El Liderazgo Como Pilar Del Desarrollo
Por: Columnista invitado: Antropólogo-Consultor VÍCTOR HUGO HINESTROZA OBREGÓN
Construyendo futuro desde el presente
La connotación del liderazgo necesariamente debe ir más allá de la mera autodeterminación como tal, del papel inmediatista que muchos desempeñan o lo coyuntural que pueda esta acción representar.
En Colombia, se ha venido construyendo la noción del liderazgo a partir de un ejercicio elaborado por víctimas, defensores de causas particulares o, en gran medida, de todo lo que incide en su área de responsabilidad o territorio.
Sin embargo, este liderazgo es igualmente satanizado por quienes consideran que obedece a una acción camuflada de actores con intereses particulares y específicos.
Sin lugar a dudas, esta es una realidad que ha generado, y por mucho tiempo seguirá generando, un alto riesgo y una alta mortalidad en las regiones donde, precisamente, la presencia del Estado ha sido históricamente muy precaria.
Se ha pasado por alto que es precisamente el liderazgo uno de los elementos fundamentales, la acción afirmativa esencial, para lograr el desarrollo sostenible que requiere el país. Las Juntas de Acción Comunal, las Juntas Administradoras Locales, las Juntas de Vivienda, los Cabildos y Resguardos Indígenas, los Consejos Comunitarios de Comunidades Negras, las Asociaciones, Fundaciones y Defensores de Derechos Humanos, Ambientales y Animalistas, junto a otras expresiones organizativas, representan un importante porcentaje de los actores sociales. La gran diferencia de cada cual, y sin desestimar su procedencia, ha sido la militancia politiquera camuflada en el deber misional de lo que representan.
Defensores de derechos humanos, consolidados dentro de una línea abiertamente politiquera y de militancia activa, al igual que otros en distintas orillas, deslegitiman incluso el chaleco que portan. Esta realidad desdibuja y genera desconfianza en el ciudadano de a pie.
No obstante, persiste la necesidad de este tipo de manifestaciones de liderazgo, en su sentido real y orientado a liderar imparcialmente causas genuinas, desarrollando acciones afirmativas, eficientes y eficaces, dentro de su espectro misional y de visión.
Colombia es un país en transformación, y por lo tanto, son los liderazgos, en este caso locales y regionales, los que permitirán que un país afectado por violencias, desarticulado por la corrupción y amarrado por la politiquería, evolucione satisfactoriamente. Sin embargo, es el acompañamiento de la gente, las familias y la comunidad en general lo que permitirá que el liderazgo sea una acción complementaria a la intervención del Estado, cualquiera que sea su filiación o postura partidista.
Hay que superar el espectro temprano de los colores políticos. El país necesita líderes, lideresas y sensibilizadores sociales que, desde los barrios, dirijan el bienestar de un país que lo merece y lo requiere. Es urgente desenraizar aquellas militancias ásperas y preñadas de resentimientos, revanchistas y desaprobantes de cualquier iniciativa que no sea propia.