Cultura

Recordando a Alejandra Pizarnik

Un homenaje a La Pizarnik hoy, 29 de abril, para conmemorar 89 años de su nacimiento. Se leen sus poemas, pero pocos leemos sus Diarios.

Una colaboración del profesor Mario Aguiar /Cultura El Pregonero del Darién

[7 de diciembre de 1952] Mi soledad maúlla. La tapo con promesas vagas. Mentir, sí. Algún día encontrarás este diario y será antiguo, algún día verán mis fotos y se reirán de la moda actual. El vanguardismo será clasicismo y otros jóvenes rebeldes se reirán de él. Pero… ¿es posible soportar esto? Quiero morir. Tengo miedo de entrar al pasado. Pienso en alguna mujer de mi edad de hace un siglo. ¿Qué hacía cuando estaba angustiada? ¿Qué?

[París, 1960 – 1 de noviembre] Falta mi vida, falto a mi vida, me fui con ese rostro que no encuentro, que no recuerdo.

[18 de diciembre] Noche crucial. Noche en su noche. Mi noche. Mi importancia. Mí misma. La asfixiada ama la ausencia del aire. Memorias de una náufraga. Sueños de una náufraga. Qué puede soñar una náufraga, sino que acaricia las arenas de la orilla.

[21 de diciembre] Anoche tomé agua hasta las tres de la madrugada. Estaba un poco ebria y lloraba. Me pedía agua a mí como si yo fuera mi madre. Yo me daba de beber con asco.

[23 de diciembre] El bosque estaba oscuro. Por eso las hojas suspendidas de las ramas amenazaban con un color negro, no verde. «Es mentira todo», pensé, «hasta lo que me decían del color de las hojas». Tenía tanto miedo que no sabía si avanzaba o retrocedía.

[24 de diciembre] Desperté viéndome como un cuerpo sin piel, una llagada.

[31 de diciembre] Cuando entré en mi cuarto tuve miedo porque la luz ya estaba prendida y mi mano seguía insistiendo hasta que dije: Ya está prendida. Me saqué los pantalones y subí a la silla para mirar cómo soy con el suéter y el slip; vi mi cuerpo adolescente; después bajé y me acerqué nuevamente al espejo: Tengo miedo, dije. Revisé mis rasgos y me aburrí. Tenía hambre y ganas de romper algo. Me dirigí a la mesa y quise escribir un poema, pero temí aumentar el desorden de los libros y papeles. Me mordía los labios y no sabía qué hacer con las manos. Me asustaba saberme andando por la piecita desordenada, con la boca devorándose y la memoria petrificada.

[París, 1961 – 5 de enero] El horror de habitarme, de ser -qué extraño- mi huésped, mi pasajera, mi lugar de exilio.

[7 de enero] Todo lo que le dije lo arrojaba por inservible. Mi amor en harapos volaba como un paquete absurdo y nauseabundo.

[9 de enero] Odio mi cara pues la miro a través de sus ojos. Esta cara no supo fascinarlo. Amo.

¿Qué se hace en este mundo cuando se ama así?

[París, 1962 – 22 de julio] Pequeños suicidios silenciosos. Extraño haber caído tan al fondo después de tantas precauciones. Se caminó toda la noche a tientas: no se lloró; no se gimió; ni siquiera se respiró todo lo que se necesitaba. Pero te descubrieron igual. Como si nada.

Alejandra Pizarnik – Diarios

De la Pizarnik se leen sus poemas, pero pocos leemos sus Diarios – ¡que me parecen tan vitales! – y tampoco sus ensayos y sus traducciones. Un homenaje a La Pizarnik hoy, 29 de abril, para conmemorar 89 años de su nacimiento.

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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