Por fin, una nueva voz
Juan Fernando Uribe Duque/Opinión/ El Pregonero del Darién.
Creyeron que, disparando, bombardeando, entrando a matar, a arrasar, asperjando, arrancando, arrinconando, envenenando y asesinando al campesino salvarían la patria. Creyeron que beneficiándose de una fuerza de trabajo hambrienta y explotada construirían un país porque sus negocios con el erario iban viento en popa y el Congreso les fabricaba leyes a su amaño y la justicia se hacia la boba con sus crímenes.
Creyeron que el pueblo que siempre despreciaron «por pobre, por feo, por negro o indígena» era estúpido y lo único que pretendía era ser como ellos; creyeron que por estar siempre convencidos que con una bendición o una palmadita en el hombro todo iba estar bien así les hubieran robado sus ahorros o el apartamento que con tanto esfuerzo habían comprado se les derrumbaba por haber sido construido sin hierro.
Creyeron que nunca nos importó que con los ahorros del trabajador se hicieran autopréstamos para acceder además a los sobornos de las multinacionales constructoras de autopistas que se caían con el primer invierno, o de dobles calzadas por las que transita un carro cada media hora, en lugar de reconstruir el ferrocarril o dotar de saneamiento básico a 700 municipios que no tienen agua potable o en construirle al campesino vías para sacar sus productos y así poder comercializarlos por un precio justo.
Creyeron que disfrazando de públicas las empresas del Estado no nos daríamos cuenta de sus fortines donde con sus amigotes se robaban los dineros del pueblo construyendo hidroeléctricas sobre fosas comunes atentando además contra la naturaleza y poniendo en riesgo mortal a miles de campesinos y poblaciones, creyeron que hipotecando el país y feriando sus recursos saldríamos de la miseria, creyeron que haciendo de los derechos básicos un negocio al robarse 55 billones cada año irían a sostener una imagen de probidad y patriotismo…y finalmente, creyeron que suprimiéndole al trabajador sus derechos y conquistas irían a generar más empleo… ¿Creyeron?
¡Pero hasta aquí llegaron!
La Colombia inmensa ya se pronunció, la patria diversa, multiétnica y multicultural, los estudiantes, las madres cabezas de familia, los campesinos y los profesionales, los venteros ambulantes que apenas sobreviven de las sobras que les brinda el lavado de activos de un narcotráfico omnipotente, todos, salieron a exigir un mejor país, justo, próspero, equitativo, educado y en paz. Ese pueblo de cuarenta millones, ahora impone una nueva voz, una nueva conciencia, y ha sentado las bases de una nueva patria.
¡Qué viva la consulta popular, que viva una Colombia libre y en paz!