Opinión

«Gran Alma» de la no violencia

Los extremistas de ambas tendencias, hindúes y musulmanes, atentaron contra su vida en Calcuta y Noakhali.

Juan Hernández Machado*/Opinión/ El Pregonero del Darién

Cuando las noticias nos agobian con acciones de guerra en diferentes partes del mundo, es bueno recordar a figuras importantes que lucharon por el bienestar general del hombre y por la paz.

 En cualquier análisis que se realice es imposible excluir a quien fuera considerado como «Gran Alma» de la no violencia.
Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de octubre de 1869 en la ciudad costera india de Porbandar, distrito de Gujarat, en un momento donde ese territorio era un mosaico de pequeños Estados feudales.
Su padre era el Primer Ministro en esa ciudad y provenía de la casta de los banias, mercaderes hábiles y astutos, mientras que su madre provenía de la secta de los pranamis, los cuales mezclaban el hinduismo con las enseñanzas del Corán.


Esto motivó que desde edad temprana en Gandhi se arraigaran valores hindúes, musulmanes así como la principal características de los jains: la no violencia.
Ese grupo poblacional practicaba la no violencia no solamente con seres humanos y animales, sino con las plantas, microbios, el agua, el fuego y el viento.
Siguiendo la tradición hindú, a los 13 años lo casaron con una niña de su edad con quien la habían comprometido, sin él saberlo, desde los seis años.
Fue tanto su amor por ella, al conocerla, que abandonó el lecho de su moribundo padre para acompañarla. Luego, al saber la muerte de su progenitor quedó marcado para siempre.
Esa fue la causa que motivó que posteriormente se manifestara de forma decidida contra el matrimonio entre niños y a favor de la continencia sexual.
Fue enviado a Londres, Inglaterra, en 1888 para seguir estudios de Derecho y durante sus tres años de estancia en esa ciudad logró conocer el Oriente a través de la óptica de Occidente, al participar en diferentes actividades teosóficas y filosóficas.
Allí estudió el cristianismo y desarrolló avidez por la lectura.
Entre los autores descubiertos en este período estuvo León Tolstoi, el cual fuera su guía posteriormente para perfeccionar la teoría de la no violencia.
A partir de ese momento trató de sintetizar los preceptos del budismo, el cristianismo, el islamismo y su religión natal, en lo que denominó como el principio unificador de todos ellos: la idea de la renunciación.
De regreso a Porbandar, ya abogado, conoció de la muerte de su madre y la pérdida de influencia de su familia en la corte feudal.
Su primer desempeño profesional fue un fracaso y al conocer que una empresa comercial musulmana necesitaba un abogado para litigar un caso en Durban, África del Sur, partió hacia ese país en 1893. Lo que fue un viaje por corto tiempo devino una estancia de 22 años.
Allí conoció y se enfrentó a las primeras manifestaciones de discriminación política, económica, social y racial, que a partir de 1950 se convertirían en el sistema de apartheid impuesto por los descendientes de holandeses (boers) e ingleses (afrikáner) en Sudáfrica.
Fue el creador del Congreso Indio de Natal y luchó por los derechos de esa comunidad a expensas de pasar varios períodos en prisión por su militancia política, aprovechando los mismos para perfeccionar las tácticas de resistencia a través de la no violencia, la cual utilizara en su tierra natal contra el colonialismo británico.


Regresó a la India en 1915 y uno de sus principales triunfos fue la resistencia que presentó a la Ley Rowlatt, en febrero de 1919.
Dicha Ley establecía la censura y duras penas para cualquier sospechoso de sedición y terrorismo.
Gandhi organizó una campaña nacional de no violencia que comenzó con una huelga general, que pronto se extendiera a todo el país.
Fue detenido al llegar a Delhi y tal fue el apoyo que recibiera que las autoridades coloniales ordenaron disparar contra los manifestantes, represión que dejó 400 muertos y miles heridos.
La masacre recibió una repulsa total y las autoridades coloniales no pudieron imponer la Ley Rowlatt.
Aquello representó un logro fundamental para Gandhi, quien asumió poco después la presidencia del Consejo Nacional Indio a través del cual promovió más activamente la lucha por la independencia.
Es encarcelado en 1922 por desobediencia civil y un tribunal colonial lo condenó a seis años de prisión, aunque fue liberado dos años después.
Al salir se encontró el Partido del Congreso dividido entre hindúes y musulmanes, perdiéndose la unidad lograda en el movimiento de desobediencia que él había dirigido.

Mohandas Karamchand Gandhi


En los años siguientes se convirtió en jefe espiritual de la India, promotor de la unidad de todos los partidos para luchar contra la reforma a la Constitución, adalid de la desobediencia civil por la producción de sal y ejemplo en los ayunos como modo de presionar al poder británico.
Gandhi se opuso fervientemente a la Segunda Guerra Mundial y a la participación de la India en la contienda por lo que fue arrestado en agosto de 1942 junto a otros miembros del Congreso Indio.
De esa forma permaneció dos años más en prisión, pese a la serie de revueltas violentas en todo el país a favor de su liberación.
Al finalizar la guerra, tuvo un destacado papel en las negociaciones que llevaron a la independencia de la India, aunque no pudo evitar la división del subcontinente con la creación de un Pakistán musulmán.
Los extremistas de ambas tendencias, hindúes y musulmanes, atentaron contra su vida en Calcuta y Noakhali respectivamente.
No obstante, desde Delhi promovió un ayuno para tratar de reconciliar a las dos comunidades.
Sin embargo, no lo logró y el 30 de enero de 1948 cuando se dirigía a una plegaria comunitaria fue alcanzado por las balas que le disparara un joven hindú.
Ese fue el final de quien fuera considerado Mahatma (Gran Alma, en sánscrito) por su pueblo quien, con toda razón, le rinde honores como padre de la independencia de la India.
La filatelia no ha sido ajena a homenajear a esta ilustre figura y por eso en la India hay más de 20 emisiones postales que reflejan determinados aspectos de su vida, así como un gran número de tarjetas enteros postales y de cancelaciones especiales.

Tarjeta entero postal es la que tiene el sello impreso o, en su defecto, palabras tales como «porte pagado, prepagado, etc» que permiten la circulación de la misma mientras que cancelación especial es la que se hace a solicitud de una entidad gubernamental o privada (aprobada por el Servicio de Correos) para conmemorar un acontecimiento.
Diferentes emisiones postales fueron hechas por otros países para honrar al Mahatma de la no violencia en 1969, por el centenario de su nacimiento; en Egipto, Gabón, Hungría, Irán, Malí, México y Chad, entre otros países.
Malí lo recoge, junto a rosas, en un valor para correo ordinario de 1978, por el 30 aniversario de su muerte.
Y Cuba lo incluyó en un valor postal para correo ordinario en 1997 por el 50 aniversario de la independencia de la India.
Hoy, cuando los «cabezas rapadas» arremeten contra inmigrantes en  países de Europa; cuando países como Iraq y Afganistán aún se recuperan de las  injustas ocupaciones militares por parte de los Estados Unidos y cuando el pueblo palestino está sufriendo un horrendo genocidio a manos de los racistas de Israel, el Mahatma está más presente que nunca.
Su enjuta figura, que los sellos y elementos postales alegóricos reproducen tan bien, nos llama a a seguir su ejemplo hasta que todos los hombres sean iguales, sin distinción de raza, credo, sexo o grupo social.

*Miembro de la Unión de Historiadores de Cuba y Premio Nacional de Filatelia

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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