La izquierda se congrega con miras al 2026
A la Asamblea concurrieron organizaciones, partidos, movimientos y líderes que se identifican como de izquierda. Entre los 7400 asistentes estuvieron los 15 partidos que integran el Pacto.
Análisis de la Noticia/Javier Daza Duque*/Razón Pública/El Pregonero del Darién
La Asamblea Nacional y Popular por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad realizada en la sede de la Universidad Nacional en Bogotá los días 14 y 15 de septiembre fue un evento inédito en el país. Hubo múltiples actores individuales y colectivos, discursos convergentes y algunas puntadas hacia una hoja de ruta para las elecciones del 2026.
¿Izquierda, progresismo o petrismo?
La convocatoria fue realizada inicialmente por el Comando Nacional Unitario, la Coordinadora Nacional por el Cambio, el Pacto Histórico y la Minga Social Indígena del Suroccidente y se sumaron diversas actores sociales y políticos. Se realizaron diversas actividades previas y 25 encuentros regionales. Hubo una gran actividad organizativa que permitió movilizar a varios miles de personas de gran parte del país. Se sumaron múltiples actores y personas llegaron de diversas regiones. Hubo mesas de trabajo, intervenciones, relatorías.
A la Asamblea concurrieron organizaciones, partidos, movimientos y líderes que se identifican como de izquierda. Entre los 7400 asistentes estuvieron los 15 partidos que integran el Pacto.
Histórico y muchos congresistas (el Polo Democrático Alternativo, Colombia Humana, la Unión Patriótica, el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), Todos Somos Colombia, el Partido del Trabajo de Colombia (PTC), el Partido Comunista Colombiano, Unidad Democrática Amplia (UD), Alianza Progresista, el Partido Comunista Colombiano Autoridades Indígenas de Colombia, AICO; el Partido Independientes, la Fuerza de la Paz, Esperanza Democrática, Soy porque Somos). También asistieron movimientos y organizaciones sociales, los más importantes sindicatos y centrales obreras (como FECODE, la Central Unitaria de Trabajadores, la Unión Sindical Obrera, USO). Se sumaron la Minga Social Indígena; varios integrantes del Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC; grupos de jóvenes, raizales, afrocolombianos, organizaciones y colectivos culturales. Hubo ministros y otros funcionarios públicos. El cierre estuvo a cargo del presidente de la República.
Esta multiplicidad de organizaciones tiene como elemento común haber tomado parte y contribuido al triunfo de Gustavo Petro a la presidencia y del Pacto Histórico en las elecciones para el Congreso. Se identifican como alternativos a los partidos y a los políticos tradicionales. Defienden las banderas propias de la izquierda, la búsqueda de justicia social, la redistribución de la riqueza, la ciudadanía social, la democracia participativa, el rol activo del Estado en la economía y en las garantías de bienestar de los ciudadanos. También acogen ideas como la defensa del medio ambiente, los derechos de tercera generación, respeto por la diversidad sexual, religiosa y de modos de vida. Abogan por la mayor soberanía nacional, el replanteamiento de las políticas prohibicionistas sobre las drogas ilegales. Se oponen a la guerra y al uso de la violencia en la política.
Gustavo Petro prefiere la denominación de progresista. Asume que la distinción clásica entre izquierda-derecha se queda corta. Además de las tradicionales reivindicaciones de la izquierda, enfatiza en nuevos temas y problemas, en el multiculturalismo, la necesidad de un capitalismo progresista más estatista y que defienda la vida, la tierra y la naturaleza. Es el principal líder de estos sectores y organizaciones Los medios y los opositores llaman petrismo a ese mundo heterogéneo. De él deriva la etiqueta y casi todos parecen aceptarla.
En la Colombia de hoy parecen intercambiables y sinónimos izquierda, progresismo y petrismo.
Los discursos y las declaraciones.
Las declaraciones e intervenciones en esta Asamblea se refirieron a múltiples problemas- temas, entre ellos las reformas sociales propuestas (¿y frustradas?) por el Gobierno y el Pacto Histórico; el poder y la movilización popular; el nuevo partido; la defensa de la política como confrontación y el (supuesto o real) golpe blando.
En los dos primeros años del Gobierno de Gustavo Petro se han presentado diversos proyectos de reformas que han generado debates, discusiones, incluso confrontaciones discursivas con sectores radicalizados dentro del Pacto Histórico y por parte de partidos y algunos líderes de la oposición. Han sido aprobadas, entre otras, el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, la Ley de la paz Total La reforma tributaria de 2022, la ley Estatutaria de la Jurisdicción Agraria y Rural, la de 2022; la. Del paquete de reformas sociales solo se ha aprobado la reforma pensional (con varias demandas por presunta inconstitucionalidad) y quedan en carpeta las reformas laborales, de educación y de salud. El soporte de los programas y los proyectos sociales es una nueva reforma tributaria, denominada Ley de Financiamiento.
Sobre la acción legislativa el tono general fue de reclamo. Así lo expresó en su extensa intervención el exsenador y actual director del Departamento Nacional de Planeación Alexander López. Enfatizó en los logros que, en su parecer, la prensa no divulga, como los programas para los adultos mayores, para los jóvenes, para el campo, la disminución de la pobreza y el control macroeconómico. Hubo dardos para los gobiernos anteriores que reprodujeron la concentración de la riqueza, incrementaron la deuda y el oneroso pago de intereses. Defendió el nuevo proyecto de ley de financiamiento y la reforma agraria y rural. En consonancia con esta y otras intervenciones la Declaración Política de la Asamblea incluyó este tema como el primero y subrayó la “importancia de avanzar en reformas sociales, ambientales y económicas que garanticen una vida digna para todos los colombianos”.
En la tradición del actuar de la izquierda social y política esta Asamblea defendió y alentó la necesidad de mantener la contestación como uno de los ejes del actuar político y acudir a la protesta y la movilización para defender al Gobierno. El presidente Petro lo incluyó en su discurso, lo reiteró y reiteró. Reivindicó el “poder popular” de diferentes formas: “Este país ha resistido y nosotros somos la resistencia viva”, “Quieren el acuerdo nacional, pero con todos ustedes arrodillados y ellos el látigo y la cadena”. “Son los centros del poder los que tienen que ver al pueblo de frente y tomar una decisión: o el pueblo es el dueño de Colombia o el poder se va a abalanzar sobre el pueblo. Una de dos”. Invitó a conformar “Comités de defensa del cambio” en todos los municipios y veredas, abiertos, plurales y democráticos. Que se movilicen cuando toque para “rodear al poder”. Es la defensa de la política de la calle.
“En todo caso, no fue un llamado a subvertir el orden, tampoco al uso de la violencia. La paz figuraba en la convocatoria, en las pancartas y fue tema recurrente en las intervenciones”
El nuevo partido fue también un tema recurrente. Lo expresó el congresista del Pacto Histórico Alejandro Ocampo: “Hoy se realiza una asamblea muy importante, es la primera asamblea popular para la conformación de un partido único que siga peleando las elecciones en Colombia, que siga siendo factor de poder”. El presidente recalcó: “Hay que evitar que la gentuza asesina llegue al poder de nuevo”. Lo anunciaban también pequeños afiches de la Juventud Comunista: “Unidad Popular para la defensa del cambio”. No fue nuevo el tema, congresistas, líderes sociales, partidos y movimientos han anunciado la necesidad de pasar de una coalición a un partido. En anteriores ocasiones el presidente Petro ha insistido en la idea, ha llamado en varias ocasiones a la conformación de un solo partido que aglutine a los sectores progresistas para que se mantenga el proyecto de cambio en el país
El discurso del presidente duró 1 hora, 06 minutos, 26 segundos y expresó de nuevo la concepción de la política basada en la confrontación expuesta en dicotomías. Se le escuchó, dijo y reiteró: oligarquía-pueblo; política tradicional-política alternativa; élites-contra élites; lo público y estatal frente a lo privado y particular. También planteó la posibilidad de acuerdos y reconciliaciones. Pero no en condiciones de subalternidad. Afirmó de forma directa y contundente: “Nos reconciliamos o peleamos”. “O nos enfrentamos de nuevo o nos reconciliamos”. Un presidente con los guantes puestos que, sin embargo, habla de paz total.
También hubo alusión al “golpe blando” por parte de quienes “no son capaces de aguantarse una democracia”. Aludió el presidente al Consejo Nacional Electoral y al “Golpe de Estado que no es con militares sino con corbatas”. Y Fue más allá. En tono vehemente indicó: “Al golpe de Estado se le responde popularmente con una revolución”. También se refirió a un (presunto) complot para asesinarlo por parte de (presuntas) mafias que habrían sido afectadas por su Gobierno y en complicidad con “mafias políticas”. Se estaría fraguando un atentado con dinamita, con financiación de un esmeraldero y contando con información de personas del propio Gobierno. Señaló el que sería el propósito de esta conspiración: “O Petro sale de la Presidencia, ordenaron, o lo matamos. Unas de las dos”.
La memoria audiovisual de la Asamblea permite ver banderas del antiguo M-19, afiches del Partido Comunista, carteles de la Unión Patriótica, de Colombia Humana, del CRIC, de la CUT. Una pancarta levantada por dos hombres mayores anunciaba: “Firmes con Petro”. Y se escuchan arengas en la intervención del presidente: “Petro amigo, el pueblo está contigo”. Y, cuando se hacía alusiones a las mafias, a los responsables de los falsos positivos, a los políticos tradicionales, a los presuntos golpistas, gritaban, repetían: “No pasarán. No pasarán. No pasarán”. “No al golpe. No al golpe”.
El presidente estuvo como pez en el agua. La concha acústica de la Nacional fue su balcón.
Hacia las elecciones del 2026.
¿Puede la izquierda, el petrismo, el progresismo, mantenerse en la presidencia y sostener o incrementar su bancada en el Congreso de la República? No hay fórmulas que garanticen que se repita el éxito electoral. Hay algunos retos que deben asumir:
Lograr unidad de fines. El tránsito hacia un nuevo partido por agregación de organizaciones con historias, liderazgos, ideas, propuestas, programas propios requiere algunos acuerdos básicos mínimos que deriven en un programa y en estatutos. La unidad de fines puede contribuir a este propósito.
Iniciar el proceso de institucionalización organizativa. La organización es un imperativo en los partidos. La estructura también requiere acuerdos mínimos básicos, disolver las existentes, crear una nueva y darle contenido central, regional y local.
Gestionar las zonas de tensión y de conflicto. Todos los partidos tienen tensiones, y esto es más evidente en los partidos por agregación y más aún si son de izquierda con una larga tradición de conflictos y disputas. Las rivalidades, las diferencias y las confrontaciones no van a desaparecer de forma inmediata y se requiere manejarlas, regularlas, para ello hay que crear instancias institucionales, espacios de acuerdos y árbitros que diriman las discrepancias.
Consolidar liderazgos en función del partido, no desde aspiraciones individuales y de grupo. Aunque las elecciones de 2022 fueron muy exitosas, los liderazgos proceden de partidos, grupos y movimientos y hacer el tránsito hacia liderazgos partidistas no es fácil.
Establecer reglas de selección de candidatos. La forma como un partido seleccionan los candidatos incide en el nivel de su cohesión y se refleja en los resultados electorales. Se requiere acordar reglas inclusivas y democráticas, que sean conocidas, aplicadas y acatadas.
Si las elecciones de 2022 fueron inéditas por la competencia y por los resultados, las de 2026 lo serán al ser las primeras que afrontará la izquierda, el progresismo, el petrismo desde un lugar distinto, desde el poder de la presidencia y con la bancada más numerosa del Congreso. Todos querrán derrotarlos, a la vez que mantendrán en los próximos dos años sus cálculos electorales en sus actuaciones legislativas, en sus intervenciones, en el uso de los medios y de las redes sociales. Le seguirán apostando al fracaso del Gobierno, aunque eso afecte de forma negativa a toda la sociedad.
¿Podrá la izquierda mantenerse en la presidencia y sostener o aumentar su bancada en el Congreso? No solo depende de la forma como logre concretar el tránsito hacia un partido único. También cuenta el desempeño del Gobierno en este segundo tiempo del mandato presidencial. De igual forma, el modo como sus líderes puedan conducir el proceso y mantener y aumentar sus bases electorales y sociales.
* Ph. D. en Ciencia Política y profesor de la Universidad del Valle.