Para quienes odian a Petro
Petro fastidia a los esclavistas es generoso y sincero cuando abraza serio, austero y comprometido, muy distinto a Maduro y a Lula.
Por: Juán Fernando Uribe Duque /Opinión /El Pregonero del Darién.
Petro no es comunista. Es un socialdemócrata que acepta el capitalismo con sentido social, inclusivo y ecológico.
Como todo los colombianos, rodeado de ladrones, pero los va depurando. No lo odien porque sí, estúdienlo. No le teman, compréndanlo. Muy distinto a Maduro, Castro o Pinochet. Muy distinto a Trump y a Ortega. Muy parecido a Lula y a Mojica. Buena gente, pero serio, austero, estudioso y comprometido. Cuando abraza y sonríe, lo hace con sinceridad. Es compasivo y admira a los empresarios honestos, pero detesta (fastidia) los codiciosos, a los egoístas y a los ricos quejumbrosos que creen que los va a arruinar, a los racistas, a los que segregan y ridiculizan, a los ladrones, a los esclavistas y a los delincuentes de cuello blanco, también a los que quieren apoderarse de las instituciones públicas para hacer negocio y hacernos creer que es para beneficio de la comunidad. No ha expropiado a nadie, no ha cerrado ningún medio de comunicación, sin embargo permite que lo insulten, que lo denigren y lo calumnien. No toma venganza, pero llama a cada cosa por su nombre y tiene la valentía de denunciar y exigir que se investigue hasta lo último a los enemigos de la patria, a quienes la han lastimado, a los despojadores, a los estafadores y a los asesinos. A Petro le duele el país, le duelen los pobres, los marginados, los ancianos desprotegidos, las madres cabeza de hogar que madrugan y trabajan de sol a sol sin esperanza de una pensión ni un descanso. A Gustavo Petro le duele el campesino y el obrero al que cada año se le recatea el salario para dejarlo en el mínimo; le duele el muchacho sin prestaciones sociales que sin conocer a su patrón se mata en una moto o en una bicicleta para pagarle el arriendo a su mamá. Al presidente le duele la universidad pública que pretenden privatizar, le duele el enfermo que tiene que apelar a la tutela para que lo operen o le den la droga sabiendo que al lado de la farmacia está la clínica privada construida con los dineros públicos. También le duele la indiferencia a la tragedia que vive el campesino víctima de la guerra y el despojo, le duele la selva, el cielo y los ríos.
Gustavo Petro es un patriota, no tiene un peso… y es honesto.
Y es nuestro presidente.
Convenzamos a estos amigos que no es el delincuente que creen. Si lo fuera, el país ya estuviera perdido!