Elon Musk desafía al gobierno de Brasil tras la suspensión de su red social X.
La tensión entre Musk y el gobierno de Lula aumentó debido a la negativa de X a cumplir órdenes judiciales del Tribunal Supremo de Brasil, que exigían el bloqueo de perfiles y contenidos relacionados con la desinformación y ataques a la democracia.
02 de septiembre de, 2024
El magnate tecnológico Elon Musk ha elevado la tensión con el gobierno de Brasil tras la decisión del Tribunal Supremo del país de suspender los servicios de su red social X y confiscar activos de SpaceX en territorio brasileño. Esta medida, motivada por el reiterado incumplimiento de órdenes judiciales por parte de las empresas de Musk, ha desencadenado una serie de amenazas por parte del empresario, quien ha calificado la acción como «ilegal» y ha insinuado posibles represalias contra el gobierno brasileño.
El conflicto entre Musk y el gobierno de Brasil
El origen de esta controversia radica en la decisión del Tribunal Supremo de Brasil de suspender los servicios de X en el país, medida que se ha ido implementando gradualmente desde el pasado sábado. La suspensión responde a la negativa de X de cumplir con diversas sentencias judiciales, que exigían el bloqueo de perfiles y contenidos asociados con la difusión masiva de noticias falsas y ataques a la democracia brasileña.
El Tribunal Supremo, en particular, ha sido crítico del comportamiento de Musk, quien no solo ha ignorado las órdenes judiciales, sino que también ha retirado a sus representantes legales del país. Según Musk, estos representantes estaban bajo amenaza de encarcelamiento por parte de Alexandre de Moraes, uno de los magistrados del Supremo a cargo del caso, quien ha argumentado que la falta de cumplimiento de las órdenes judiciales por parte de X y SpaceX tenía como objetivo crear «un ambiente de total impunidad y una ‘tierra sin ley'».
Las amenazas de Musk y las posibles represalias
En respuesta a la decisión del Tribunal Supremo, Elon Musk ha emitido una dura advertencia al gobierno de Brasil. A través de un tuit en la plataforma X, el magnate calificó la acción como «ilegal» y sugirió que, a menos que el gobierno brasileño devuelva la propiedad confiscada, él buscará la confiscación recíproca de los bienes del gobierno brasileño en Estados Unidos. En su mensaje, Musk insinuó que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva podría verse obligado a usar vuelos comerciales, en clara referencia a una posible confiscación de bienes estatales.
Esta amenaza surge en un contexto en el que Estados Unidos incautó en la República Dominicana el avión oficial del dictador venezolano Nicolás Maduro, en base a las sanciones estadounidenses que pesan sobre Venezuela. La tensión entre Musk y el gobierno de Lula da Silva ha escalado significativamente en los últimos días, y las posibles represalias podrían agudizar aún más la situación.
Starlink y el bloqueo de cuentas en Brasil
Además de la suspensión de X, otro frente de conflicto se ha abierto entre Musk y el gobierno de Brasil, esta vez relacionado con Starlink, la empresa de servicios de internet por satélite también de su propiedad. Starlink se ha negado a acatar la decisión judicial de suspender X en el país, lo que ha llevado al bloqueo de sus cuentas por orden del mismo tribunal.
La negativa de Starlink a cumplir con la orden judicial ha agravado aún más el conflicto. El Supremo de Brasil ha dejado claro que estas medidas forman parte de su esfuerzo por evitar que la campaña electoral de las elecciones municipales de octubre sea inundada de desinformación. Esta estrategia ya fue implementada en las elecciones presidenciales de 2018, cuando Jair Bolsonaro resultó victorioso en medio de una oleada de noticias falsas difundidas principalmente por la extrema derecha.
Implicaciones para el futuro
La situación actual entre Elon Musk y el gobierno de Brasil plantea serias preguntas sobre el futuro de las relaciones entre las grandes empresas tecnológicas y los gobiernos nacionales. En un contexto de creciente polarización política y preocupación por la desinformación, las decisiones judiciales en Brasil podrían sentar un precedente sobre cómo los gobiernos pueden regular y controlar el comportamiento de las empresas tecnológicas en sus territorios.
La postura desafiante de Musk y la posible escalada de represalias también podrían tener repercusiones en otros países, donde las empresas de tecnología operan bajo marcos regulatorios cada vez más estrictos. En este sentido, el caso de Brasil podría ser un indicador de futuras tensiones entre las empresas tecnológicas y los gobiernos a nivel global.