Petro y sus “fanáticos”
Quienes lo apoyamos no somos fanáticos, somos sus copartidarios convencidos que sus ideas son las que más le convienen a Colombia, y su modo de implementarlas, también.
Juan Fernando Uribe Duque/Opinión/ El Pregonero del Darién
El fanático puede ser fanático de su propia convicción, más no por ello tiraniza, todo lo contrario, puede ser abierto a las ideas complejas y complementarias, o a las verdades parciales de tipo positivista y pragmático. Puede pactar y convocar para que su ideal u objetivo perviva y se haga real. Su convicción es tal que sabe que sólo no puede, pues no es un tirano, todo lo contrario, llama a un consenso dentro del marco de lo propuesto. Por eso y para eso fue electo -en caso de un presidente- previa seducción y convencimiento, no así el tirano, el déspota o el dictador que se imponen por la fuerza.
En el caso de Petro no es fanatismo, es apoyo y convicción, no es tiranía, es defensa de algo de lo cual está convencido y por lo que lucha y llama a un grupo de trabajo y a un movimiento político de apoyo.