No podemos seguir aceptando aquello que, la justicia es para los de ruana o que la justicia cojea, pero llega.
Miguel Ángel Echeverri/Cultura/El Pregonero del Darién
«La justicia es un valor que se define como la idea de dar a cada quien lo que le corresponde, y que se guía por la verdad y la equidad».
Es muy difícil concretar procesos armónicos entre los seres humanos si no existe justicia social. Mientras la injusticia impere, mientras algunos fallos entren a favorecer a los más poderosos, mientras observemos que a los más corruptos los amparan con leguleyadas fallando en condenas mínimas y al menos protegido lo condenen con la norma inexorable de la pena máxima, por el mínimo delito, no será posible hablar de paz y armonía entre los hombres.
No podemos seguir aceptando aquello que, la justicia es para los de ruana o que la justicia cojea, pero llega; sería aceptar que las cosas como van, van bien o que mientras a mí no me toque ese asunto, pues lo mismo me da.
La justicia no la imparten los dioses, la imparten los hombres en razón de un contrato social acordado con base en sus principios éticos y morales.
