Política

La producción nacional al servicio de la resistencia

Juan Machado Hernández*/Opinión/El Pregonero del Darién

Está demostrado que ante la agresividad del imperialismo y de los regímenes que este apoya, los llamados métodos democráticos, diplomáticos, políticos, de conciencia civil y otros similares solo sirven para entretener a los pueblos y hacerles creer que sí hay esperanza, que el cambio que necesitan puede llegar, pero, al final, todo forma parte de la propaganda y engañifa de los especialistas.

Si tomamos un mapa mundial, podemos marcar de inmediato un número de países que han pasado por eso y hoy se encuentran en estadios desastrosos, con sus respectivos pueblos sufriendo más que nunca.

Inclusive, y desafortunadamente, algunos que han sido perjudicados por la falta de determinación de la izquierda y el incumplimiento de las promesas hechas al pueblo en los cortos períodos que tuvieron las riendas del gobierno en sus manos.

El caso del pueblo palestino no es diferente. Durante más de 70 años el régimen de Israel se ha salido con la suya, contando con el irrestricto apoyo en todos los sentidos de los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos de América y de otros aliados.

Esos mismos Estados Unidos han promovido “el juego de la democracia”, han posibilitado acuerdos entre el régimen de Israel y algunos países árabes, y hasta con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Pero el final de cada película ha sido el esperado y el mismo: Israel cumple lo que le conviene e incumple lo que no satisface a sus intereses, haya recibido el firmante del acuerdo por su parte un Premio Nobel o de cualquier otro tipo.

Y mientras eso sucedía, si el ambiente se caldeaba, allí estaban los protectores estadounidenses ejerciendo su derecho al veto en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aplicando sanciones y apoyando al régimen de Tel Aviv de todas las formas posibles para que no saliera perjudicado.

Ante esas realidades, o uno espera la muerte de forma paciente, lenta y por retazos, o se decide a enfrentarla mediante la lucha armada, que es lo que también ha sucedido con el pueblo palestino, en especial después del siete de octubre del 2023.

Han transcurrido ocho meses y las rimbombantes declaraciones del primer ministro israelita Benjamín Netanhayu de que iba a destruir a Hamas y a los palestinos se quedaron en eso: declaraciones. Su gobierno está más fraccionado que nunca y no son pocos los especialistas (ex militares de alto nivel, jefes de la inteligencia, congresistas y hasta políticos del propio partido de Netanyau) que consideran que Israel no ha podido con Hamas y que corre el riesgo de una derrota grande si decide incrementar las acciones contra el grupo libanés Hezbolá.

Recientemente, en los trabajos “Maquinaria letal del genocidio” I y II, publicados en este mismo sitio a inicios de junio, mostrábamos la impresionante maquinaria de muerte que son las fuerzas armadas de Israel y el apoyo continuado del gobierno estadounidense a las mismas, lo que hace a este último tan responsable del genocidio como los racistas de Tel Aviv.

Esos trabajos presentaban una muestra de la resistencia por parte de las brigadas palestinas de la resistencia en Gaza y Cisjordania, así como por la solidaridad de Hezbolá desde el Líbano y de brigadas de la resistencia iraquí desde ese país y de los yemenitas de Ansarolá.

La fuerte maquinaria israelita se resiente, necesita más ayuda, ahora están buscando nuevas formas para reclutar reservas, ayer un militar se quitó la vida en protesta por las barbaridades que vio cometer en Gaza contra civiles, grupos de jóvenes buscan diferentes excusas para no ser llevados a las armas, mientras que otros, desencantados por lo que hicieron han rehusado reunirse con el primer ministro y hasta aceptar felicitaciones de él.

Hasta 1991, antes de desaparecer la antigua Unión Soviética y con ella el llamado campo socialista, cada vez que sucedía algo en el mundo, nuestros vecinos del norte y su bien organizada campaña de propaganda decían que “los rusos para aquí, los rusos para allá, es culpa de los rusos y el comunismo, etc, etc, etc”.

Hoy, lo mismo da que caiga un pedazo de basura espacial en cualquier lugar del planeta, que varios sindicatos unidos organicen marchas contra su presidente por la mala gestión gubernamental, que Hamas se haya decidido a dar un golpe fuerte a los racistas de Israel o que cada vez el mundo vaya abriendo los ojos y condene el genocidio que cometen los sionistas contra el pueblo palestino, que los mismos elementos de esa campaña de propaganda dicen “son los rusos, son los chinos, son los iraníes”.

En la era moderna, uno de los principales problemas para llevar a cabo la lucha armada contra enemigos tan poderosos como Israel, su padrino el yanqui americano y otros colaboradores, es tener armas suficientemente capaces de dañar al enemigo.

Desafortunadamente y a pesar de la voluntad, las piedras que se lanzaron durante las dos Intifadas anteriores, ahora no le harían nada a la maquinaria sionista de guerra. Sin embargo, esta maquinaria está siendo dañada día a día. A pesar de la férrea censura israelí, se conocen datos de bajas y pérdidas materiales por parte de sus fuerzas de ocupación.

¿De dónde obtienen, entonces, los palestinos sus armas, municiones y explosivos?

Nos satisfizo mucho cuando conocimos, y consideramos que es una obligación compartirlo con nuestros pueblos de América Latina y el Caribe, que Hamas y otros grupos de la resistencia construyen su propio armamento.

Parte del mismo es armamento de cualquier nacionalidad que han podido obtener, mejorar, modificar, incrementar sus capacidades. Otra parte es el ingenio de producir explosivos a partir de elementos utilizados en diversos materiales de abono en la agricultura…y hay hasta armas nuevas que le están haciendo un buen daño al invasor sionista.

Veamos algunas de ellas y agradezcamos antes a agencias árabes e islámicas que nos permiten conocer los comunicados de la resistencia y las propias informaciones que obtienen sus corresponsales del campo de batalla, a pesar de la férrea censura israelí.

Una de estas eficientes armas es el fusil de francotirador al que denominan “Al-Ghoul”, en honor de su fabricante Adnan Al-Ghoul, conocido como Abu Bilal, uno de los líderes de las Brigadas Al- Qassam de Hamas, considerado “el pionero de su industria militar”.

Al-Ghoul formó parte de la primera Intifada con solo 25 años de edad. Por su desempeño y cualidades para trabajos ingenieros, fue enviado a capacitarse al exterior y regresó a Gaza en la década de los años 90 del pasado siglo, para desempeñar un rol importante en el departamento de ingeniería militar de las Brigadas Al- Qassam. Gracias a sus conocimientos y proyectos, Hamas comenzó a contar con granadas de mano, con los cohetes anti tanque denominados Al- Bana, Al- Battar y Al- Yassin, así como con el cohete denominado Qassam, los cuales son de uso diario contra las fuerzas de ocupación.

Fue asesinado junto a otro ingeniero, en el año 2004, cuando un helicóptero israelí abatió el auto en que viajaban.

Este fusil de francotirador es un poco mayor que similares convencionales provenientes de Rusia (el SVD) o de los mismos Estados Unidos (el M24), que dispara proyectiles de 7,62 mm. Su primera versión, en el 2014, tuvo un alcance efectivo de dos mil metros.

Hay una versión mejor y más moderna que lo equipara con similares de otros países en cuanto a su efectividad. Los proyectiles para el mismo también se producen localmente, existiendo, además de la versión de entrenamiento, una versión perforante para atacar soldados enemigos que lleven chalecos anti balas, así como a algunos en lugares de fortificaciones media, y una versión incendiaria.

En diciembre del 2023 fue utilizado en los combates de Jan Yunis, en el sur de Gaza,y a finales de ese mes Hamas divulgó varios videos que mostraban la utilización del fusil en acciones en Jabaliya, en el norte de la Franja.

Otros videos, al igual que esta foto que reprodujo Al Manar, mostraban escenas de los talleres utilizados para la fabricación de este efectivo medio de defensa de los intereses del pueblo palestino frente al ocupante israelí.

Uno de los heridos por este medio fue Yitzhar Hoffman, comandante israelí que dirigiera el asalto al hospital de Al-Shifa en noviembre del año pasado, según mostraron las imágenes dadas a conocer por la resistencia en esa oportunidad.

Como es bien conocido por todos- demostrado de forma fehaciente en diferentes guerras como nuestra lucha de liberación contra el dictador Batista en la década del 50 del pasado siglo, o la propia guerra que librara y venciera el heroico pueblo hermano de Vietnam contra el agresor Estados Unidos- que las entidades agresoras, al sentirse poderosas por la cantidad y calidad del armamento que poseen, hacen uso indiscriminado del mismo. Parte de las bombas y cohetes lanzados en las operaciones no explotan.

Y esto es una fuente inagotable de materia prima para confeccionar nuevos armamentos. En el caso de Gaza, desde octubre pasado se han lanzado decenas de miles de toneladas de explosivos, tanto por la aviación como por las unidades terrestres contra los túneles y otras construcciones palestinas.

Según diversas investigaciones de órganos especializados de Israel, entre un 10-15% de las bombas y cohetes lanzados no han explotado, y los mismos han servido y sirven de fuente para la construcción de nuevos medios que Hamas utiliza contra el ocupante sionista.

Por otro lado, en diversas ocasiones han surgido informaciones en Israel sobre la pérdida de armas ligeras de infantería, granadas y municiones en varios arsenales de sus fuerzas armadas. Tan es así que en miembros de la resistencia abatidos en los enfrentamientos de los últimos meses, las autoridades de Israel han encontrado, por ejemplo, una granada que llevaba uno de ellos que era uno de los modelos recientes suministrados a las fuerzas armadas sionistas.

Se ha comprobado en cohetes lanzados por Hamas que no han explotado, que su explosivo es el mismo de medios similares utilizados por Israel. De igual forma, esos componentes explosivos se utilizan en trampas que Hamas coloca, de forma creciente y con gran eficiencia, las que han causado un buen número de bajas al ocupante sionista.

Inicialmente Hamas utilizaba materiales básicos como azúcar y fertilizantes para producir sus explosivos, que no eran tan potentes como los que tiene ahora pero servían para golpear al enemigo. A medida que el régimen sionista les fue imponiendo trabas y medidas, se volvieron más creativos. Después de sus enfrentamientos anteriores con Israel, recogieron todo tipo de armamentos y municiones sin explotar que quedaron en los campos de batalla, para adaptarlos y volverlos a utilizar.

Hasta unos pecios británicos de la primera guerra mundial hundidos frente a Gaza fueron examinados en el 2019 y allí descubrieron cientos de municiones que fueron recuperadas, readaptadas y listas para utilizar.

Lo que más preocupa a los dirigentes militares y de inteligencia de Israel son los cohetes y los drones en poder de la resistencia islámica.

Calculan que entre Hamas y la Yihad Islámica pudieran tener unos 30 mil cohetes. Gran cantidad de ellos se han lanzado en estos ocho meses y no son pocos los videos difundidos por Hamas donde muestran la eficiencia de su uso contra las fuerzas ocupantes.

Un dirigente de Hamas declaró en el Líbano a un órgano árabe de difusión que tenían diversas fábricas de armamentos y en cuanto a cohetes, los estaban produciendo con alcance de 10, 80, 160 y hasta 250 km

Estas fotos difundidas por Hamas nos demuestran que los combatientes de la resistencia no portan juguetes de plástico sino las armas que utilizan contra el agresor y que les está ocasionando bajas y daños materiales, las cuales comienzan a ser reconocidas por el régimen sionista aunque lógicamente a un nivel menor.

Los propios descontentos entre oficiales, soldados y reservistas, así como las críticas, deserciones y abandonos de aliados gubernamentales- este domingo renunciaron a sus cargos en el gabinete de guerra los ministros Benny Gantz y Gadi Eizenkot, por desacuerdos en la forma como el primer ministro Netanyahu continúa conduciendo la guerra contra Gaza; también renunció el jefe de la División de Gaza del ejército israelí, Avi Rosenfeld, luego de admitir haber fracasado después de ocho meses de acciones y enfrentamientos con la resistencia palestina.

Hechos como estos indican que Israel no está saliendo bien parado de la guerra, porque los muertos de Hamas que decía haber causado en los primeros meses de las acciones y que estaban cayendo por decenas, gozan de buena salud y continúan dispuestos a continuar la batalla hasta el final, utilizando en lo fundamental los medios de su industria nacional de armamentos, para conseguir los derechos que les corresponden a su pueblo.

Mientras, continúa el genocidio, que para el día de hoy está alrededor de 36, 801 palestinos asesinados y 83, 680 heridos.

Los cerebros calientes de Israel ya están pensando en iniciar acciones más amplias y complejas contra Hezbolá en el Líbano, por su militante solidaridad con sus hermanos palestinos desde el 7 de octubre pasado, pero, los mismos que han criticado las malas acciones en el manejo de la situación en Gaza advierten que de hacerlo, significaría la perdición para Israel y una derrota más humillante que la última ocasión cuando ambos se enfrentaron hace unos años atrás.

Fotos: Hamas

¿Quién se llevará el gato al agua? En un enfrentamiento donde la cordura, la mesura, el análisis pausado, la relación costos- beneficios han estado ausentes por parte de la dirigencia político- militar de Israel, no sorprendería que se volvieran a equivocar y entonces sí que vamos a ver otros tipos de armas en manos de la resistencia islámica.

Junio 2024

*Miembro de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba

Libardo Antonio Vasquez Quintero

Programador y diseñador web. Con más de 20 años de experiencia en el sector audiovisual, soy apasionado por las comunicaciones. Defiendo las ideas libres y el pensamiento crítico. Soy fiel creyente en la utopía de ver una Colombia en paz.

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