La Filatelia en el aniversario 65 de la revolución

Juan Hernández Machado/Opinión/El Pregonero del Darién

A medida que va avanzando 1959, se va conociendo más sobre los negocios turbios de algunas empresas estadounidenses radicadas en el país y la dictadura recién después de Fulgencio Batista.

En su autodefensa después del asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, Fidel Castro Ruz había anticipado que después del triunfo revolucionario se actuaría contra todos aquellos que, en contubernio con el dictador, se beneficiaron del pueblo cubano. 

Además, también estableció que se haría un gran proceso de industrialización en el país, para sacarlo del subdesarrollo en el que se encontraba.

Dicha ley incluía, además, la  rebaja de la tarifa telefónica a los niveles existentes en marzo de 1957 cuando fuera incrementada por la dictadura.

Así,  durante la sesión extraordinaria del Consejo de Ministros, celebrada el tres de marzo de 1959, el mismo aprueba la Ley  No. 122 de ese año que disponía la  intervención de la empresa Cuban Telephone Company, la cual había estado controlada desde 1909 por capital estadounidense y se comprobó que tenía negocios sucios con la dictadura.

A medida que avanzó el proceso revolucionario, que se conocieron con exactitud los vínculos de empresas estadounidenses con el dictador, así como ante la actitud negativa de algunas de ellas como respuesta a los lineamientos del proceso revolucionario, el seis de agosto de 1960 se avanza  en el proceso de nacionalización de dichas empresas.

Ese día fueron nacionalizados 36 centrales azucareros, las refinerías de petróleo y la      compañía de electricidad, todas de propiedad estadounidense, y valoradas en unos 800 millones de peso.

El proceso se culmina entre septiembre y octubre cuando se nacionalizan los bancos estadounidenses y el resto de las empresas de ese país que quedaban. Además, se nacionalizaron, mediante la Ley 890, 383 grandes empresas de capital cubano y los bancos restantes, menos los canadienses.

Es importante destacar que todos los afectados, cubanos y extranjeros, fueron compensados por las propiedades expropiadas.

De esa forma se facilitó el camino para el despegue industrial del país en manos verdaderamente populares.

Además del sello anteriormente expuesto, la filatelia cubana recordó el aniversario 20 de la nacionalización de todas las empresas con este sello  emitido en 1980. De igual forma, el 26 de julio de 1966 se hizo una emisión para correo aéreo, de siete valores postales, que contienen  la carátula de “La historia me absolverá” y las principales promesas hechas por Fidel Castro Ruz en su autodefensa por el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, entre las que se encuentra la industrialización del país

* Premio Nacional de Filatelia 2012 y miembro de la Unión de Historiadores de Cuba.