Opinión

Ni judas llegó tan lejos

Por esos días han satanizado a unos concejales de Carepa por aprobar un millonario empréstito y los lapidan en público con carteles donde aparecen como los más buscados.

Editorial de septiembre:

El problema es que se roben la plata

Desde el segundo alcalde de Carepa al inicio de la vida institucional del municipio hasta el día de hoy, vienen asumiendo como política de estado la deuda pública de sus antecesores; quien ha tenido la oportunidad de darle un vistazo a los presupuestos que se aprueban cada año, podrán observar el millonario rubro que se asigna a la deuda pública.

Así que el problema no es del mandatario del Carepa, de Apartadó, Turbo o la alcaldesa de Chigorodó o el alcalde del país en el lugar en que ejerza. Es una herencia cruda y real con la cual cada gobernante inicia su periodo.

Además, hay unos topes que se incluyen en algo denominado “capacidad de endeudamiento o semáforo en verde, también le dicen”, si el ente territorial demuestra capacidad de pago, pues los bancos siempre alerta simplemente le prestan, como también hay alcaldías a las que no les fían un tornillo por mala pagas.

Hasta ahí todo bien, tampoco existe una reglamentación legal, del Congreso, por ejemplo, que le ponga freno a este libertinaje administrativo, mientras tanto cada alcalde hará su fiesta y dejará al municipio del cuello con la deuda de turno.

Entonces el problema no es que un alcalde preste plata, el problema es que se la robe, que utilice estos recursos para pagar deudas y compromisos de campaña, entregando contratos a dedo, que las obras contratadas no se terminen o se terminen mal. Es ahí donde está el meollo del asunto, lo demás es politiquería barata y oportunismo sin límites.

El interrogante de hoy es dónde estaban esos acuciosos “líderes”, esos “periodistas tan profesionales” en el gobierno anterior, cuál fue la veeduría que hicieron en el caso de Carepa a las desastrosas obras ejecutadas por el señor “Amiguito”, como el pavimento al corregimiento de Piedras Blancas, que ocho meses de asumido el nuevo gobierno no las recibe por su mal estado, dónde estaban esos periodistas que hoy se rasgan las vestiduras por el empréstito de Carepa, cuando construían canchas de básquetbol sin drenajes, cuando pavimentó medio Carepa sin las  acometidas de aguas lluvias.

¿Qué hacían esos concejales tan dignos y activos hoy huérfanos del poder cuando se ejecutaron las obras de acueducto y alcantarillado en un amplio sector del corregimiento El Silencio y que hoy ni con sentencias del Consejo de Estado ya en firme han resuelto el problema sanitario de ese poblado donde los trabajos quedaron mal ejecutados por física negligencia administrativa. Incluso ya reportan dos estudiantes fallecidos por posibles complicaciones gastrointestinales, originados en presuntos problemas sanitarios de agua potable y alcantarillado?

Este si es el verdadero problema, que de paso devela un fariseísmo torpe en el ejercicio de la política, dejando al descubierto rastreros intereses que en nada benefician al colectivo, que es finalmente quien paga los platos rotos del desgreño administrativo como la misma deuda en cuestión.

Lo que, si le gustaría ver al pueblo de Carepa, es el seguimiento a dichos recursos, una veeduría ciudadana que verifique su correcta inversión, que no se desvíen por los tradicionales desagües de la corrupción, ese si sería un papel patriota y de verdadero control político, lo demás no dejará de ser chismes de cafetería que a nada conducen.

También esperamos que con esos mis recursos no los silencien mañana y luego estén pontificando de los beneficios del proyecto que hoy satanizan, casos se han visto.

También sería de gran ayuda por el desarrollo del municipio, que el alcalde quien dice ser petrista, fue avalado por un partido del bloque de gobierno, le cuente a sus gobernados que proyectos le han aprobado en estos años de progresismo, cuántos ha presentado y en qué estado de gestión se encuentran, porque apunta de deuda pública, el estancamiento y atraso de Carepa, sería muy evidente.

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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