El artista no puede perder la estética
Hoy rendimos homenaje al maestro Rubén Crespo Pérez en sus 70 años de existencia. Salud y larga vida al hombre que reivindicó con sus pinceladas la comunidad afro.
Wilmar Jaramillo Velásquez/ Cultural/El Pregonero del Darién
Había oído hablar mucho del maestro Rubén Crespo Pérez, de sus correrías por Europa, su larga estancia en los Estados Unidos, de sus exposiciones en exigentes galerías de Europa, de sus delicados y precisos trazos, de su larga trayectoria artística y académica.
Le había seguido los pasos por Santa Fe de Antioquia, pero de allí lo expulsó el calor y por recomendaciones médicas fue a parar al Carmen de Viboral y finalmente le hice cacería en el municipio de Ríonegro, intermedio con el Carmen de Viboral a donde vendría para un chequeo médico. Parece que su corazón le está enviando mensajes y los médicos le hacen un monitoreo para evitar sorpresas.
Nos citamos en el parque principal, justo en un moderno museo recién construido en pleno corazón de una ciudad que se salió de madre demográficamente hablando, con un acelerado desarrollo industrial y urbanístico que va dejando pocos espacios libres, torres y más torres, edificios y más edificios.
Como testigo del encuentro, una monumental escultura del maestro Rodrigo Arenas Betancourt, homenaje a un prócer de estas tierras, José María Córdova, a cuyo nombre también construyeron un moderno aeropuerto.
Era una mañana fría con un cielo cubierto de una espesa niebla, había llovido toda la noche, el entorno estaba taciturno, opaco, lleno de grises, en la plaza las tradicionales palomas revoleteaban tímidas con temor alzar vuelo. «llegue muy puntual que el maestro es muy estricto con los horarios» me habían dicho.
En efecto, llegué unos minutos antes de la hora acordada, en un costado del parque, parapetado entre una chaqueta oscura como las primeras horas del día y una gorra, el maestro me esperaba mientras se guarecía de las últimas gotas de lluvia. Un cordial saludo, un café y rumbo al Museo de Arte de Rionegro, lugar escogido para la entrevista.
Luego de un breve recorrido por una de las exposiciones dispuestas, nos ubicamos en uno de los extremos de la edificación donde dialogamos largo rato sobre su vida, su obra, sus proyectos a corto y mediano plazo.
Con pasos cortos, lentos y firmes, bajo su mirada serena y escrutadora, cruzamos la amplia plazoleta en cuyo sótano fue construido el Museo de Arte de Ríonegro. El maestro clava sus ojos interrogantes sobre su interlocutor, cual si estuviese frente a un lienzo. No pierde su don y cualidad impresionista.
El maestro siempre está pintando, armando exposiciones dentro y fuera del país, nos habló de sus artistas preferidos en el ámbito nacional a internacional, de sus recorridos antropológicos y pictóricos por el Chocó biogeográfico y diverso, de sus encuentros personales con la raza negra a la que plasmó con gusto, decoro y talento en muchas de sus creaciones, también, hizo recomendaciones a los nuevos pintores y tampoco podía escapar su lectura pesimista del país actual, su repudio por la corrupción y su mirada esperanzadora sobre una patria rica en todo, a la que aún le quedan posibilidades de salir del atolladero.
Nos hizo un amplio recorrido por Urabá, zona que caminó y pintó con pasión y a la que espera volver pronto con una exposición sobre bananeras y desde luego sus motivos negros, sus mujeres, sus exóticas frutas, su música y sus grandes aportes al desarrollo de la región.
Con el transcurso de las horas el día se hizo más generoso y el sol brilló sobre el imponente cielo de Rionegro, para iluminar un par de fotos al maestro, rodeado de palomas que inquietas revoleteaban en sus entornos.
El maestro Crespo Pérez ha destacado en sus últimas producciones por su dedicación a la raza negra, afrodescendiente, una obra impresionista, puro trópico, una clara lectura del Caribe y el Pacífico colombianos en la que resalta la anatomía de su gente, sus costumbres, labores cotidianas, su música, además de los cultivos bananeros.
La producción pictórica del maestro Crespo ha sido prolífica y ha navegado por varios países del mundo con unas 90 exposiciones entre colectivas e individuales, ha colgado sus cuadros en galerías de Estados Unidos, Bruselas, Suecia, Alemania y desde luego Colombia, donde recuerda con cariño como una exposición que hizo en el Centro de Convenciones de Cartagena, en la que llevó 30 obras, las mismas que fueron vendidas en su totalidad en tiempo récord. Un hecho de poca ocurrencia para un artista.
La última creación de este consagrado artista nacido en Bello Antioquia y quien justamente hoy domingo está cumpliendo 70 años de haber visto la luz del mundo, se ha caracterizado por un sello muy especial y personal, la utilización del acrílico sobre lienzo como técnica y sus estampas puramente caribes y pacíficas, con un delicado manejo de la luz y el color. Nada de desbordamientos ni rimbombancias extravagantes.
Así fuimos desarrollando el ameno diálogo con el maestro Rubén Crespo Pérez:
¿Qué es la vida actual del maestro Rubén Crespo?
Ahora estoy radicado en el oriente antioqueño, en El Carmen de Viboral, allí tengo mi taller, antes estaba en Santa Fe de Antioquia, pero me echó el calor, el exceso de temperatura empezó a molestar, entonces me vine a un sitio más fresco y seguimos adelante, pintando, intentando sacar adelante este proyecto de vida que es el arte, la gente negra, todo ese tema de los afrodescendientes.
Hablando de afros, maestro ¿este es un sello personal en la evolución de su obra, qué lo ha llevado a trabajar esta temática con tanto fervor, con tanto ahínco?
Inicialmente fue una rebeldía silente quise hacer algo distinto a un grupo de alumnos que asistíamos a un taller, yo estaba muy joven, tenía, doce o 13 años y no quise someterme a ese manejo que se le da regularmente con figuras clásicas, entonces quise hacer un trabajo con un concepto un poco extraño para muchos, era gente negra, por fortuna me lo admitieron y llevo unos cincuenta años en eso.
¿Usted se va para el Chocó a compenetrarse de esta cultura afro, cómo fue esa experiencia?
Después de haber estudiado en el Instituto de Bellas Artes, después de haber hecho un trabajo de aprendizaje en la Universidad de Antioquia en artes, me metí a antropología porque sentí la necesidad de conocer los procesos de las comunidades afros en Colombia y en América exactamente y entender esos trabajos de investigación, quise irme unos días, inicialmente pensaba en el departamento del Chocó y resulta que necesité más tiempo y me quedé cuatro años investigando sobre todo lo que tiene que ver con su idiosincrasia, los procesos, los asentamientos, el cimarronaje, toda esta trayectoria que han tenido las comunidades aquí en nuestro país.
¿De dónde sale la idea de pintar una monja desnuda, qué hubiese pasado con esa idea tres o cuatro década atrás, habría corrido la misma suerte de Débora Arango?
Hice una serie sobre monjas desnudas, primero porque tuve en mi familia el beneficio de que unas tías fueran monjas, entonces siempre estaban de visita en mi casa, me sorprendía esa inquietud que tiene uno de muchacho, cómo serán las monjas debajo de los hábitos y resulta que son seres humanos como cualquiera, son mujeres como cualquiera otra, simplemente tenían una vocación.
Pero cuando ya me hice mayor, cuando ya estaba haciendo mi labor artística, las tomé como referentes, hice una serie de trabajos de monjas desnudas, existe solamente una en mi poder, las demás tienen dueño particular, una que he querido más que las otras y está en mi colección personal, siempre hubo controversia, pero simplemente es un asunto de conciencia, son seres humanos como cualquiera de nosotros.
No sé, la obra de Débora Arango es un gran trabajo conceptual, un gran trabajo de resistencia, un poco de salida del común, de las vivencias personales, algo muy difícil que ella afrontó con gallardía, por eso hoy tiene ese reconocimiento tan grande. No mis monjas ahí están, han hecho su labor, han mostrado el mensaje de seres comunes y corrientes, simplemente con el hábito que las diferencia un poco en su concepto.
Maestro háblenos un poco de sus recorridos por el exterior?
Yo me fui a New York en el año de 1992, viví 17 años allí y tuve la fortuna de mostrar mi obra en diferentes galerías, de encontrar representantes de ellas ahí en New York, en Gallery Of Caribbeean Art y, en Miami, en La Florida, eso me permitió que la obra se estuviera mostrando, exponiendo al lado de artistas de diferentes países del mundo, fue una buena acogida, la obra se movió comercialmente, fue una experiencia rica, de ahí nacieron invitaciones para exposiciones en diferentes ciudades de los Estados Unidos.
Hice unas 22 exposiciones allá, individuales y varias colectivas, también resultaron exposiciones en Europa, pude ir a Suecia, Alemania, Bélgica, Francia, en la actualidad estamos tramitando algo en Portugal, en Lisboa y si, agradecido con que la obra se pueda mostrar en diferentes estamentos y galerías del mundo por fortuna.
¿Maestro porqué tan ligado al acrílico los últimos tiempos?
Bueno, la técnica últimamente ha sido acrílico, es la técnica presente, pero igual trabajé pastel y óleo muchos años.
¡Qué planes tiene ahora cuando ha soltado anclas en El Carmen de Viboral?
El plan es trabajar, seguir pintando, seguir con el tema afro, no quiero hacerlo a un lado, quiero continuar con él, que al final se conozca como el tema único que he afrontado, también hay unos proyectos que están en maduración, como les decía, una muestra en Lisboa con la Galería Nimba Art Gallery y otra en el Museo Nacional de Nairobi, la capital de Kenia, ojalá que se den, entre tanto seguimos aquí, produciendo, estudiando, haciendo el encanto de una vida de artista.
Maestro, algunos lectores de su obra dicen que tiene visos rebeldes, revolucionarios, ¡qué les diría?
Yo he querido siempre desde mi punto de vista hacer reconocimiento a la dignidad, al aporte que ha hecho la comunidad negra en Colombia y en América, pero no buscando que se identifique como una rebeldía, buscando más el reconocimiento a ese gran aporte, no podemos desconocer lo grandes que son, lo inteligentes que son, la dicha que nos entregan en la música, en la poesía, el deporte, entonces es eso, simplemente reconocimiento, ya que se encuentren otros conceptos sociales, no alcanzo a ubicarme o ser oportunista con eso.
Maestro, algunos conocedores del arte se quejan que con la incursión de otros estilos y lenguajes artísticos se está perdiendo la estética, ¿que opinión le merece eso?
Es interesante que no haya estancamiento, pero es muy interesante también entre fundamentación para cada una de esas expresiones. Qué es fundamentación?, tener conocimiento, estudio, búsqueda, investigación, que no sean términos ni conceptos facilistas, que sean trabajos resultado de esa investigación, el arte moderno tiene mucho de facilismo, de oportunismo y encuentra dentro de sus estéticas a quien le guste claro, pero eso tiene una controversia grande yo sigo inclinado más en los clásico aunque mi trabajo no es clásico, pero sigo estudiando más los clásicos, el Renacimiento, entonces estas formas naturales y armoniosamente estéticas que aprendimos, hoy como usted bien lo dice hay otras estéticas, son muy respetables pero no hacen parte como de mi fuero o de mi gusto, No.
¿Qué recomendación le haría un artista de su experiencia a las nuevas figuras que surgen en las artes plásticas?
El punto principal es la constancia, es trabajar, es la única manera, primero disfrutar el oficio de pintor si es que es pintor, artista en cualquiera de las expresiones, pintura, teatro, escultura, sacarle partido y sacarle dichas a ese oficio, luego es tener la constancia en la producción, el aprendizaje, en el crecimiento, eso nos dará la maestría, la disciplina únicamente.
¿Qué artista lo ha marcado?
Son muchos, lo que pasa es que hay dos o tres que marcan mucho, también el concepto, el gusto, retomamos esa palabra de la estética, Darío Morales, el cartagenero figurativista, casi hiperrealista, me gustó supremamente la obra de Paul Gauguin, de los impresionistas franceses, la he estudiado muchísimo, aquí tenemos en América a Oswaldo Guayasamín de gran factura muy especial su concepto social y su expresión pictórica es magnífica para mi.
¿Qué artista internacional admira profundamente?
Le mencionada eso, pero más que ellos los artistas del Renacimiento, por ejemplo son magníficos, en México tenemos por ejemplo a un Rufino Tamayo también de muy buena factura, David Alfaro Siqueiros, inmenso.
El artista colombiano que más admira?
Repito Darío Morales, el cartagenero.
Hay una especie de queja de artistas con el tema económico, algunos por necesidad o por otras razones están vendiendo la obra muy barata y están interfiriendo fuertemente en el mercado y compradores de arte quieren la obra barata, ¿es muy difícil para el artista manejar estos temas cuando está más dedicado a la creación que al comercio?
Es muy complejo, regularmente el artista tiene un representante que es conocedor de mercado y que maneja precios prudentes, no ambiciosos, precios prudentes paralelos al crecimiento y al conocimiento del artista, es un tema difícil porque no es fácil vivir del arte, no siempre se está vendiendo no siempre estamos con la posibilidad de tener éxito comercial, pero hace parte de nuestra profesión que es así de difícil y es así de complicada sacarla adelante desde el punto de vista comercial, los mercados son muy diversos y aquí nacionalmente se tiene un manejo muy distinto a como se hace en Estados Unidos o en Europa, aquí se subvalora mucho la obra y a veces la falta de cultura desde el punto de vista comercial hace que la gente quiera la obra muy barata y por fuera es un poco más reconocida, igual sometida a un concepto más crítico, de curaduría, pero tiene mucho mejor salida.
Maestro ¿nos falta hablar de su experiencia en Urabá?
Muy especial esa época cuando pude ir varias veces a la zona bananera, así mismo como fui a Cartagena, al Chocó, San Basilio de Palenque a estudiar sobre los afros, también lo hice con Urabá, fui invitado por el entonces gobernador de Antioquia Antonio Roldán Betancurt, quien me facilitó la estadía, la forma de conocer los procesos de producción bananera y de que manera la comunidad afro que trabaja allí. Tenían ese aporte laboral para la producción del banano en este caso, fue muy bello, me gustó mucho por la amabilidad de la gente, por la disponibilidad para uno conocer estos procesos y en general desde el punto de vista social, interesante porque se le da un reconocimiento muy especial y un aporte laboral al desarrollo de la zona con esa mano de obra negra.
Maestro, ¿qué lo pone de mal genio?
El frío… (risas) y me fui a vivir al Carmen de Viboral
Maestro ¿Cómo se define usted en pocas palabras?
Constante, trabajador, amante de mi tema, de mi gente negra, de mi modesto oficio de pintor.
Maestro, ¿Cuál es la lectura que tiene el día de hoy del país, cómo ve a Colombia hoy?
Bueno, tan difícil la situación como la respuesta, creíamos que podía haber un cambio en este nuevo gobierno y yo lo veo enredado, lo veo difícil, veo más un interés de hacernos ricos de la noche a la mañana, se nos metió en la cabeza la palabra corrupción, entonces todo el mundo quiere estar en ella y desafortunadamente no veo un futuro muy promisorio yo veo que tiene dificultades, ojalá que no, pero la veo difícil, tan rico que es nuestro país con ese valor que tiene natural, ese emprendimiento de todos, esa gran capacidad de nuestra gente, esa biodiversidad y sin embargo la administración es muy deprimente.
Finalmente maestro, ¿Cómo le gustaría que lo recordaran cuando ya no esté entre los vivos?
Un hombre que pintó lo que quiso, que quise las comunidades afros, que viví dichoso en mi modesto oficio de pintor.
¿Siempre fue un hombre libre?
Considero que si.
Feliz cumpleaños al maestro que resalta la existencia, que le dio luz, volumen y color a una raza excluida y vilipendiada durante siglos.
Ríonegro-Antioquia-octubre/2024.
Adenda: Los interesados en adquirir la obra del maestro Rubén Crespo Pérez, se pueden comunicar directamente con él en las siguientes direcciones: rubendacresp@hotmail.com- En Facebook como : Rubén Crespo Pérez y en Instagram como: rcrespo_afro
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