Opinión

Con una formación así continuará el genocidio

Claro, no hablan del terrorismo más dañino, el terrorismo de Estado que ha practicado y practica el gobierno de Estados Unidos de América desde hace muchos años.

Juan Hernández Machado*Opinión/El Pregonero del Darién

La continuidad de la historia, cultura, religión, idiomas y costumbres de países y regiones descansa, fundamentalmente, en la educación que se dé a las nuevas generaciones con el fin de preservar y enriquecer los valores nacionales.

Ha sido así por generaciones y acorde a las características de cada país.

Sin embargo, en ocasiones se pierde el control y las nuevas generaciones adquieren hábitos y conocimientos nocivos, tanto en lo que se refiere a la   propia historia del país de que se trate como a la legislación y costumbres internacionales.

Ese es el caso de la extensa y descontrolada promoción de las armas de fuego en los Estados Unidos de América que, aun cuando existan dirigentes que no lo deseen, ha motivado el incremento de asesinatos en escuelas, centros culturales, lugares de compras y otros similares, con la consiguiente alta cifra de muertos, heridos y damnificados.

Algunos sectores quieren ponerle coto a esta situación, pero ha alcanzado fuerza tal, intrínsecamente vinculada con algunos dirigentes del país en la administración y el Congreso, que hace prácticamente imposible su terminación.

En Israel ha sido tanto el odio que se ha sembrado en la población contra los árabes palestinos que viven en esa tierra desde tiempos inmemoriales que se hace bastante difícil que la población hebrea comprenda que debe compartir la convivencia en paz con los palestinos quienes también tienen el mismo derecho que ellos de disfrutar con   la tierra que ambas grandes comunidades han habitado por miles de años.

Algunas organizaciones pacifistas y de derechos humanos hebreas trabajan en esa dirección y buscan lograr cierto acomodo con los árabes palestinos, pero están en minoría y lo que predomina es etiquetar a todo árabe palestino como terrorista y difundir el odio hacia ellos.

Por eso no sorprende que desde el año 2015, se esté transmitiendo la polémica serie televisiva llamada Fauda (caos, en árabe) desarrollada por ex miembros de las fuerzas especiales de Israel y basada en las experiencias de las fuerzas militares de ese país en sus acciones contra los “terroristas” del grupo islámico palestino Hamas.

Dicha serie ha tenido cuatro temporadas, es de gran popularidad y ha sido transmitida por Netflix a nivel internacional.

La primera temporada que narra la persecución que ejecuta una unidad de fuerzas especiales de Israel en búsqueda del “ultra terrorista” de Hamas conocido como “La Pantera”, fue filmada durante la guerra de Gaza en el 2014 y estrenada en febrero del año 2015.

Luego vino una segunda temporada que salió al aire en diciembre del año 2017. La tercera temporada, también con base en la Franja de Gaza, fue transmitida en los años 2019-2020 y la cuarta temporada se comenzó a transmitir a inicios del año 2023.

La palabra Fauda es utilizada por agentes especiales de Israel para avisar a unidades que vayan en su rescate, al ser identificados como tales por los palestinos y no por árabes como fue la cobertura inicial que utilizaran.

Esta es una serie multi premiada en Israel.

Pero no hemos revelado nada nuevo en cuanto a la utilización de instrumentos de cultura, como los filmes y series televisivas, para promover campañas nocivas de propaganda de países, en este caso del gobierno de Israel.

Hace más de 70 años nos acostumbraron- primero en los llamados comics en los periódicos o impresos de forma independiente y luego en filmes para cines y para la televisión- a héroes como Dick Tracy, Supermán, Batman quienes se enfrentaban a todo lo que pudiera considerarse contrario al régimen debidamente establecido.

Posteriormente fuimos cautivados por las hazañas del agente 007 luchando contra el comunismo.

Y cuando esa excusa desapareció al desintegrarse la URSS y la comunidad socialista en 1991, qué mejor enemigo que el terrorismo para sustentar estas campañas.

Claro, no hablan del terrorismo más dañino, el terrorismo de Estado que ha practicado y practica el gobierno de Estados Unidos de América desde hace muchos años, que practicaron otros países en su momento según el gobierno que tuvieran y que el gobierno de Israel lleva a cabo hace años contra la población palestina.

El caso es que la famosa serie televisiva volvió a llamar la atención, no por elementos nuevos o destacada actuación de los artistas principales sino por denuncias en medios de prensa de Israel de que una instalación de ese país se ha estado usando para que niños pequeños aprendan a disparar armas de fuego y jueguen a ser operativos encubiertos de Israel en lucha contra los terroristas, al igual que se expresa en la serie de televisión.

Y la instalación no es otra que la llamada Base Fauda creada en el 2021 también por ex miembros de las fuerzas especiales de Israel para que, en un ambiente lúdico, los jóvenes experimenten lo que se siente cuando se combate a los “terroristas” en su propio territorio.

La atracción principal es la Operación especial Fauda.

Esta consiste en que un grupo de operativos especiales de Israel asalten y ocupen una aldea palestina llena de “terroristas”. Durante la misma, los participantes serán divididos en grupos- los agentes especiales, los terroristas, personal civil existente en el lugar que debe ser rescatado.

Durante las acciones los operativos especiales, que son los actores principales, podrán disparar con los diferentes tipos de armas que usan esas unidades, entre ellas Uzis, fusiles AK, fusiles de francotirador y otros. Además, se vestirán y utilizarán otros aditamentos que utilizan los agentes encubiertos de Israel dentro de territorio palestino, para que puedan interpretar adecuadamente el personaje que le corresponda- vagabundo, negociante, pastor u otro.

La aldea imaginaria donde tienen lugar las acciones es llamada “El Mahmoudiya”, que cuenta con un restaurante, un pequeño mercado y varias edificaciones donde se producen las acciones del juego.

Después que se haya cumplido exitosamente la misión de eliminar a los “terroristas” y rescatar a los civiles atrapados, los “oficiales encubiertos” podrán disfrutar de un merecido descanso en una aldea beduina donde podrán descansar, comer, beber y disfrutar de la camaradería que disfrutan los verdaderos agentes encubiertos cuando cumplen sus misiones reales.

Al hacerse la denuncia, los representantes del lugar negaron que participaran niños de seis años de edad en ese juego, que está establecido a partir de los 16 años de edad y que ellos tienen relaciones con departamentos de educación, movimientos juveniles y otras organizaciones para el disfrute de la actividad que ellos ofrecen, la que se promociona como una experiencia nueva, no una actividad educativa, pero sí llena de amor por el idioma y la cultura árabe que es lo que sienten los miembros de las unidades especiales de Israel.

Realmente, si alguien desea sentir amor por nuestro idioma y nuestra cultura no quisiéramos que lo expresara de esa forma porque bien conocidas son las acciones de unidades especializadas de Israel cuando operan en territorio palestino para hacer los asesinatos selectivos que deciden los principales órganos del gobierno de ese país.

Lo que sí es cierto es que, sea a los 16 años de edad o menos, esta experiencia no tiene nada de amor y de humanidad, aunque se disimule con el supuesto rescate de rehenes en poder de quien el gobierno israelita considera su enemigo.

Por lo tanto, de esa forma lo que se hace es garantizar   que pueda haber continuidad en los agresores del pueblo palestino y perpetuadores del genocidio al que está siendo sometido.

Es una forma nociva de incitar a inocentes jóvenes hebreos   a preferir posteriormente el camino de la guerra, de la agresión, del exterminio, en lugar de buscar una convivencia pacífica con otros jóvenes como ellos que no tienen la culpa de tener historia, cultura y religión diferentes, pero sí tienen el mismo derecho que ellos de compartir la tierra ancestral de sus antepasados/junio de 2025

*Historiador cubano y Premio Nacional de Filatelia 2012 y miembro de la Unión de Historiadores de Cuba/ Mayo del 2025.

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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