese país, el acoso a residentes en aldeas y la destrucción de sus propiedades.

Tampoco se puede olvidar la agresión a Yemen, la destrucción de su infraestructura y la muerte de sus hijos.

Pero lo más importante en este caso es la responsabilidad del gobierno de Israel con su propio pueblo, ese que ha sido llevado a las aventuras guerreristas que hoy el señor Netanyahu eleva a su máxima potencia.

El gobierno tuvo que admitir ante sus propios efectivos de las unidades fronterizas con la Franja de Gaza y de los colonos residentes en áreas circundantes que no los defendió como debía cuando se produjo el ataque de los islamistas de Hamas el 7 de octubre de 2023, lo que motivo la renuncia de varios generales y coroneles, tanto de la principal estructura militar del país, de la dirección de la inteligencia militar, como de grandes unidades como divisiones y brigadas,

Ya forman parte de la historia de ese país el reclamo de los familiares de los rehenes del 7 de octubre de 2023 que aún quedan en poder de Hamas a Netanyahu por sentirse engañados por este, planteando que no se han ocupado de sus familiares y que los mismos se han convertido en piezas del juego político del primer ministro sionista.

También están las decenas de miles de reservistas, muy jóvenes en su mayoría, que están recibiendo tratamiento por estrés post traumático debido a lo que han sufrido en la guerra de exterminio contra los palestinos.

Aún el señor primer ministro no ha satisfecho las necesidades de los más de 200 mil colonos del norte del territorio palestino ocupado, que vieron sus asentamientos golpeados por la cohetería de Hezbollá durante los enfrentamientos y tuvieron que abandonar los mismos, rehusando regresar hasta no recibir la debida seguridad del gobierno de que serán protegidos.

Y qué decir ahora, cuando el colmo de la prepotencia llevó a la dirección del gobierno israelí a atacar a la República Islámica de Irán.

 El pueblo de Israel, ese que también alberga a miles de personas que desean vivir en paz con los palestinos, que tiene inclusive organizaciones para apoyar la causa de los palestinos y buscar vías que permitan terminar con este genocidio por parte de su gobierno, es quien está sufriendo todas las adversidades que han provocado, primero el genocidio contra los palestinos, luego los ataques al Líbano, Siria y Yemén y ahora los efectos de las justas y sólidas respuestas de la República Islámica de Irán ante el artero ataque del gobierno de Israel.

Pero ahora viene lo más cínico e indecoroso por parte del señor primer ministro de Israel, que tal vez debido al enfrentamiento con Irán y sus consecuencias no recibe la debida atención en los medios de prensa: la principal preocupación y lamentación del señor primer ministro.

Netanyahu considera que ha tenido que pagar un precio personal muy alto porque su “pobre hijo” Benny Avner ha tenido que cancelar su boda, por segunda ocasión, debido a la amenaza de cohetes desde Irán.

Qué dirán los familiares de los casi 900 militares israelíes muertos en esta nueva aventura de Netanyahu que se inició el 8 de octubre del 2023, en especial de los familiares de las sargentos Danit, Shira, Aviv, Eden y Shay, todas de 19 años de edad, miembros de unidades de inteligencia del ejército sionista que encontraron su muerte como resultado de esta aventura.

A ellos pueden unirse los familiares de los sargentos Achia y Maor e Itay, Yosef y Daniel, todos de 19 años de edad, los dos primeros miembros de la Brigada Golani y los restantes de la Brigada Nahal, que encontraron sus muertes en la Franja de Gaza.

No por gusto ya hay alrededor de tres mil reservistas que vivieron el sufrimiento de la guerra provocada por Netanyahu y que ahora aceptan volver al servicio en las llamadas Fuerzas de Defensa de Israel, pero no regresar a Gaza ni a los combates contra los palestinos. La cifra puede resultar insignificante si la comparamos con el medio millón de reservistas que el gobierno convocara para esta aventura, pero es la primera ocasión que un grupo tan grande, entre quienes se encuentran pilotos, técnicos de aviación y oficiales subalternos de diferentes especialidades, adopta una actitud como esa.

Si yo fuera ciudadano de Israel me sentiría avergonzado por tener un primer ministro como el señor Netanyahu, que pone por delante sus intereses personales y sus aspiraciones políticas y de grandeza a los de su propio pueblo, que siembra y cultiva la semilla del odio y la destrucción en lugar de la semilla de la comprensión y la paz.

Pero le corresponde al pueblo de ese país, en su diversidad, darse cuenta de quién es este señor que, al final, llegó a donde se encuentra por decisión popular y también por decisión popular puede perder- y debe perder- todo lo que tiene.

Mientras, hay aspectos que son seguros y válidos para todos los pueblos del mundo sobre este tema: se debe terminar el genocidio contra el pueblo palestino, las fuerzas militares de Israel deben abandonar Gaza, Cisjordania, Siria y los lugares que hayan ocupado en el Líbano; deben cesar las agresiones a los países vecinos y lograr una paz duradera- que no tenga como garante al gobierno de los Estados Unidos de América porque sería inmoral, ya que el mismo ha sido y es parte de todas las acciones negativas de Netanyahu debido al apoyo de todo tipo que le ofrecen- y que finalmente ambos pueblos, el árabe palestino y el hebreo puedan vivir en paz en la tierra palestina, cada uno en su Estado definido por las Naciones Unidas desde la década de los años 40 del siglo pasado/ junio de 2025.

*Historiador cubano y Premio Nacional de Filatelia 2012 y miembro de la Unión de Historiadores de Cuba/ Mayo del 2025.

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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