Julián López tiene la mira en la capital
Artista hiperrealista de Urabá, con una obra cuidadosamente pincelada, se lanzará a la conquista de la capital de la república.
Wilmar Jaramillo Velásquez/Cultural/El Pregonero del Darién.
Considerando que su etapa en Urabá ya cumplió su ciclo, que otros horizontes, otras lunas le pueden deparar mejores momentos artísticos, este pintor nacido en Apartadó hace 42 años, se atreverá a ver el mundo cultural desde esta metrópoli en la cual convergen grandes artistas nacionales e internacionales, con renombradas galerías y gusto por el arte.
Julián acaba de descolgar una exposición en la Biblioteca Pública Municipal Federico García Lorca de Apartadó, montada justamente en su honor y en la cual pudo mostrar de qué está hecho y hacia dónde va su creación, bastante depurada, por cierto, aunque él afirma con toda modestia que falta mucho camino por recorrer.
Julián es un inquieto de la plástica que siempre está investigando, imaginando sus obras, las va moldeando en su mente hasta que se le prende el bombillo y pinceles y lienzos en mano, a plasmarlas, a bajarlas a la realidad.
Desde hace rato viene maquinando un trabajo que encierre ese misterio, ese afán del hombre por autodestruirse desde diferentes maneras, no solamente con las guerras fratricidas, sino en todos los aspectos de su existencia, en el acontecer diario.
Julián lucha por salirse de los estándares y formatos tradicionales del arte, quiere ir un paso más adelante, de ahí su inquietud, ese afán por abrir nuevos caminos, vivir en una exploración permanente.
Bachiller del Colegio Cooperativo de Apartadó, sus primeros pasos en el arte los dio al lado de Joaquín Mario Murillo en la Casa de la Cultura de ese municipio y de su hermano Juan Carlos, un excelente dibujante que, en vez de lápiz usaba lapicero.
Al comienzo quiso ser ingeniero de sistemas, también exploró la arquitectura, le gustaba mucho el dibujo, pero poco amante del color.
Sin embargo, un día vio una exposición en Apartadó, “Urabá Pinta Bien” y allí se enamoró del óleo. “El óleo es una madre por los tiempos de secado” afirma.
Finalmente, ni la arquitectura ni la ingeniería de sistemas lo cautivaron y terminó en la Fundación Universitaria de Bellas Artes en Medellín, en algunos pasajes de su vida pudo interactuar con otro artista de Apartadó, hijo de profesora como él, Jesús Cataño Gamboa.
Julián es un hiperrealista consumado en eso no se ha equivocado, muy direccionado al arte pop, iconos norteamericanos, músicos, super héroes, siempre técnicas urbanas.
También se cruza por el renacimiento, como se pudo apreciar en su reciente exposición en Apartadó con un David de Miguel Ángel, con aplicaciones en 3D.
Ha trabajo la escultura, incluso ha transitado caminos en este sentido al lado del maestro, Julio Carlo Angulo.
Al preguntarle si es posible vivir del arte, afirma que es muy complejo, dependiendo del sitio, la localidad, ya que el arte es un gusto, no una necesidad, un gusto de una persona con dinero.
“Mantengo ansiedad por pintar, pero en los recesos voy concibiendo la obra, la voy maquinando hasta que llegue el momento, ahora trabajo una técnica mixta, dibujo y aerografía, dos técnicas en una sola obra, técnicas tradicionales, para una obra contemporánea, nos cuenta”
Julián es admirador del italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio, conocido como Caravaggio, de sus claros oscuros, sus composiciones y del colombiano David Manzur, ya que no se trata solamente de pintar, sino que hay que tener conocimientos teóricos, dice.
A los jóvenes que se inician estas lides de las artes plásticas, Julián les recomienda: “aprovechen al máximo la Universidad de Antioquia, salir del costumbrismo, buscar otras facetas, menos tradicionales desde el oficio, untarse, en la época actual no nos podemos quedar en el pasado, tenemos que evolucionar” advierte.
Sobre las nuevas técnicas y herramientas que la ciencia brinda a los pintores dijo que no podemos olvidar que por el 1900 rechazaron el impresionismo, que hay que darle la bienvenida a estas técnicas y nuevas oportunidades.
La obra de Julián López ha cruzado fronteras como Estados Unidos, Singapur y república dominicana, pero la mayoría se encuentra en Colombia.
El artista ocupa parte del tiempo de ocio escuchando Rock Americano y agrupaciones como Soda Stéreo, lleva una vida sana, tranquila, se considera un hombre calmado, calculador y sereno, intrigado siempre por ese gusto del hombre por autodestruirse, tema que será objeto de su próximo trabajo pictórico, pero ya nos dio un adelanto con el “Hombre en Llamas” en su más reciente exposición.
Apartadó Antioquia-diciembre-2024.