Lawfare: la nueva arma política
El lawfare socava la democracia a través de campañas de desinformación.
El lawfare, un término que se refiere al uso indebido de los sistemas legales y la propaganda para desacreditar a líderes políticos, se ha convertido en una nueva amenaza para la democracia en América Latina. Esta táctica, utilizada principalmente por grupos de derecha, ha sido empleada de manera sistemática para atacar a gobiernos progresistas en la región.
Lawfare en acción: Tácticas y objetivos
El modus operandi
El lawfare sigue un patrón bien definido: un grupo de actores de ultraderecha, incapaces de ganar en las urnas, deciden revertir la voluntad popular mediante estrategias de acoso y derribo, revestidas de legalidad. Estos ataques coordinados involucran a elementos políticos, judiciales y, lo que es más preocupante, a medios de comunicación corruptos dispuestos a manipular, mentir, exagerar y difamar en nombre de la libertad de expresión.
Objetivo: desestabilizar gobiernos progresistas
Los principales objetivos del lawfare han sido los líderes progresistas de América Latina, como Lula da Silva en Brasil, Evo Morales en Bolivia y, más recientemente, Gustavo Petro en Colombia y Andrés Arauz en Ecuador. Estas campañas buscan socavar la credibilidad de estos líderes mediante la difusión de información falsa o tergiversada, con el fin de desestabilizar sus gobiernos y, en última instancia, forzar su renuncia o derrota electoral.
El caso de Colombia: Petro en la mira
La maquinaria del fango
En Colombia, la maquinaria del lawfare se activó incluso antes de que Gustavo Petro asumiera la presidencia. Operadores de la ultraderecha, incapaces de aceptar un gobierno progresista, han utilizado tácticas como la filtración de supuestas escuchas telefónicas y acusaciones de financiamiento narco para intentar derribar al mandatario.
El papel de los medios corruptos
En esta campaña de descrédito, un actor clave ha sido la revista Semana y, en particular, la periodista Vicky Dávila. Esta última ha sido acusada de difundir información falsa o poco verificada, contribuyendo así al desgaste del gobierno de Petro. La simbiosis entre este medio y el poder judicial ha sido fundamental para mantener viva la narrativa de desestabilización.
Impacto global y desafíos futuros
Un fenómeno transnacional
El lawfare no es exclusivo de Colombia. Casos similares se han registrado en otros países de la región, como Bolivia, donde se propagó la falsa información de que Evo Morales tenía un hijo no reconocido, o Ecuador, donde se acusó injustificadamente al candidato Arauz de recibir financiamiento de grupos guerrilleros.
Desafíos para la democracia
Estas campañas de desinformación representan una grave amenaza para la democracia, ya que socavan la confianza de los ciudadanos en sus instituciones y líderes elegidos. Además, plantean un desafío en términos de cómo hacer frente a los medios corruptos sin ser acusado de limitar la libertad de expresión.
Llamado a la acción
Ante esta situación, es crucial que la sociedad civil y las organizaciones defensoras de la democracia se mantengan alerta y denuncien estas prácticas antidemocráticas. Solo mediante una ciudadanía informada y comprometida podremos proteger nuestros sistemas democráticos de los embates del lawfare.