Despidida a un hombre libre
Despedida con una enorme carga de poesía, profundidad social y sentido de verdadera amistad. El adiós a un idealista, a un rebelde.
En los primeros días de este mes de diciembre amigos y familiares despidieron a Luis Guillermo Jaramillo Giraldo, al concluir su paso por este mundo terrenal, Jaramillo Giraldo estuvo muchos años al servicio del Instituto Popular de Cultura (IPC) donde dejó imborrable huella por su permanente trabajo al servicio de los de abajo.
Transcribimos aquí algunos de los mensajes más sentidos y conmovedores leídos durante la ceremonia final:
Libre idealista y rebelde:
Luis ya no está. Se fue. Esa es la triste realidad. Se nos adelantó para abrir el portón. Siempre fue muy servicial. Y nos va a iluminar el camino por el que algún día todos vamos a transitar. En ese camino iluminado, lo que vamos a recordar es su sonrisa. Nuestro querido hermano y tío era un ser amable, en el sentido más bello de la palabra: que amarlo era lo más probable.
Si su vida fue dura o no, es algo que cada uno pensará, pero nos saca de dudas su mejor amiga cuando nos dice: “Luis Guillermo vivió como quiso”. Y otro amigo agrega que fue “como el horizonte, claro, infinito, adorable… nos faltaba ver más lejos, para comprender sus notas e ideas sobre la esperanza”.
Fue un ser libre, un idealista, un rebelde, un apasionado investigador de las causas sociales, un filósofo enamorado de los libros y del mundo de las ideas. Un ser un tanto solitario y silencioso que fue feliz a su manera y si no lo fue, pues lo supo disimular muy bien.
Aunque fue el preferido de la mamá, tenía la sangre y el temperamento del padre: paciente y de semblante siempre relajado. Ni la muerte, que vino en puntillas para sorprenderlo, dejó en su rostro el más mínimo gesto de dolor o de espanto.
Se fue sereno como vivió y, por fortuna, acompañado en el momento de emprender el viaje de retorno. Encarnó, como si fuese el protagonista de, La Insoportable Levedad del Ser, el libro de Milán Kundera sobre las dudas existenciales que rodean nuestra vida y que nos dejan claro que “el hombre nunca puede saber qué deber querer porque vive una sola vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni enmendarla en sus vidas posteriores”. Luis ya no está y eso es la única verdad.
Ya no lo volveremos a ver, no oiremos su voz, ni sentiremos el calor de su afecto. Ay, cuánto lo vamos a extrañar, así nos acompañe siempre su recuerdo.
¡¡¡Al hombre real y sencillo compañero!!!
Luis era como la huella, que nos llevaba a la gloria como aquella primera, que invitaba a la tibieza… el río que, en lo profundo, nos llevaba hasta la casa una lluvia de sinsontes, cantando en nuestra ventana. Era como el horizonte, claro, infinito, adorable… nos faltaba ver más lejos, para comprender sus notas e ideas por la esperanza. Nos quería como el viento, a las cometas y aves… era razón, era idea, sentimientos, rebeldía como las flores que arriba, se han caído por su peso. Llegaba hasta la cascada donde se guarda su alma no te irás te lo prometo, contigo no es suficiente, recordar tu compañía… lo será vivir sintiendo que sigues con tu presencia siempre hermosa compañía. Con tu inteligencia lista, para analizar la vida. Siempre estás en el recuerdo… amigo de antes, de hoy y por siempre por eso en este poema, sencillo, pero sincero
Te respetamos amigo, hermano y fiel compañero.!!!!
Diciembre 02/ 24/ Desde mi profunda tristeza.
¡¡¡A una madre que se ama!!!
Con el amor más profundo, te dedicaste a tu madre
Por ese amor que, a una madre, le profesan los capullos…
Porque te necesitaba, porque era tu compañera
y porque amaba tus días, repletos de fantasía.
Hasta sus últimos días, sin importarte otra cosa
que regar a esa rosa, temprano en la madrugada…
y conquistar su tibieza y ser feliz como ella
porque tenía a su hijo y le tenías a ella.
No te importaron las horas, los días, meses que fueran
para ti era lo primero, cuidar tu madre en la tierra…
otras madres ya sabían, de tu bondad infinita
otros hermanos y hermanas, conocían tu grandeza.
Hoy te vas, pero te quedas, amigo de la justicia, del honor y la grandeza
has enseñado a los hombres, que no somos, sí no amamos…
sí somos cuando luchamos en serio, por aquellos desplazados, perdidos en su tristeza
o no seremos humanos, seremos como el otoño, secando las hojas nuevas.
Con infinito afecto y para siempre/diciembre 02 / 2024/ ¡¡¡De tus Amigos del alma!!!