Opinión

La guerra de las marchas

Columnista invitado: VÍCTOR HUGO HINESTROZA OBREGÓN Antropólogo-Consultor

El Debate se Transforma

El país está siendo objeto de una respuesta muy particular que se asemeja más a una disputa de niños que, al debate y ejercicio claro, pleno y concertado de construcción de país. Y aclaro, esto no solo es de parte del ejecutivo, sino también le corresponde, a aquellos que, en su antagónica posición, defienden otros parámetros de gobierno y administración.

Ahora, la disputa de los parámetros o posturas de cada espacio o colectivo, se remite a la búsqueda insípida de demostración de capacidad de convocatoria. Las estrategias de salirse del recinto del Congreso para que no se dé el quórum, la guerra mediática, alinderada entre los canales y medios tradicionales y los cibernautas, se ha hecho acompañar de las marchas ciudadanas.

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La pregunta es ¿no han logrado demostrar capacidad y acciones efectivas al pueblo? Porque la convocatoria a la gente, simplemente se ha convertido en un paseo matinal que permite hacer ejercicio, encontrarse con amigos y gritar arengas que muchos no saben ni por qué.

Esto no es exclusivo de uno u otro extremo, para nada, la demagogia cobija a ambas posiciones, llegando incluso a que se contraten marchantes, estimulados por la llamada “logística” que incluye almuerzo, pasajes e hidratación.

Algunos autodenominados lideres, reciben esta “logística”, para movilización de sus amigos. Sin embargo, esto ha caído en un desgaste, que están dispuestos a correr los organizadores, pero que les estimula su ego, su caído valor céntrico de ver plazas llenas.

La idea de “caudillos y Muchedumbre” propuesta por un Gaitán con verdadera condición de caudillo, se desdibuja, al igual que las hazañas de patriarcas de derecha cuya sola presencia convocaba, ahora no, simplemente es un capricho simplón y demostración de poca capacidad de incidencia, las que mueven a unos colectivos y sus gentes, repito, muchas de ellas motivadas por dadivas y presiones. En verdad, vergüenza debería darles.

Ahora bien, ¿cuál es el papel de los colectivos sociales? Es la pregunta, porque en verdad, pues la realidad existente, obliga a que las comunidades y, sus organizaciones de base, étnicas y/o territoriales, asuman con vehemencia, roles protagónicos, de planificación y decisión, consecuentes con la apertura a los recursos que hay, como es el caso de los Consejos Comunitarios de Comunidades Negras, Cabildos y Resguardos Indígenas, Asociaciones, Cooperativas, Fundaciones y otras expresiones organizativas, incluyendo las Juntas de Acción Comunal. Es la hora de las comunidades y las organizaciones, en el entendido que nadie vendrá a hacer por ti lo que, por derechos y deberes, estas obligado a realizar.

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