Por unas condiciones de vida más humanas
Dignidad y Cuidado: La urgencia de los Mejoramientos de Vivienda para familias con integrantes con capacidades diversas
Foto de inicio: Carlos Andrés Ibarguen Mosquera, con su señora madre Maricela Mosquera
La familia de Carlos Andrés Ibarguen, joven con retraso mental severo, autismo y epilepsia, encontró una nueva forma de vida gracias al proyecto “Mejoramiento sin Barreras”
Una unidad sanitaria adaptada a las necesidades de Calos Andrés y su familia, se construyó gracias a la gestión de la Fundación Forjando Futuros, en alianza con la Asamblea de Cooperación por la Paz y el Ayuntamiento de Cádiz.
Carlos Andrés Ibarguen Mosquera es un joven de 22 años diagnosticado con retraso mental severo, epilepsia y autismo, requiere cuidado constante de su madre, Maricela Mosquera, y su hermana Valeria. Para esta familia, el día a día siempre ha sido un desafío, especialmente debido a las dificultades de aseo y cuidado en un hogar que no estaba adaptado a sus necesidades. Sin embargo, la llegada del programa «Mejoramientos sin Barreras» ha transformado sus vidas, ayudándoles a tener un baño adecuado que les ha permitido cuidar a Carlos Andrés de manera más digna y cómoda.
«Mi hijo depende completamente de mí», explica Maricela, quien ha sido su cuidadora desde que Carlos Andrés era un niño. «Carlos Andrés tiene autismo y ataques de epilepsia, lo que lo hace muy difícil de controlar a veces. Antes de que nos hicieran el nuevo baño, tenía que asearlo en el patio, expuesto a la intemperie. Era muy incómodo y poco seguro para él y para nosotros.»
El retraso mental severo, en combinación con el autismo y la epilepsia, requiere cuidados especiales, ya que Carlos tiene dificultades para comprender instrucciones. Las condiciones anteriores del baño complicaban aún más las tareas diarias de su familia. «A veces llegaba la visita y yo estaba bañando a Carlos Andrés en el patio. No podía dejarlos pasar porque el patio era visible desde la sala, y no quería que lo vieran en paños menores», recuerda Maricela. «Ahora, gracias al nuevo baño, puedo asearlo con privacidad y seguridad, lo que nos ha dado mucha tranquilidad.»
Valeria Ibarguen, su hermana, también ha sentido el impacto positivo de las mejoras. «Antes era muy difícil ayudar a mi mamá a bañarlo porque el espacio era muy pequeño, pero ahora es mucho más cómodo. Carlos Andrés ya no tiene las heridas en los pies que le salían por pisar en el patio», comenta Valeria, quien también participa en el cuidado de su hermano.
El programa de la Fundación Forjando Futuros no solo implicó la construcción de un baño adecuado, con teleducha, rampas de acceso y un espacio amplio, sino que también ofreció a la familia capacitaciones en herramientas emocionales y personales para enfrentar los desafíos que viven diariamente. «Yo al principio no quería ir a las clases, pero luego me di cuenta de que eran muy útiles. Aprendimos mucho sobre cómo manejar la situación de mi hermano», agrega Valeria.
Las condiciones de vida de Carlos Andrés han mejorado notablemente. El nuevo baño le permite a la familia asearlo de manera más segura y evitar situaciones incómodas. «Antes, él salía desnudo al patio o se sentaba en la cama sin haberse limpiado bien. Ahora, puedo cerrarle la puerta y sé que estará seguro hasta que termine de bañarlo», explica Maricela.
La intervención también ha tenido un impacto emocional profundo en la familia. «Esto no es solo un baño, es una bendición. Nos ha dado calidad de vida, tranquilidad y seguridad», afirma Maricela, visiblemente emocionada.
Este proyecto es un ejemplo de cómo iniciativas como esta, desarrollada por la Fundación Forjando Futuros, en alianza con la Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP) y con el financiamiento del Ayuntamiento de Cádiz, pueden transformar vidas a través de intervenciones integrales en las viviendas y contribuir a un verdadero impacto social en el Golfo de Urabá.