Adiós a Vargas Llosa, el Nobel peruano que marcó la literatura del siglo XX
Falleció Mario Vargas Llosa a los 89 años, último exponente del Boom latinoamericano.
15 de abril de 2025
El mundo de las letras despide a uno de sus más influyentes exponentes con la muerte del escritor peruano Mario Vargas Llosa. A los 89 años, falleció en su natal Perú, según informaron sus hijos en un comunicado oficial. Con él se cierra un capítulo esencial de la historia de la literatura hispanoamericana, al ser el último sobreviviente del denominado Boom latinoamericano. Vargas Llosa deja un legado literario de más de treinta obras, una carrera marcada por su pensamiento crítico y una vida profundamente vinculada con el acontecer político de su país y del mundo.
Un autor que marcó la narrativa en español
De “La ciudad y los perros” al Premio Nobel
Vargas Llosa alcanzó la fama en la década de 1960 con novelas como La ciudad y los perros (1963), La casa verde (1966) y Conversación en La Catedral (1969) [4]. Su estilo narrativo innovador, el tratamiento profundo de temas sociales y políticos, y su dominio del lenguaje lo posicionaron rápidamente como una figura central en el ámbito literario hispanoamericano.
En 2010, recibió el Premio Nobel de Literatura por su «cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia individual, la rebelión y la derrota». Este reconocimiento consolidó su lugar como uno de los escritores más influyentes del siglo XX.
El último del “Boom” latinoamericano
El “Boom” fue un movimiento que revolucionó la literatura de América Latina, situando a autores como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes en el escenario mundial. Con la muerte de Vargas Llosa, desaparece el último gran representante vivo de este fenómeno editorial y cultural [2].
A pesar de su distanciamiento personal con García Márquez —tras un incidente nunca esclarecido en 1976—, la conexión literaria entre ambos permanece como un símbolo de la riqueza narrativa que emergió del continente durante esa época.
Intelectual comprometido y figura política
Un pensamiento complejo: liberalismo y crítica social
Mario Vargas Llosa no fue únicamente novelista; fue también un pensador político y social de alto perfil. Se le reconoció por su postura “progresista en lo moral, pero neoliberal en lo económico”, como lo definió el diario El País. Esta dualidad marcó muchas de sus intervenciones públicas y sus escritos de opinión, publicados regularmente desde 1990.
Fue un defensor férreo de la democracia liberal y crítico de los populismos en América Latina. Su visión política se reflejaba también en su narrativa, en obras como La fiesta del chivo, centrada en la dictadura de Trujillo en República Dominicana.
Su incursión en la política peruana
En 1990, Vargas Llosa fue candidato presidencial en Perú, alcanzando la segunda vuelta, donde fue derrotado por el entonces desconocido Alberto Fujimori. Obtuvo más de 2,7 millones de votos, lo que demuestra su relevancia no solo como intelectual, sino como figura pública con influencia política directa.
Irónicamente, mientras Fujimori se encontraba en prisión en 2010, Vargas Llosa recibía el Nobel de Literatura en Estocolmo, cerrando así un ciclo en el que la literatura y la política se entrelazaron intensamente en su vida.
Últimos años y legado póstumo
Reconocimientos y últimos días
En 2023, Vargas Llosa se convirtió en el primer autor de lengua española en ser admitido en la Academia Francesa escribiendo exclusivamente en lengua extranjera, un honor reservado para los llamados “inmortales” [1]. Esta distinción fue uno de los últimos reconocimientos internacionales a su obra y figura.
Desde 2024, vivía retirado en Lima, luego de concluir su mediático romance con Isabel Preysler. En los últimos meses, se difundieron imágenes donde reaparecía en lugares icónicos de la capital peruana, acompañado por su nieto y por su hijo Álvaro, recorriendo escenarios de sus novelas Cinco esquinas y Le dedico mi silencio.
Una despedida íntima
El comunicado de su familia confirmó que no habrá ceremonias públicas y que sus restos serán incinerados, como era su voluntad. “Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera”, expresó la familia.
Vargas Llosa deja tras de sí una obra monumental, un pensamiento incisivo y una impronta indeleble en la literatura universal. Su legado permanecerá como parte del canon de las letras hispánicas y del pensamiento crítico latinoamericano.