Día de la libertad de prensa
No importó para Rodrigo en el momento crucial de su pelea por la vida, si esta pelea era una cuestión de valentía o de quién sabe qué otro mérito.
Luis Alfonso Ossa B./Especial para el Pregonero del Darién
Hoy 3 de mayo quisiéramos celebrar más que el día del periodista el día de la libertad de prensa, la misma que por la lucha constante, de los hombres libres que se dedican al periodismo, logra preservarse en medio del despotismo de tantos gobiernos sátrapas en el mundo que la intentan someter llevados de la mano de los grandes conglomerados corporativos que manejan los medios de comunicación a su antojo para preservar los beneficios del Poder
Pero además en este día el Periódico El Pregonero del Darién quiere exaltar a algunas personalidades que sobresalen precisamente por haberse embarcado sin ambages en la defensa de esa libertad, entonces y por generosidad del Periodista Wilmar Jaramillo se me asignado decir algunas palabras acerca de Rodrigo Patiño quien fue una de esas personalidades que por su condición de haber sido un hombre con un pensamiento libertario fue por tanto un profundo defensor de la libertad de prensa, pero además y por sobre todo, también fue un gran amigo y un mecenas generoso del Pregonero del Darién, convencido que al respaldarlo estaba propiciando la expansión del pensamiento crítico y con ello la defensa irrenunciable de la libertad de prensa.
Pero si bien la concepción política que Rodrigo manejó lo llevó a ser un militante permanentemente decidido por la libertad y desde esa militancia irrenunciable fue siempre un defensor a ultranza de la libertad de expresión que es la columna vertebral de la libertad de prensa que hoy en este día el Pregonero Del Darién como prensa alternativa exalta.
Pero queremos hoy nosotros los que acá estamos celebrando un año más de lucha por la libertad de prensa, y cuando El Pregonero del Darién desea en este acto homenajear al amigo y mecenas del periódico, señalar algunos aspectos de la condición humana de Rodrigo Patiño, los mismos que pudimos conocer de cerca en tanto él nos concedió su amistad en cuyo desenvolvimiento la discusión permanente nos permitió construir identidades de pensamiento, así como compartir diferencias que en vez de excluirnos nos acercó en la construcción del concepto de país que queríamos.
¡Siendo el racionalista que era, nos compartió parcialmente lo que pensaba acerca de esa batalla fundamental por existir que él había empezado a dar a propósito de su cáncer, batalla que poco a poco fue perdiendo y frente a la cual no quiso elaborar defensa alguna que eventualmente sería una mentira que intentaría disuadirlo de que la batalla por la vida poco a poco la estaba perdiendo!
No importó para Rodrigo en el momento crucial de su pelea por la vida, si esta pelea era una cuestión de valentía o de quién sabe qué otro mérito, el asumió la inminencia del fin con la tranquilidad nacida de una convicción sincera con la que afrontó la muerte, proceso en el cual nos enseñó a ser consecuentes entre lo pensado y como finalmente actuamos-
Y frente a esa lucidez que al final tuvo para entender que esa batalla por la vida la estaba perdiendo, quienes fuimos sus amigos, con mucho menos valor que el que él nos mostraba en esos momentos cruciales, no fuimos capaces de acercarnos de manera frontal a ese complicado escenario al que en ese entonces la vida nos ponía, precisamente porque el dolor que nos produjo ver al amigo que estaba perdiendo la lucha por la vida, solo nos permitía acercarnos no de frente sino apenas de soslayo para compartir con él algunos momentos de esa lucidez valiente que le permitía a él disponer del tiempo para ir despidiéndose, a la velocidad que la enfermedad se lo permitía, de las personas que en su vida la habían acompañado y seguro que poco a poco también estaba despojándose con mucho valor de todas las demás cosas que en la vida le gustaron y le habían producido placer hacerlas.
Por todo ello Rodrigo Patiño nos dio muestras de un valor y una mesura consecuentes con lo que todo el tiempo había pensado a partir de un riguroso pensamiento crítico que toda su vida conservó y continuó actuado sin dobleces frente a nosotros sus amigos siempre fiel a su forma de concebir la existencia, por eso hoy ,cuando el Pregonero del Darién le rinde este homenaje ,nos evoca aquella situación profunda y a su vez muy dolorosa pero hermosa con la que el poeta Miguel Hernández se enfrentó a la desaparición de su gran amigo el también poeta Ramón Sijé, y atreviéndonos a tomar prestada la bella elegía con la que Hernández enfrentó su muerte, hoy la queremos recordar pero para exaltar la memoria de Rodrigo Patiño, este gran mecenas del Pregonero del Darién, nuestro gran amigo y cómplice de largas divagaciones políticas que siempre apuntaron a ayudar a construir un país más igualitario y más incluyente.
Escuchemos entonces al poeta Miguel Hernández, quien me ha prestado su bella elegía para que yo aporte este granito de arena al homenaje que El Pregonero del Darién le hace al siempre muy recordado amigo Rodrigo Patiño en un día tan especial para el periodismo alternativo que a diario juega su seguridad por defender la continuidad de la libertad de prensa en el mundo contemporáneo transversalizado por la guerra de Ucrania y el Genocidio del pueblo palestino cometido por un emulo moderno del Holocausto: Netanyahu-
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sajé,
a quien tanto quería.)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
(Miguel Hernández)
El adiós del médico Ossa
Rodrigo, Cuánto quisimos que le ganaras esta pelea a la muerte.!!!
Para quienes la vida continua, siempre será temprano el tiempo para morir, con mayores veraz cuando quien se va ha sido depositario del afecto de esposo, de hermano, de padre o de amigo.
Hoy entonces exaltamos la memoria de Rodrigo a quien nos unía uno cualquiera de estos afectos pero que además de eso representó para todos nosotros el amigo que con el tiempo se volvió entrañable y al que tendremos que seguir acostumbrándonos a no volver a encontrar más ,como también a su peramente ausencia , más notoria en aquellos espacios que compartíamos y donde hace algún tiempo ya no lo volvimos a encontrar más, así como tampoco ya volvimos a escuchar su voz Saludos amigo, no pasaste en vano por la vida en tanto son muy fuertes los recuerdos que de ti nos quedan.
Apartadó/25 de mayo-/2023