Yemen: un hueso duro de roer. Antecedentes históricos.
Los habitantes de ese territorio tuvieron una ardua tarea en el siglo I al tenerse que enfrentar a las fuerzas del imperio romano, a las cuales derrotaron.
Juan Hernández Machado*Opinión/El Pregonero del Darién
(Primero de tres artículos sobre este tema) Desde hace más de un año y relacionado con la etapa actual del genocidio que lleva a cabo el gobierno de Israel contra el pueblo palestino, un nombre se ha destacado por su solidaridad con sus hermanos árabes ante la agresión sionista: Yemen.
Para comprender mejor el porqué de esas acciones y su alcance, y como este tema no es muy divulgado en Nuestra América, lo presentaremos en tres partes. La primera cubrirá los antecedentes históricos; luego se verá la guerra imperialista que Estados Unidos a través de Arabia Saudita impusiera contra ese país desde el año 2015, y finalmente presentaremos las principales acciones que pusieron en ridículo al poderío militar estadounidense durante los últimos 15 meses de genocidio israelí contra el pueblo palestino.
Yemen se encuentra situado en el Oriente Medio, al sur de la península arábiga, limitado por el mar de Arabia, el golfo de Adén, el mar Rojo, el oeste de Omán y el sur de Arabia Saudita, dominando, de esa forma, el Estrecho de Bab el Mandeb, paso privilegiado comercial desde inicios del siglo XX. Esta región es considerada una de las cunas de la humanidad.
Pertenecen a Yemen ciertas islas en el mar Rojo como las de Hanish y Kamaran, asi como las islas volcánicas de Perim y Jabal al-Tair y la isla de Socotra en el mar Arábigo. Yemen es un país desértico.
Los habitantes de ese territorio tuvieron una ardua tarea en el siglo I al tenerse que enfrentar a las fuerzas del imperio romano, a las cuales derrotaron. Posteriormente le hicieron frente a los judíos himyaritas que pretendían imponer su religión sobre la mayoría cristiana en esos momentos, hasta que el Islam llegó en el siglo VII pasando a conformar la cultura yemenita que encontramos hoy en día.
El reino de Himyar, antiguo Estado que ocupaba gran parte del territorio actual de Yemen, fue establecido en el año 110 antes de nuestra era, y fue dominante en toda la Arabia hasta el año 525 de nuestra era.
Los investigadores han determinado que el rey Abu Karib Assad, al regresar de una guerra en otras partes del Medio Oriente, llevó consigo a dos sabios judíos y con ellos pasó a convertir a todos sus súbditos al judaísmo.
El valor estratégico de Yemen se comienza a conformar a partir del siglo XV con el incremento de la expansión comercial europea a todos los confines del mundo, siendo los portugueses los primeros en controlar esa vía marítima para garantizar el comercio de especias desde Asia hasta Europa a través del Mar Rojo.
Los otomanos ocuparon algunos territorios costeros del Mar Rojo en el siglo XVI, pero el resto de los mismos fueron gobernados por un imán y se mantuvieron independientes.
Los británicos iniciaron su presencia poco después cuando instalaron un puesto de la Compañía de Indias en el puerto de Moka en el Mar Rojo y expandieron su presencia en el siglo XIX cuando se instalan en Adén en 1839.
Para los británicos esa presencia en Adén fue vital a partir de 1870 cuando se inaugura el Canal de Suez, porque ese puerto se convirtió en la llave del Mar Rojo.
En 1872 los turcos consolidan su poder en el interior del territorio, produciéndose la división de Yemen en dos partes: el norte controlado por los turcos y el sur por los británicos. Esto queda ratificado a inicios del siglo XX cuando ambas partes pasaron a llamarse Yemen del Norte y Yemen del Sur respectivamente.
La derrota de los turcos en la I Guerra Mundial benefició a Gran Bretaña que pudo incrementar su influencia en la parte yemenita antes ocupada por ellos, la que se declaró independiente en 1918 bajo el nombre de Reino de Yemen. Diez años después, los británicos convirtieron a Adén en un protectorado y en 1937 en una colonia.
En el Reino de Yemen, Muhammad Al-Badr, del reino Mutawakkilite, fue depuesto el 27 de septiembre de 1962 por revolucionarios dirigidos por el líder republicano Abdullah As-Sallah -que estaban inspirados en el ejemplo del líder egipcio Gamal Abdel Nasser – los cuales ocuparon la capital y declararon la república, oficialmente llamada República Árabe de Yemen (RAY) y conocida popularmente como Yemen del Norte.
Los leales al rey no aceptaron tranquilamente estas acciones y se enfrentaron a los republicanos, quienes tuvieron desde el inicio el apoyo de la entonces República Árabe Unida (que estaba formada por Egipto y por Siria, pero el apoyo fue brindado por Egipto). Los seguidores del rey recibieron el apoyo de Arabia Saudita y de Jordania, países que se opusieron a la nueva república.
La guerra civil se extendió hasta 1970, con la participación de hasta unos 70 mil soldados egipcios como apoyo a los republicanos. A partir de 1968, sin una victoria definida por ninguna de las dos partes en conflicto, se inician conversaciones que ponen fin al mismo y facilitan que Arabia Saudita reconociera la república en 1970.
La población del sur de Yemen, por su parte, cansada de la ocupación británica, se organiza en 1940 en el movimiento “Yemen Libre” para luchar por su independencia de los imanes que se habían aliado a Gran Bretaña. Esta situación se vio interrumpida por la II Guerra Mundial y al término de la misma, los pro independencia habían perdido la fuerza que habían logrado antes de la conflagración mundial.
Es en 1963, también inspirados por el ejemplo de los egipcios, cuando se reagrupan y logran el apoyo de Nasser, pero no avanzaron mucho porque los británicos crearon la Federación de Arabia del Sur, formada por Adén y los territorios controlados por los imanes, considerados protectorados por los británicos. La Federación cambió su nombre posteriormente por Yemen del Sur.
Los sauditas, al igual que habían hecho anteriormente en el norte del país que se aliaron a los leales al rey depuesto, ahora lo hicieron con los británicos. En el propio 1963, los patriotas del sur yemenita formaron el “Frente de Liberación Nacional” (FLN) con el objetivo de enfrentar al ocupante británico y lograr la independencia.
El no reconocimiento de la República de Yemen por parte de los británicos incrementó el descontento en su contra, al que se unieron las tribus en la región montañosa de Radfan, que llegaron a sumar más de seis mil efectivos armados.
La lucha fue lidereada por el FLN y por el Frente para la Liberación de Yemen del Sur (FLYSO). Los enfrentamientos fueron amplios y profundos, no logrando los británicos controlar la situación, y con el cierre temporal del Canal de Suez en 1967, comenzaron a abandonar el territorio, después que firmaran con el FLN- porque no invitaron al FLYSO a las conversaciones- el acuerdo de independencia.
Así vio la luz la República Popular de Yemen el 30 de noviembre de 1967, la que, luego de un Movimiento Correctivo radical en 1969, adoptaría el nombre de República Popular Democrática de Yemen (RPDY), más a la izquierda en sus posiciones que la República Arabe de Yemen en el norte.
Esta declaró su orientación socialista y se mantuvo vinculada con la URSS y el campo socialista, así como sostuvo una firme solidaridad con la causa del pueblo palestino y de oposición al sionismo de Israel.
El nuevo gobierno instituyó la planificación centralizada, aplicó un programa de nacionalización y una reforma agraria, a la vez que puso límites a la propiedad y el alquiler de viviendas. En el plano político-social, se proyectó contra la poligamia, el matrimonio infantil y el concertado, así como liberó a las mujeres de su estado enclaustrado en que estaban, secularizó la educación y la sharia religiosa fue reemplazada por una legislación estatal.
Como es lógico, ante esas transformaciones – y fundamentalmente después del descubrimiento de petróleo en la zona del Hadramauth yemenita- Arabia Saudita se manifestó contra el nuevo Estado, incrementó la presencia militar estadounidense en su territorio y patrocinó diferentes acciones armadas tendentes a ocupar territorio yemenita, incluyendo la instigación a las autoridades del norte a que actuaran contra el sur.
Luego de altos y bajos durante la década del 70 del pasado siglo entre los dos gobiernos yemenitas, se avanza durante la década siguiente en lograr una plataforma común de reunificación, la que se produce el 22 de mayo de 1990. En cierta forma también influenciada por la situación que se venía produciendo en la antigua Unión Soviética y el campo socialista europeo, que hizo que la RPDY perdiera la fortaleza y el apoyo que tenía anteriormente.
El nuevo país, la República de Yemen, estableció su capital política en Sanáa (antigua capital de la RAY) y la capital económica en Adén (antigua capital de la RPDY), pasando el general Alí Abdullah Saleh a dirigir el Consejo Presidencial.
Abdullah Saleh, político y militar, había sido el presidente de la RAY desde julio de 1978 hasta mayo de 1990 cuando se produce esta reunificación.
Arabia Saudita y otros reinos vecinos no vieron con buenos ojos la nueva república porque contaba con una fuerte presencia socialista dentro de sus dirigentes, produciéndose un incidente en el área que le facilitaría la situación.
Como es conocido, en 1990 el presidente Sadam Hussein de Iraq invade Kuwait y la declara parte de su territorio. A iniciativas del gobierno estadounidense, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el uso de la fuerza para restaurar la soberanía de Kuwait.
En el período de adopción de la resolución final, Yemen, que ocupaba un escaño como miembro no permanente de dicho consejo, no apoyó la coalición contra Iraq que lideraban los Estados Unidos, lo que les permitió a las monarquías del Golfo suspender las medidas de cooperación que habían adoptado con el gobierno de Yemen.
Expulsaron a más de 750 mil trabajadores yemenitas de sus respectivos territorios, los que al regresar al país incrementaron el desempleo y la inestabilidad del mismo.
En abril de 1994 se produce una especie de guerra civil, entre efectivos del norte y sus homólogos del sur, que terminó con la derrota de estos últimos y la adopción por parte del gobierno central de serias medidas represivas contra los restos de la antigua RPDY en Adén.
El 12 de junio del año 2000, los gobiernos de la República de Yemen y del Reino de Arabia Saudita acordaron de forma definitiva los límites fronterizos, terrestres y marítimos, entre ambos Estados.
A partir de ese momento se incrementa el descontento popular por la actuación del gobierno, que había pasado a apoyar las acciones estadounidenses contra Iraq y los ataques con drones contra efectivos de Al Qaeda en su territorio, la misma organización de Osama bin Laden que la CIA estadounidense ayudara a crear y sostener, pero ahora era su enemiga.
Dentro de las más destacadas organizaciones de resistencia al gobierno yemenita se encontraba el movimiento hutí, con centro radicado en Sasda, región zaidí fronteriza con Arabia Saudita.
El movimiento asumió su nombre en honor a su líder, el clérigo Hussein al-Houthi, que muriera en combate contra el gobierno en septiembre del 2004, y pasó a denominarse Ansar Allah (partidarios o seguidores de Dios). Está formado eminentemente por zaiditas, de orientación chiíta y aunque esta corriente no es mayoritaria, sus orígenes se remontan al siglo VIII.
Abogan por la lucha por la justicia, la defensa de la ética musulmana y la oposición a la marginalidad, por lo que se constituyeron en un fuerte frente de resistencia al gobierno pro occidental de Abdullah Saleh, ocurriendo varios enfrentamientos prolongados entre sus respectivas fuerzas entre el 2006 y el 2008. Finalmente, Saleh solicitó el apoyo de Arabia Saudita, que consideraba la línea ideológica de este grupo como una amenaza a su existencia.
Los hutíes, que manifestaban que los problemas de Yemen deben ser resueltos por sus ciudadanos sin interferencia externa, valoraron la inclusión de los sauditas en el conflicto como una causa para que el enfrentamiento fuera también de oposición a la intervención extranjera.
Inicialmente sufrieron algunos reveses, como la pérdida de su principal líder, asumiendo el mando a partir del 2011 su hermano, Abdul Malik Al- Houthi. Bajo su dirección, comenzaron a causarle serios reveses a ese enemigo externo que consideraban que ejecutaba los planes de Estados Unidos e Israel en el área.
El presidente Saleh huyó hacia Arabia Saudita y fue reemplazado por su vicepresidente, Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, quien pretendió poner orden y llegar a un acuerdo con sus opositores, pero sin incluir al movimiento hutí.
Tres meses después de su dimisión, Saleh viajó a Estados Unidos.
Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, natural de la ciudad de Adén, había sido vicepresidente del país desde 1994. Se mantuvo como presidente de Yemen hasta el 2022 cuando renunció, cediendo paso al Consejo de Liderazgo Presidencial que se creara.
Es importante considerar un elemento que se estuvo produciendo en la parte sur del país, la que anteriormente fuera RPDY, y es que en la misma se formó un movimiento que pretendía de nuevo independizarse del norte y que sus fundadores llamaron “Al Hirak” (Movimiento del Sur), organizando milicias armadas a ese fin.
Continuaron los enfrentamientos entre las facciones opuestas, y el pueblo siguió manifestándose porque aún con el nuevo presidente no veía solución a sus problemas. Así surgió la llamada Iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo, que promovió a Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, el que fuera electo presidente en el año 2012, en unas elecciones que fueron organizadas por organismos internacionales y él fue el único candidato.
Se inició un proceso de diálogo nacional; el nuevo gobierno concedió inmunidad a Saleh, quien siguió dirigiendo el partido dominante, pero las demandas populares no quedaron satisfechas, la economía continuó debilitándose y cientos de miles de personas alcanzaron el nivel de extrema pobreza. El gobierno preparó una nueva Constitución que no fue aceptada por los hutíes.
A fines del año 2014, el presidente Hadi suspendió los subsidios al combustible, que se utilizaba, fundamentalmente, en la agricultura y el transporte, lo que motivó disímiles protestas. Estas fueron reprimidas con municiones reales, las que provocaron muertos y heridos.
Ante esa situación, y sin encontrar gran resistencia por parte de las tropas que presumiblemente comandaba Hadi como presidente, ni por los efectivos que seguían leales a Saleh, los hutíes deciden marchar contra Sanáa.
Saleh, por su parte, con el objetivo de recuperar el poder perdido, decide apoyar a los hutíes, que habían quedado fuera de los acuerdos suscritos por Hadi, en sus acciones en la capital del país. Sin embargo, abandonó la alianza con los hutíes en el 2017, al considerar que sus intereses no eran satisfechos por la misma. Estos lo acusaron de traición y lo ajusticiaron en ese mismo año.
Hadi, por su parte, renuncia y escapa hacia Adén, su lugar de origen y donde tenía seguidores, pero sintió la presión de los hutíes que fueron en su búsqueda, por lo que en marzo del 2015 se refugió en Arabia Saudita, donde solicitó al nuevo rey de ese país y a sus aliados del Consejo de Cooperacion del Golfo que lo ayudaran a restaurar su presidencia, pasando a dirigir algunos territorios de Yemen que aún no eran controlados por Ansar Allah.
Los miembros de Al Hirak tuvieron serios enfrentamientos con los hutíes y los leales a Saleh ese mismo año, pero no lograron resultados tangibles en sus intentos por independizarse del gobierno central radicado en el norte del país.
Ante la solicitud de Hadi, la monarquía saudita organizó una coalición de países de denominación sunita para iniciar en el año 2015 la llamada operación “Tormenta Decisiva”, que tenía como base ataques aéreos contra los principales objetivos controlados por los hutíes.
Se previó que, de triunfar la misma, se pasaría a una segunda fase que denominaron “Restaurar la Esperanza”, con un fuerte componente político y diplomático, pero las acciones bélicas no cesaron, se complementaron con un bloqueo naval para impedir la entrada de cualquier ayuda a Yemen y lograron, para ello, el apoyo total del gobierno de los Estados Unidos de América.
¿Cuál fue el resultado?
Esto lo veremos en nuestro próximo trabajo sobre este tema.
*Historiador cubano y Premio Nacional de Filatelia 2012