Más allá de las condenas
Y como si fuera poco, se comienza a conocer pese a la férrea censura, que dentro de las propias fuerzas armadas de Israel hay descontento por lo que ha venido ocurriendo en Gaza.
Por: Juan Hernández Machado*/Opinión/El Pregonero del Darién
Ya llevamos más de 170 días de genocidio cometido por el régimen sionista de Israel contra el pueblo palestino, tanto en la Franja de Gaza como en Cisjordania; más de 32 mil personas han sido asesinadas, gran parte de ellas mujeres y niños; Gaza está siendo sometida a un estado de tierra arrasada y no existen perspectivas inmediatas de que los perpetradores detengan sus acciones pues han declarado en más de una ocasión que su intención es eliminar a los palestinos.
Llevamos más de cinco meses siendo testigos de la mayor hipocresía de la historia, al ver al gobierno de los Estados Unidos de América aparentar condenar el genocidio de los palestinos, mientras que utiliza todos los medios a su alcance para apoyar, sostener, y ayudar al régimen de Benjamín Netanyahu a cometer su crimen de lesa humanidad.
Porque eso es lo menos que se puede decir al ver el apoyo irrestricto estadounidense a Israel en el terreno político, mientras que cientos de sus aviones y barcos les han llevado las armas más mortíferas para que continúen exterminando a los palestinos- se ultiman detalles para venderle otros 50 aviones caza del tipo F-15, a un costo de 18 mil millones de dólares, que finalmente serán costeados por el ciudadano común de Israel- , a la vez que le suministran inteligencia a tiempo real, no solo para continuar ese crimen sino para agredir al Líbano y a Siria por el apoyo que brindan a sus hermanos en Gaza y Cisjordania.
Muchos aún consideran que los mecanismos de la comunidad internacional pudieran servir. Pero la realidad es diferente.
El 26 de enero pasado la Corte Internacional de Justicia, respondiendo a una acusación interpuesta por el gobierno de Sudáfrica, a la que posteriormente se han incorporado otros países, dictaminó que Israel debía adoptar medidas efectivas e inmediatas para proteger a la población palestina en la Franja de Gaza del riesgo de genocidio y asegurarle servicios básicos y asistencia humanitaria.
Dos meses después, el 25 de marzo, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución que reclama el cese de las hostilidades, la liberación de todos los rehenes y trabajar para poner fin definitivo al conflicto. Debe hacerse notar que el gobierno estadounidense no vetó dicha resolución, como hizo en todas las anteriores relacionadas con este conflicto, pero se abstuvo.
Y como si ambas decisiones pertenecieran a organismos de otros planetas o se refirieran a otro país, el gobierno de Benjamín Netanyahu ha hecho caso omiso de las mismas hasta hoy tres de abril del 2024.
Un elemento muy importante ha sido la positiva respuesta internacional contra Israel por el genocidio que está cometiendo, ilustrada con diversas actividades de solidaridad que sirven para demandar que se ponga fin al exterminio del hermano pueblo palestino.
Esto es clave y debe continuar por todas las formas posibles en todos los foros internacionales.
Pero no es suficiente.
Más de 32 mil muertes y casi un millón de desplazados en peligro de hambruna y carentes de los servicios básicos pesan mucho sobre nuestra espalda para limitarnos a eso.
Hay que ir más allá. Hay que golpear al genocida y a sus protectores y aliados donde más les duele, a la vez que facilitar al sufrido pueblo palestino lo que podamos para atenuar su dolor. Cada cual haciendo lo que pueda según sus posibilidades.
Por eso es encomiable la actividad solidaria y militante armada de Hezbollah, de iraquíes y yemenitas, quienes han estado golpeando al régimen sionista con precisión, aspectos que trataremos en un trabajo separado.
No obstante, las acciones yemenitas para impedir que buques de Israel o con mercancías desde y para ese país transiten por el Mar Rojo han tenido un resultado excelente. Ya navieras tales como Orient Overseas Container Line Ltd, Evergreene, Maersk, Hapag- Lloyd, CMA CGM, British Petroleum y MSC han aceptado las condiciones impuestas y no circulan por ese mar.
La propia actitud de Sudáfrica al llevar a Israel a la Corte Internacional de Justicia es un paso trascendental.
Recientemente, el primer ministro de Malasia, Anwar bin Ibrahim, anunció la decisión de su gobierno de prohibir la entrada a sus puertos a buques de la empresa naviera israelí ZIM, decisión que se aplicará en un plazo de cuatro semanas.
Y sindicalistas australianos y miembros del partido de los Verdes han estado protestando en el puerto australiano de Port Botany para impedir el atraque de un buque portacontenedores operado por la naviera ZIM. También existe presión al respecto por parte de la Unión Marítima de Australia y del Movimiento de Sídney por la Justicia Palestina.
Estos sindicalistas, que están siendo arrestados por su solidaridad con Palestina, están poniendo presión al gobierno para que corte los vínculos militares con Israel.
Por su parte, estudiantes de la universidad estadounidense de Columbia, que se agrupan en el Consejo de Estudiantes de Columbia por la Justicia en Palestina, abogan por boicotear todas las empresas que apoyen las prácticas genocidas de Israel así como a no invertir en proyecto alguno en ese país. Los mismos actúan para que la universidad se desvincule de las relaciones económicas y académicas en los territorios ocupados por Israel en Palestina.
La Confederación Europea de Sindicatos decidió a inicios de este año boicotear todos los productos procedentes de los asentamientos israelíes en Palestina como forma de apoyar el derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado independiente en la tierra que le pertenece.
Recientemente, el Consejo de Bruselas, Bélgica, aprobó prohibir las compras públicas de productos fabricados en los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados.
Y en medio de su ambivalente y vergonzosa posición respecto al genocidio que Israel comete contra el pueblo palestino, el presidente estadounidense Joe Biden tuvo que enfrentar en días recientes la renuncia de Annelle Sheline, funcionaria del Departamento de Estado a cargo de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo.
Sheline públicamente declaró que adoptaba esa decisión porque era imposible continuar en un cargo como el que ostentaba cuando Israel, con el apoyo irrestricto de su gobierno estadounidense, está cometiendo un genocidio en Gaza desde el pasado 7 de octubre.
En el terreno militar, Chile no permitirá que firmas israelíes participen en la Feria Internacional del Aire y el Espacio (FIDAE) que tendrá lugar en su capital, Santiago, entre el 9 y el 14 de este mes. Esa decisión se produce después que el gobierno chileno llamara a su embajador en Israel en octubre pasado como protesta por las inaceptables violaciones al derecho internacional humanitario cometidas por las fuerzas israelíes de ocupación en la Franja de Gaza.
El grupo británico Acción por Palestina, informó haber logrado que el principal fabricante israelí de armas, Elbit Systems, cierre definitivamente otra de sus fábricas en el Reino Unido.
La compañía israelita producía sistemas refrigerados y otros componentes para vehículos militares y tanques Merkava, pero debido a acciones de Acción por Palestina vio incrementado sus costos de seguridad y disminuidas sus ganancias.
Los nuevos dueños de la compañía, Griffin Newco Ltd., le aseguraron a Acción por Palestina que no continuarían produciendo material militar ni tendrían relaciones con los propietarios anteriores.
Acción por Palestina también ha accionado en varias ocasiones contra Smith Metals en el Reino Unido, la compañía que suministra a Israel diversos componentes para sus aviones caza que el régimen sionista utiliza en sus ataques a Gaza. De igual forma, activistas de esta organización han accionado contra empresas de Elbit Systems, en las ciudades belgas de Oudenaarde y Herstal, que producen elementos militares para Israel.
Por su parte, también en el Reino Unido y esta vez accionado por 130 miembros de su Parlamento, el gobierno está siendo emplazado a prohibir de forma inmediata la venta de armas a Israel mientras continúe su brutal guerra contra la Franja de Gaza.
Lógicamente, y aunque el gobierno británico respaldó la última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que llama a Israel a poner fin a sus ataques contra Gaza, y esta presión parlamentaria es importante, no olvidemos que el Reino Unido se ha unido al gobierno de Joe Biden en la campaña de destrucción aérea de Yemen por el solidario apoyo de ese país al pueblo palestino.
Otras acciones más allá de las simples condenas a Israel por el genocidio que comete contra el pueblo palestino se encuentran en diversos países, con constantes manifestaciones de miles de personas que piden a sus respectivos gobiernos romper las relaciones con la entidad sionista ocupante y poner fin al genocidio. Jordania es un ejemplo de lo anterior, donde la embajada israelita se encuentra rodeada por miles de personas, día y noche, que exigen el corte de relaciones de todo tipo.
Y como si fuera poco, se comienza a conocer pese a la férrea censura, que dentro de las propias fuerzas armadas de Israel hay descontento por lo que ha venido ocurriendo en Gaza en los últimos meses. Se han dado casos de varios grupos de soldados que regresaron de acciones terrestres allí, algunos heridos, y rehusaron recibir a Benjamín Netanyahu por estar disgustados por lo que vieron y vivieron allí.
Lo más reciente ha sido la renuncia de varios funcionarios de alto nivel de la Unidad de Propaganda del ejército israelí por desacuerdo con acciones operativas, incluyendo la operación militar en Rafah, recientemente aprobada por Netanyahu y su equipo.
Pero hay más, más temprano que tarde tendrá que cesar el genocidio, los palestinos volverán a sus tierras en Gaza y ese territorio tendrá que ser reconstruido.
Hará falta- al igual que hoy se presentan los aportes de diferentes países con alimentos, medicinas, agua y otros aseguramientos para la población palestina en ese enclave- apoyarlos en todos los sentidos y no es descabellado pensar en la organización de brigadas de voluntarios que vayan a acompañar a los palestinos a reconstruir lo que Israel ha destruido.
Por lo pronto, países como Cuba continúan apoyándolos mediante la formación de médicos y otros especialistas a partir de los refugiados que han venido recibiendo durante años, para que puedan dar lo mejor de ellos en interés de su sufrido pueblo.
Como usted puede apreciar, amigo lector, las condenas al régimen de Israel, al gobierno de los Estados Unidos y sus aliados que los apoyan en el genocidio al pueblo palestino son importantes y tienen que continuar, con más intensidad, en todos los foros posibles hasta que se detenga la masacre de palestinos.
Pero las otras medidas, las que les afectan la economía, la eficiencia de sus aparatos militares, hasta la propia maquinaria de desinformación y mentiras que tienen para engañar, primero a sus respectivos pueblos y luego al mundo, van demostrando que el poder de quienes se consideran los elegidos, los mejores del mundo, se erosiona cada día que pasa.
Si los mandatos y resoluciones de los órganos internacionales que nos deben guiar a todos por igual no son escuchados, son violados y apartados a un rincón, estas y muchas medidas similares, que hagan daño a estos inhumanos, son necesarias e imprescindibles.
¡Los pueblos tienen la palabra!
*Premio Nacional de Filatelia 2012-Historiador Cubano.