Puerto Antioquia: Una ilusión que se va transformando en realidad
No cabe la menor duda que el sector empresarial urabaense ha capitalizado de manera oportuna y diligente las inversiones en las vías 4-G.
Luis Alfonso Ossa B./Opinión/El Pregonero del Darién
Nuevamente reiteramos la sugerencia a los ciudadanos de Urabá hacer el esfuerzo de poner al día las obras de desarrollo que a los territorios corresponde y que hemos venido haciéndole a las administraciones de los once municipios de Urabá a propósito de que en pocos meses se llegará el momento en el cual Puerto Antioquia abrirá sus muelles para que inicialmente sea el banano el que de acá salga para el mundo, ya luego lo harán otras mercancías y por supuesto que también serán muchas otros productor que del resto del mundo llegarán a Colombia y por supuesto que entrarán por Nueva Colonia por que estar 300 kilómetros más cercanos que los demás puertos del país será por Puerto Antioquia por donde los empresarios elegirán recibir y mandar sus productos y materias primas.
No cabe la menor duda que el sector empresarial urabaense ha capitalizado de manera oportuna y diligente las inversiones en las vías 4-G que en buena hora hizo el Estado en su momento y la prueba fehaciente de esa actitud inteligente del sector bananero es la de haber emprendido la construcción de Puerto Antioquia, que le Augura a nuestro departamento y en particular a los municipios de la región, una competitividad envidiada por el resto de municipios de Antioquia. Pero, así como el sector bananero entendió que la actualización de las vías a Urabá, las cuales se han modernizado de manera impresionante en tanto que ha transformado favorablemente la cercanía, la seguridad vial y la rapidez en el transporte hacia la región, y eso era entonces el empujón que se requería para emprender la construcción del viejo anhelo de tener puerto en ese mar de Antioquia que es Urabá.
Así ahora les toca entonces a los municipios , con sus administraciones a la cabeza, asumir la capitalización local de esas grandes inversiones que el Estado ha hecho en vías de comunicación y emprender así en cada uno de sus terruños la construcción de las obras de infraestructura que vuelvan atractivos sus municipios para los inversionistas que están pensando hace rato en relocalizar en Urabá sus empresas por eso de los 300 kilómetros menos que tendrían que recorrer sus tractomulas para exportar o recibir sus mercancías.
Pero el capitalizar esas inversiones nacionales que inciden en el desarrollo local no significa solo pegarnos del desarrollo económico, sino hacerlo es permitir que se irradien los beneficios sociales del capital sobre la población de Urabá cuyos jóvenes hace rato buscan alternativas diferentes a las derivadas del banano para vincular así sus vidas a la producción.
Creo que las organizaciones sociales y gremiales están en mora iniciar esa gran gesta de educación preparatoria que emprendió Antioquia, pero en particular Medellín, cuando se aprobó la construcción del Metro. Mediante una muy bien diseñada campaña de educación cívica, la ciudadanía mediante todos los frentes posibles empezó a recibir información de lo que era El Metro, y cuál era el granito de arena que cada ciudadano debería aportar para que tan importante obra fuera un éxito total.
Y hoy el país todavía recuerda lo exitosa que fue esa campaña hecha durante los años anteriores a la inauguración del Metro, fue tan eficientemente didáctica que hoy el Metro de Medellín es ejemplo en el mundo en cuanto al comportamiento cívico de los ciudadanos usuarios.
No es tarde para que mediante un gran colectivo donde participen las organizaciones sociales, empresariales, gremiales, universidades, administraciones municipales, Diócesis de Urabá, Cámara de Comercio, medios de comunicación etc., y conformen entre ellos un comité cívico al rededor del cual se diseñe la campaña educativa y se comience a irradiar la misma a lo largo y ancho de Urabá, buscado con ello vincular los ciudadanos a las implicaciones que tendrá el concepto de Puerto en la Región de Urabá, en tanto que de su éxito también dependerán muchos beneficios para toda la región.
El desarrollo económico tiene sentido cuando este irradia beneficios traducidos en mejora de la calidad de vida para todos y somos conscientes que si capitalizamos para bien de los pueblos esas grandes inversiones que ha hecho El Estado, modernizando las vías de Urabá, los habitantes de cada uno de los municipios de la región empezarán a recibir beneficios reales en salud, educación, recreación .Y todo eso que no es más que calidad de vida tiene que devolverle la alegría a los habitantes de una región tan aporreada en el pasado por las violencias de todo tipo.