¿Dónde está Camilo o el dolor de una madre?
Desde luego que nos unimos al clamor de esta madre y a la voz que hoy alza el jurista Ramón Elejalde para seguir visibilizando tan atroz e inhumano acto.
Incluso el señor presidente de la república y su ministro de defensa han impartido instrucciones precisas ordenando la búsqueda del joven ingeniero, pero nada ha sido posible. Solamente la voz inagotable y la angustia de su señora madre replica las 24 horas del día por las redes sociales, sin que los criminales que lo han retenido tengan un asomo de compasión.
Hoy replicamos la columna de opinión del Dr. Elejalde como un aporte para que esta llama no sea extinguida por el paso tortuoso del tiempo.
Por Ramón Elejalde Arbeláez
Horrendamente doloroso el clamor permanente de la señora Claudia María Yepes Upegui, madre del joven Andrés Camilo Peláez Yepes, desaparecido el 3 de abril del año 2022 en el municipio de San Andrés de Cuerquia cuando cumplía labores para la empresa WSP, que tenía con Empresas Públicas de Medellín un contrato de reforestación en la cuenca del río Cauca, en las proximidades de Hidroituango y habida cuenta de la formación profesional de Peláez Yepes, como Ingeniero Ambiental. Camilo Andrés lleva novecientos días desaparecido.
Andrés Camilo había nacido en el municipio de Jericó el 4 de enero de 1996 y gozaba de su formación profesional en la Universidad Nacional, sede Medellín. Hoy tiene o tendría el ingeniero citado, 28 años de edad. Su desaparición se dio ese 3 de abril, cuando salió de un pequeño hotel del municipio aludido a buscar comida en las horas de la noche, jamás regresó y algunos testigos luego afirmaron que lo vieron al amanecer con algunos sujetos recorriendo las calles de la municipalidad. La fiscalía general ha vinculado al proceso a dos sospechosos, conocidos con los alias de “Juancito” y “huevito”, que se dice pertenecen a la banda criminal La Mesa, con injerencia en la ciudad de Bello y algunas poblaciones del norte antioqueño.
No obstante, el interés de la fiscalía y la orden perentoria dada por el presidente Gustavo Petro a la policía colombiana de intensificar la búsqueda del ingeniero forestal, los resultados son absolutamente nugatorios y la impunidad es total. Las recompensas se han multiplicado y aún, así los las cosas siguen como el primer día. Es más, hoy solamente escuchamos la voz angustiada de su señora madre que pareciera clamar en el desierto por la libertad o la entrega de su hijo.
Capítulo aparte y gran reconocimiento merece la lucha descomunal que libra doña Claudia María Yepes por lograr saber el paradero de su hijo. Digna de encomio y alabanza la tenaz y obstinada campaña que diariamente mantiene esa dolida madre en medios y redes sociales buscando alguna luz que le permita saber el paradero de su Andrés Camilo, arrebatado en plena juventud. Sus lágrimas, su angustia, no parecen conmover a los delincuentes y/o a quienes pueden conocer detalles de lo sucedido, aquel fatídico 3 de abril.
Indolente la actitud de los sádicos que así procedieron con Camilo Andrés, que no los conmueve el desespero y la angustia de su atribulada madre. Por caridad humana, si es que alguna vez la tuvieron, debieron ya entregarle a su hijo o indicarle su paradero. Seres inhumanos que no parecieran tener madre, ni esposa, ni hijos. Insensibles al dolor ajeno, que ellos mismos producen. ¡No es posible llamarnos sociedad cristiana y civilizada!
Quedan preguntas en el aire, ¿Nadie en San Andrés de Cuerquia se enteró de los hechos? ¿Nadie vio seguimientos o percibió indagaciones en torno a la joven víctima de la desaparición? ¿Nadie ha escuchado nada sobre el tema? Todo parece tan extraño.
Propósito de autoridades, ciudadanía y fuerza pública debe ser dar con el paradero de Andrés Camilo Peláez Yepes.